Pergamino 7

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Pov. Alejandra

— ¿Se siente mejor?

Itachi niega con la cabeza, ha pasado una semana entera desde el colapso de Tsukumo y no ha mostrado gran mejoría desde entonces.

— El Mizukage no se ha despegado de su lado, Sakura ¿de dónde conoces a ése tipo? ¿quién es?

— No me creerías.

— Nosotros venimos de realidades distintas, se abren portales y hay gente que vivió en la luna, te creeré lo que me digas.

Suspiro con temor en mi corazón, desde hace tiempo me hice cargo de que Kara nunca apareciera en mi mundo pero al parecer les voy a tener que hacer frente si quiero recuperar a mi hija.

— Kaguya Otsutsuki no llegó sola a éste mundo...

                               🍥

Itachi ha estado sentado en silencio durante un buen tiempo, desde que le conté todo lo que sabía no ha dicho ni una palabra.

Solamente trajo varios archivos a la oficina Hokage pero no me ha informado nada, yo no soy muy habladora pero su silencio me vuelve loca.

Pasa de un pergamino a otro sin dejar de leer, decido sentarme aunque no puedo concentrarme en mi trabajo. Hace años que lo vi y todavía no puedo sacarme de la cabeza su reverencia burlona.

"Fueron buenos movimientos, al menos para alguien de tu edad" con el tiempo entrené hasta el cansancio para enfrentarlo, pero lo primero que se enseña en la Academia es que no importa la cantidad de jutsus que poseas, el ingenio es lo que te dará la victoria en la batalla, sin embargo ése sujeto es inteligente, una amenaza en toda su regla.

— Sabía que lo había visto en alguna parte.

Se levanta con un pergamino en las manos, lo extiende en mi escritorio, es antiguo y en él viene un dibujo de ése hombre.

— ¿De dónde lo sacaste?

— Es parte de los archivos que pudimos rescatar del Clan Uzumaki.

¿Uzumaki? En una esquina del pergamino hay una mancha roja, sangre.

— Es de los últimos documentos que escribieron antes de ser aniquilados.

— ¿Crees que esté involucrado?

— Sí, el Clan Uzumaki era poderoso, sus técnicas secretas de fuinjutsu siguen siendo estudiadas y muy pocas han podido ser replicadas con totalidad. Su extraña desaparición ha generado uno de los mayores misterios en el mundo ninja.

— ¿Por qué los mataría?

— Si él es como Kaguya no hay nada más peligroso que el fuinjutsu, además había escuchado que el Clan poseía un Kekkei Genkai en extremo poderoso, unas cadenas tan blancas como la nieve.

— Tal vez pero para saberlo se tuvo...

— Que enfrentar a ellos.

Nos quedamos mirando por unos minutos.

— Debemos de investigar a Uzushiogakure.

                               🍥

Obito regresó al puesto de Hokage en cuánto se lo pedí, el Mizukage se ha quedado en la Aldea hasta que su padre reaccione.

— Deberíamos de estar a punto de llegar al centro de la capital.

Veo a mi alrededor la hierba alta y las pocas columnas a punto de caer.

— ¿No deberían de haber más vestigios?

— Cuando el Clan desapareció empezaron los saqueos para obtener sus técnicas secretas, el País del Fuego obtuvo la mayoría pero todavía puedes encontrar algunos pergaminos dentro del mercado negro.

— ¿Por qué habrá esperado tanto?

— ¿A qué te refieres?

— Kushina Uzumaki todavía tuvo que ser trasladada a Konoha, tiene poco que destruyó al Clan, ¿por qué lo hizo hasta entonces? ¿qué era lo que esperaba?

Ambos nos quedamos reflexionando y al mismo tiempo alzamos la cabeza.

— Esperaba la muerte de alguien — decimos al unísono.

— Mito Uzumaki era a lo que le temía.

— Hay más cosas en esa historia, presiento que algunas no se encontraran en éste mundo.

Mientras más avanzamos encontramos algunas piedras o muros aún en pie, al llegar al centro nos recibe un obelisco con varias enredaderas y con los nombres de varios shinobi tallados en el.

— ¿Cómo se supone que obtendremos información de las ruinas?

— Este es el centro, un lugar ideal para que el Clan se reuniera en situaciones de emergencia.

— ¿Un refugio?

— Un refugio, una sala de reuniones, como quieras llamarle. Todos los clanes tienen uno, se decía que el Clan Uchiha tenía pasadizos secretos alrededor del País del Fuego aunque nunca nadie ha podido comprobar su existencia.

— Un lugar secreto...

— No hay nada en el subsuelo, fue el primer lugar dónde buscaron.

— Pero si ellos eran expertos en fuinjutsu no tenían necesidad de hacerlo así.

Nos dividimos el área para buscar cualquier indicio en la superficie, ya casi no queda nada de su infraestructura, ni que decir de algun objeto que pueda encontrarse, realmente saquearon todo.

Pasamos todo el día y toda la tarde persiguiendo fantasmas pero no encontramos nada, nos reunimos junto al obelisco para dormir un poco.

Paseo mis manos entre los nombres tallados, quedaron grabados para ser honrados sin embargo ahora están condenados al olvido.

— ¿Crees que ella podrá perdonarme?

— Ursa es una niña muy amable y tu eres su madre, su héroe.

— ¿Alguna vez piensas en ellos? ¿En tus hijos?

— Todo el tiempo.

Nos quedamos en silencio en busca de algún consuelo lejano.

                                🍥

— Ya recorrimos todo el área y no hay ni rastro de una habitación secreta.

Itachi no me contesta y sólo se le queda viendo al obelisco del centro, han pasado tres días desde que estamos aquí pero no hemos avanzado nada.

— ¿Qué pasa?

— ¿Qué ves a tu alrededor?

— ¿Alrededor...? Nada, todo está destruido.

— Exacto, sólo quedan las ruinas ¿por qué razón esto se mantendría en pie?

Toca al obelisco con la palma abierta, da unos golpes que emiten el sonido como de una puerta.

— Está hueco.

— Necesitamos analizarlo.

— Enviaré un mensaje a Konohagakure para que nos envíen un equipo.

— Que envíen al Mizukage.

— Entendido.

Redacto el mensaje con rapidez y lo envío, Itachi sigue observando el monumento.

— Todas éstas personas, su memoria y su Clan estuvieron a punto de ser borrados de la faz de la Tierra por miedo y ambición.

— Lograron sobrevivir, a su forma pero lo lograron.

— Incluso ahora viven, y quieren decirnos algo.

Retira la mano dejando ver el nombre de un varón del Clan, Uzumaki Kenji.

El final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora