I/II (10) - ¿Cita? ❁ P.3

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Un fuerte soplo de brisa, fresco, tranquilizador; con aroma a primavera y montaña; carente de todo rastro de humo, de la mínima huella de la ruidosa ciudad; colándose bajo su camiseta; despeinándole el cabello; llenándole los pulmones y permitiéndole respirar profundamente.

Las hojas verdes de los árboles danzaban de un lado a otro en lo más alto de la montaña, donde el césped era brillante, grueso y alimentaba el impulso de lanzarse sobre él.

Donde las flores crecían coloridas.

Donde el cielo era de un azul tan claro como el océano.

Donde las preocupaciones parecían desaparecer entre las nubes.

Donde el sol era amable y no quemaba la piel.

Aquella diminuta cabaña le dedicó una sonrisa atrayente que le pedía a gritos que se echara una buena siesta en el pasto y se olvidara de cada uno de los problemas que lo atormentaban.

Que fuera un jodido adolescente despreocupado por una vez en su vida.

"¿Te gusta?"

La voz de Liam lo hizo escapar de su ensimismamiento, atrayéndolo hacia la figura musculosa que lo observaba de pie frente al cofre del auto, donde, al parecer, había estado rebuscando algo.

Él asintió, regresando la vista hacia la humilde vivienda.
"Es muy lindo" comentó sin alzar el tono, resguardándose las manos en los bolsillos de su sudadera.

En un parpadeo, el hombre se detuvo a su lado, sosteniendo una canasta que le hizo saber que aquel improvisado escape en realidad había sido cuidadosamente preparado.

Se dejaron caer en el césped, tal como Zayn quiso desde el instante en que llegó. Comieron frutas frescas y aperitivos caseros que Liam aseguró haber preparado con sus propias manos, en su propia cocina y por su propia cuenta; el chico se rehusó a admitir que, fuese verdad o no, estaban condenadamente exquisitos, y de alguna manera descubrió cómo darle en el punto exacto a sus papilas gustativas.

El postre estuvo igual de delicioso, y mientras llenaban sus estómagos hasta que comida hubiese, el hombre optó por desplegar una conversación.

"Cuéntame acerca de ti" le dijo.

El moreno, acostado de espaldas en el suelo, tragó un gran bocado antes de hablar.
"¿Qué quieres saber?"

Liam, quien no lucía tan hambriento, hizo su comida a un lado, fijándose atentamente en él.
"Cualquier cosa" replicó, viendo cómo se detenía a pensar durante un momento.

"Bien... Nunca conocí a mi padre y mi madre-"

"A eso no es lo que me refiero" lo interrumpió, dejándolo con la primera frase entre los dientes "Quiero saber quién eres tú, no tu historia" aclaró, sacándole una mueca de confusión al menor.

"Pero yo soy mi historia..."

El mayor negó rotundamente.
"Yo no soy una familia disfuncional con un padre alcohólico y una madre desinteresada que quería arreglarlo todo con dinero... Soy Liam, un hombre de veintidós años al que le gustan las caricaturas y los videojuegos" contó de forma breve y confianzuda.


El chico movió las cejas hacia su dirección, manteniendo un toque de comicidad en el gesto.
"Ya, ¿así es como pretendes meterte en mis pantalones?" cuestionó.

Liam disimuló una risa pícara que le iría perfecto a un pequeño de seis años que acaba de hacer una travesura.
"Quiero aclarar que tú dijiste eso" murmuró.

Zayn agitó la cabeza suavemente, quedándose perdido entre las nubes esponjosas que decoraban el cielo aquella tarde, mientras el murmullo del viento lo arrullaba.

"Soy Zayn... Un chico de diecisiete años al que le gustan las historietas de acción y las gomitas de dulce" habló poco después.

El hombre asintió tras escucharlo.
"Bien, anotaré eso."


De inmediato, los ojos marrones se posaron sobre él, observándolo de una manera casi ofendida.

"Ah, ¿me vas a comprar con caramelos como a un niño chiquito? ¡Enfermo!" bromeó, tomando de sorpresa al mayor, que pareció horrorizado ante la comparación.

"¡Eh! ¡No retuerzas las cosas de esa manera!" vociferó.

Y aquella fue la primera vez que tuvo la oportunidad de presenciar aquel maravilloso espectáculo en el que el resto del universo pareció desaparecer a su alrededor.

Solo era él, y ese bonito chico, cuya risa podría ser capaz de derribar fronteras y detener guerras; de encender estrellas y arrebatarle el trabajo al sol que le besaba las mejillas... En ese mismo momento, el mundo se detuvo.

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora