II/II (24) - Caminos distintos.

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Louis siempre había sido un gran observador, principalmente porque se desvivía por el chisme; sin embargo, no se necesitaba disponer de ninguna habilidad especial para percatarse de que su compañero de apartamento llevaba dos horas completas con la mirada enterrada en su plato de macarrones, que ya debían estar más congelados que las nalguitas de un pingüino en invierno.

El chico estaba tan ensimismado y calladito que no necesitó más que unos minutos para reparar en lo que ocurría, pero decidió esperar a que explotara en cualquier instante. Su sorpresa fue que, a pesar de haber mantenido un nivel de paciencia exasperante, no obtuvo ni una sola palabra de parte suya.

Dedicándole un vistazo desde el sofá donde se encontraba echado como verdadero perro en su casa, optó por dar el primer paso al final.
"¿Tengo que apretarte la panza para que lo escupas?" le cuestionó, ganándose su atención al segundo siguiente.

"¿A qué te refieres?"

"A que estoy a punto de patearte por la ventana junto con esos macarrones si no me dices qué pasó cuando fuiste donde Liam" replicó, siendo tan directo y severo como era propio de él.

El moreno se contuvo durante una milésima, pero, y en alabanza a todos los pokemones existentes y por existir, terminó confesándole:
"Liam me pidió mudarnos juntos" murmuró, cerrando los ojos en espera de alguna reacción exagerada, la cual, sorpresivamente no llegó.

Louis se quedó tan tranquilo que parecía mentira.
"¿Y?"

En ese momento, los ojos marrones le echaron una mirada que solo revelaba estupefacción.
"¿Cómo que y?" le gritó, viéndolo mover los hombros en un gesto desinteresado.

"¿Le dijiste que sí?"

"¿Qué- ¡Tú lo sabías!"

"Pues claro que lo sabía, tonto del nabo. No iba a atreverse a hacerlo sin pedirme permiso previamente" soltó con una obviedad que le provocó hasta rabia, antes de proseguir cambiando a un tono más empático "Dijo que quería asegurarse de que estuvieras bien y no arriesgaras tu salud si él perfectamente podría dártelo todo."

Zayn evadió la sensación cálida que le recorrió el abdomen debido a la revelación de su amigo; asimismo, recordó las palabras de Liam, gentiles y empapadas de una transparencia casi irreal.

El miedo se le atascó en el centro del pecho, en forma de un nudo ácido, dejándole un tremendo mal sabor en la boca. De repente, aquello que estuvo imaginando durante la noche, incapaz de pegar un ojo, se sintió más inalcanzable que nunca.

"Y cuando se aburra de mí va a echarme a la calle, ¿cierto?" musitó, agachando la cabeza hacia los macarrones que lo observaban más tiesos que la suela de un zapato.

"¿Aburrirse de ti?, ¿es que no le has visto la cara de Teletubbie fumado que se le pone cuando te ve? ¡Ese tipo no se va a ir! Patéale las bolas, destroza el parachoques de su Mercedes, orínale encima..! ¡No se irá!"

El pelinegro le puso mala cara, rehusándose a continuar escuchándolo.
"Louis, ¿eres maric-"

"¡Sí! Y a mucha honra, que no se te olvide, porque tú también lo eres, pero aún así te asusta pasar tiempo con tu propio novio" lo interrumpió rudamente, sentándose de un tirón en el sofá antes de proseguir en el mismo volumen alto "Es completamente normal, Zayn. Las parejas se mudan, hacen su vida y aprenden a convivir, ¿qué parte de eso es tan difícil de entender para ti?"

"¡La parte en la que te sientes con el derecho de decidir por mí!"

"¡No estoy decidiendo por ti, pero cuando me mude con Harry te vas a quedar solo!"

Al moreno se le cayó la mandíbula casi hasta el suelo, deteniéndose por un segundo antes de atravesar el pequeño salón y lanzársele encima al castaño, que escupió un quejido desde el fondo de la garganta, viendo el rostro furioso a tres centímetros del suyo.

"¿Te vas a mudar con Harry?" vociferó, empuñándole el cuello de la sudadera con evidente rabia.

"¡Es lo que acabo de decir!, ¿no me escuchaste acaso?"

En ese instante, Zayn lo soltó, dejándose caer a su lado pesadamente.

El silencio arropó la estancia mientras ambos analizaban la situación en sus propias cabezas.

Louis se apoyó contra el reposo, esta vez hablando con calma.
"Estuve dudando al respecto porque no iba a dejarte solo, pero me di cuenta de que no es así. Tienes a alguien que está loco por ti y solo está en la espera de una oportunidad que te rehusas a aprovechar porque tienes miedo... Te conozco perfectamente, y sé que es así."

El chico fue incapaz de mirarlo a la cara, y de admitirse a sí mismo que su amigo llevaba toda la razón; que en lo más profundo de su ser deseaba rehacer su vida junto a una persona que verdaderamente lo quisiera; tranquilo, sin preocupaciones; como un fantasioso sueño.

Sentía que las cosas con Liam iban demasiado rápido, y lo invadía el miedo; pero era esa clase de miedo que se le clavaba en las venas; una especie de grito que le exigía avanzar; una sensación extrañamente reconfortante que le llevaba a preguntarse si valía la pena detenerse a causa del pánico o proseguir sin importar qué.

"¿Crees que..?" farfulló a medias, captando la completa atención del mayor.

"¿Qué?"

Zayn despegó la vista del vacío, regresándole la mirada con una mezcla de pena y terror retenida en el pecho.

"¿Nosotros vamos a funcionar..? ¿Si yo me mudo con Liam..?, ¿Qué tal si lo arruino?"

Negando rotundamente, su amigo desaprobó su actitud insegura.
"Pensando de esa manera, está claro que lo harás" le replicó a forma de consejo, echándole un brazo encima de los hombros en un gesto fraternal "Solo necesitas confiar en él y en lo que sientes... Es cierto, no puedo decidir en tu lugar, pero en algún momento tendremos que hacer nuestras vidas por separado, y pienso que, si no es ahora, entonces quizás nunca... Yo estoy seguro de lo que siento por Harry y de lo que quiero con él, no voy a detenerme a pensar en qué podría salir mal si ni siquiera lo intento. No soy esa clase de idiota, soy el idiota que se lanza a todo lo que venga, ya luego decidiré si me arrepiento o no, mientras tanto disfruto".

La carencia de intranquilidad en su voz lo contagió de una esperanza repentina; casi ingenua, casi ridícula.

Louis siempre tuvo esa capacidad...

La de brindarle calma cuando la marea subía y se sentía ahogarse; cuando el túnel se llenaba de niebla y era incapaz de ver más allá de ella... Él era su único socorro; lo fue en el pasado, lo era en el presente; pero si por algún motivo no lo fuese en el futuro, aún así le estaría agradecido para toda la vida.

Se le llenaron los ojos de lágrimas, las cuales ahuyentó con esfuerzo ante la sonrisa socarrona de su amigo, el que en cuestión de minutos había logrado lo que él no pudo durante toda una noche en vela: hacer del miedo algo tan insignificante como intangible.

Quizás Liam iba a destrozarlo; quizás iba a protegerlo; quizás, solo quizás, iba a amarlo con locura... pero si le arrebataba la oportunidad de intentarlo, jamás lo sabría.

Louis lo abrazó.

Zayn, sin querer aceptar porqué, comenzó a llorar en silencio y en medio del lastimoso llanto, le confesó:
"No quiero que te vayas".

El muchacho de ojos azules retuvo una pequeña risa entre los labios, probablemente tan afectado como él, frotándole la espalda en busca de brindarle consuelo.
"No llores, mocoso. Te visitaré todos los días, no te librarás de mí tan fácilmente" le prometió.

Y aunque sabía que, en efecto, le resultaría imposible deshacerse de ese tonto que había sostenido su mano firmemente cuando creyó que no le quedaba nada, reconocía que tampoco quería hacerlo.



Tres días enteros y un par de maletas hechas después, ambos se despidieron del pequeño departamento al que llamaron su hogar durante tantos años.

Louis lo vio partir, prometiendo que jamás estarían separados del todo.

Zayn guardó la promesa,

justo antes de que tomaran caminos distintos.

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora