I/II (20) - Límite.

471 85 27
                                    

Las horas transcurrieron con una lentitud abrumadora en la sala de espera.

Liam había llegado a emergencias, empapado y sin aliento, sosteniendo a Zayn en brazos. El equipo médico no tardó en abalanzarse sobre él, bombardeándolo con preguntas que ni siquiera supo cómo responder, presa del nerviosismo.

La enfermera lo colocó en una camilla dura, le revisó los signos vitales e inmediatamente le enterró un suero en el brazo pálido, enviándole una mirada mordaz al hombre.

"¿Tienen algún parentesco?" masculló mientras acomodaba la botella de solución intravenosa sobre el gancho suspendido.

"Bueno... él es mi novio" le replicó en voz baja, confundido ante la actitud severa de la mujer.

Ella se detuvo para verlo detenidamente.
"¿Tú eres consciente del estado en el que se encuentra?"

Liam sintió una aguja en el centro del estómago.

"... Él no se desmayó, colapsó" declaró "No necesito los resultados de un examen, me basta con ver su aspecto para saberlo."

Sus ojos se posaron en el chico que descansaba sobre la camilla, con la piel tan pálida que lucía amarillenta, los labios blancos, las bolsas oscuras rodeándole los párpados, las mejillas huecas, la respiración entrecortada...

Recordó todas las noches en las que el cansancio le ganaba y terminaba desvaneciéndose en el asiento de su auto; en las que olvidaba sus descansos para seguir su turno corrido; en las que su estado anímico estaba por el suelo y culpaba la falta de sueño; en las que, por más que rogara, se rehusaba a tomar algo de cenar con él e insistía en que lo llevara a casa.

Desde hacía meses atrás, Zayn había desarrollado una anemia severa que se agravó a ley de lo que, se suponía, era una leve gripe. Su cuerpo llegó al límite y se apagó cuando menos lo esperó.

Las pruebas de sangre hablaron por sí solas.

Cuando la botella de solución estuvo vacía, lo trasladaron hacia una habitación privada, a la que le prohibieron el acceso expresamente hasta que se estabilizara en lo más mínimo.

A las cuatro de la tarde, un Louis de rostro preocupado entró por la puerta del ascensor, enfundado en un abrigo demasiado grande para ser suyo y siendo seguido de cerca por Harry, quien fue incapaz de frenarlo cuando se lanzó encima del castaño, agarrándolo de la camiseta para interrogarlo bruscamente.

Solo lo dejó ir una vez que sus dudas fueron resueltas.

Liam, agradecido, aceptó la bolsa de ropa seca que su amigo le proveyó y durante las próximas dos horas se dedicaron a esperar por novedades. Harry se marchó, disculpándose ante el surgimiento de una reunión importante en la oficina y el silencio reinó entre ellos durante lo que pareció una eternidad, hasta que los pensamientos escaparon de la boca de Louis.

"Si estás haciendo esto para tener algún derecho sobre Zayn, mejor vete" murmuró, su semblante severamente endurecido mientras se recostaba de forma descuidada en el sillón individual de la sala con la vista perdida en el vacío "Voy a pagarte hasta el último centavo, pero no lo toques".

El hombre se giró hacia él, reflejando una profunda confusión en su rostro.
"¿De qué hablas?" le cuestionó, y en menos de un segundo tuvo un par de ojos celestes juzgándolo deliberadamente.

"No te hagas el digno conmigo" le dijo "Todos quieren algo a cambio, y estoy seguro de que la excepción no empieza contigo".

"Eso no es cierto" lo interrumpió en un tono severo.

"¿Y qué?, ¿vas por ahí haciendo caridad?" Louis no se detuvo, desafiándolo de forma descarada.

En ese momento entendió que probablemente mientras no estuvo, Zayn se vio en la necesidad de desahogar su enojo en el que consideraba su hermano de otra madre, por lo que se había ganado el aborrecimiento de ambos.

Solo le quedaba enmendar su error y rezar en voz alta para que el chico lo perdonara.

"Realmente quiero a Zayn" le hizo saber, hablándole con firmeza en muestra de la veracidad de sus palabras.

Él soltó un sonido cargado de ironía, cruzándose de brazos.
"¿Lo quieres?, ¿y por qué desapareciste, huh, grandulón?, ¿fuiste a visitar a los otros seis idiotas que también cayeron en tu trampa?"

"Porque mi jefe es un cabrón y me llamó durante la madrugada para que tomara un vuelo de seis horas" le espetó, poniendo caso nulo a sus provocaciones "No pude avisarle antes de irme y sé que estuvo mal, pero ahora estoy aquí y haré lo que sea para que se recupere" aseguró, capturando el momento exacto en el que la chispa de instigación se esfumó de los ojos azules.

El chico se enderezó en su asiento, quedándose reflexivo durante un lapso de tiempo.

Cuando Liam creyó que la conversación había sido dada por concluida, la voz aguda reapareció en la sala.

"Zayn no es una persona fácil" afirmó, notándose más calmado. Su mirada se mantuvo fija en el par de manos entrelazadas sobre su regazo al proseguir "Puedes creer que lo tienes en la punta de tu dedo ahora, pero te falta mucho por recorrer aún" movió la cabeza en un gesto reprobatorio "Es ingenuo de naturaleza, terco, muy terco. Ganarte su completa confianza va a costarte, aunque... es obvio que ya le has tocado el corazón" murmuró finalmente, dibujándose una sonrisa amarga en los labios, como si se hubiera percatado de un detalle de repente, antes de levantar la vista hacia él.

"... Supongo que tú eres el de las indirectas" sugirió de la nada, revelando cierta picardía en su gesto.

El hombre perdió el hilo del diálogo, arrugando el entrecejo.
"¿Uh?"

Los ojos claros lo observaron con cierta gracia.
"El chiquillo me ha estado preguntando acerca de cosas, pero se negó a darme un nombre, debes ser tú".

El castaño se mostró interesado, inclinando la cabeza hacia un lado en evidencia de su curiosidad.
"¿Qué clase de cosas?"

Louis encogió los hombros, levantando una ceja en su dirección.
"Pregúntale a él, no soy ningún chismoso" lo cortó simplemente, guardando silencio.

Liam no añadió nada más, pensando en lo extraño que era reencontrarse con el que de alguna manera había golpeado profundo en el corazón de su mejor amigo; aún cuando parecía tener un humor pésimo y miraba a la mitad de la raza humana como si tuvieran menos brazos y piernas que él; aún cuando no lucía como la clase de chico que firma un contrato para acostarse con alguien a cambio de una paga y termina enamorándose.

Harry no paraba de hablarle acerca de ese mocoso de ojos azules, de cómo se le había clavado en las venas, de lo bien que sintonizaban, de lo bueno que eran juntos y de lo mucho que deseaba hacer una vida a su lado.

Entonces le regresó un recuerdo de semanas anteriores a la memoria.

"Harry me dijo que se irán a vivir juntos" le comentó casualmente, fijándose en la más leve expresión facial que tuviera en reacción a su intromisión.

Louis soltó un suspiro, llevándose una mano al cabello y despeinado los mechones marrones en un ademán de incomodidad.
"¿Todavía sigue con eso?" masculló.

"¿No quieres?"

"No me voy a ir con él y dejar a Zayn a su suerte, solo un cabrón haría algo así" le replicó tajante, poniéndose de pie antes de que continuara entrometiéndose en sus asuntos, con el pretexto de que necesitaba una taza de café.

Y la efímera espera se extendió hasta entrada la mañana siguiente.


Bueno, yo quería matar al mocoso grosero, pero como vi que se pusieron a chillar en los comentarios mejor me ahorré la arena y le perdoné la vida jsjsjsj

Este capítulo parecerá irrelevante, pero determina un gran arco en la historia... Ya dije demasiado, mejor me voy.

Usen mascarilla, beban agua y hagan su tarea.

(っ◔◡◔)っ ♥

- Ro.

Daisy flowers  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora