Liam fue incapaz de conciliar el sueño por más de veinte minutos seguidos durante toda la noche. El ambiente en el hospital, que era naturalmente gélido y sepulcral, se tornaba de película de terror al caer la madrugada.
Harry había pasado a las nueve de la noche para llevarle algo pesado de cenar. De alguna manera también consiguió persuadir a Louis de que su presencia allí no era indispensable, haciendo hincapié en el hecho de que solo un visitante tenía permitido quedarse en la habitación. Cuando trató de exigir su derecho como hermano no sanguíneo, Liam se escabulló silenciosamente en el cuarto, dando por concluida la discusión.
Para el momento en que el insomnio le dio un descanso, los rayos del sol habían comenzado a renacer en el cielo.
La temperatura de la mañana arropó la habitación; las sábanas blancas, las almohadas planas y la pálida figura que descansaba profundamente en la camilla.
Los párpados le pesaron al tratar de escapar de su somnolencia, obteniendo una visión borrosa de la lámpara apagada en el techo.
Se sintió aturdido de repente, escarbando en sus últimos recuerdos por comprender cómo había terminado allí.
Antes de que su cerebro pudiera procesarlo del todo, vio al hombre acostado a su izquierda, en un sofá demasiado pequeño para su cuerpo grande y musculoso; mal arropado, despeinado, con el cansancio reflejado en su rostro dormido...
El corazón se le detuvo durante una fracción de segundo, antes de que sus latidos se convirtieran en fuertes tambores, amenazando romperle el pecho.
Las memorias se le agolparon en la cabeza súbitamente.
Recordó una discusión entre ellos.
Recordó la sensación de dolor por todo su cuerpo.
Unas manos tibias alrededor de las suyas.
Unos ojos marrones llenos de preocupación.
Recordó el llanto; a sí mismo gritándole que desapareciera, antes de desvanecerse en un repentino vacío.
Y ahora estaba ahí, velando por él, como si fuera la única cosa importante en ese momento.
Le echó un vistazo a su mano entubada, cerrando el puño para deshacerse del entumecimiento. Se percató de cuán helada estaba y pensó en deslizarla bajo la manta, pero lo superó el impulso de estirarla hacia el lío de hebras castañas desparramadas sobre el sofá.
Las cepilló gentilmente con la yema de sus dedos, dejándose envolver por la sensación cálida que había renacido en sus entrañas, por la calma casi irreal de aquel instante, por el sonido de esa respiración pesada y la perfecta visión del hombre relajado bajo sus caricias.
Los ojos pardos se abrieron poco a poco, dedicándole una mirada tranquila, aliviada.
Un murmullo enronquecido salió de sus labios a la vez en la que se erguía:
"Despertaste..."Zayn continuó observándolo, como si le resultara inverosímil creer que, aún después de lo ocurrido, se hubiera quedado junto a él.
"Estás aquí" musitó, ocultando el brazo bajo los cobertores. Su voz quebrada, hecha un hilo al borde de partirse."Por supuesto que estoy aquí... Nunca me fui. Estuve esperando por ti todo el tiempo, bebé" le aseguró de vuelta, capturando el momento exacto en el que los ojos claros se mancharon de lágrimas espesas y la frágil burbuja de armonía pareció reventar sin previo aviso.
"¿Cuándo vas a irte otra vez?" le cuestionó, entre palabras temblorosas que cayeron como un filoso cuchillo en el lado izquierdo de su pecho.
Se repudió a sí mismo ante el pensamiento de que quizás había fregado la diminuta gota de confianza que depositó en él con la esperanza de no resultar herido; ante el inevitable remordimiento que le carcomió los sentidos cuando el llanto empapó su rostro de porcelana.
"Perdóname, Zayn-""¿Sabes lo preocupado que estaba?" le interrumpió de forma brusca. En su semblante podía leerse la furia, el dolor "¿Imaginándome todo tipo de cosas absurdas y tú completamente bien?"
Liam negó, tan arrepentido, tan culpable, que no cabía en sí mismo.
"Realmente lo siento, y entiendo que estés enojado porque te di las razones para estarlo, pero te prometo que jamás pasará de nuevo-""Vete a la mierda, Liam" masculló, hablando por encima de él, ahogándose a causa de los lamentos que fallaba en ocultar "Ojalá se hubiera caído ese maldito avión, al menos habría tenido motivos reales para llorar como un estúpido pensando que..."
Brazos fuertes se cerraron alrededor de su figura diminuta, frenándolo en un instante y provocando que los sollozos escaparan de su boca sin control alguno, envuelto en el calor humano, en el perfume embriagante, en la protección que solo él le transmitía.
Se acurrucó en su cuello, encontrando la quietud, sintiéndose tan completo que le pareció aterrador.
"T-te odio" farfulló.Una sonrisa satisfecha se dibujó en los labios del hombre, que lo mantuvo ceñido contra su pecho durante un minuto; ambos quietos, en un silencio sereno, disfrutando de tenerse cerca; hasta que Liam se alejó, en busca de esas mejillas coloradas a causa del llanto y esos ojitos dulces.
Zayn tomó un respiro mientras un par de pulgares le secaban el rostro, manteniendo la mirada fija en el causante de su aflicción, de sus noches en vela, de todo lo malo que le había estado ocurriendo desde hacía meses atrás.
"Ódiame todo lo que gustes" lo escuchó decir, en respuesta a sus palabras que habían muerto en el aire "Pero eso no cambiará el hecho de que te quiero".
Su corazón se sacudió con brusquedad, latiendo de una manera abrumadora que lo hizo preguntarse si realmente esas sensaciones tan avasalladoras, tan destructivas y que a la misma vez lo reconfortaban, solo se trataban de un cruel sueño; si en el instante que finalmente abriera los ojos y despertara, volvería a encontrar a aquel hombre de sonrisa cegadora e incomparable ternura; pero sobre todo, lo hizo preguntarse si aquello que se sentía tan ficticio, duraría, o simplemente se le esfumaría de los dedos en cuanto se acostumbrara a ello.
Nuevas lágrimas cayeron por sus pestañas al notar lo mucho que le aterraba renunciar a esa sensación.
Liam pareció leer sus pensamientos y reaccionó al respecto, dirigiéndose a él en un tono suave, meloso.
"... Haré cualquier cosa para que siempre estés bien. Te lo prometo, bonito."Zayn se aferró a esa calidez, a ese sentimiento inconcebible, y ciegamente depositó los pedazos de su deteriorado corazón en él.
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Daisy flowers [ZIAM]
FanfictionEl amor no está en los lujos, la fama o la belleza... está en aquellos corazones que tienen la potestad de ver almas nobles y latir por ellas. ¿Cómo un joven adinerado terminó cayendo fuerte por un insignificante muchacho que vendía flores en la ca...