Pergamino 12

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Pov. Natalia

— ¿Es tuyo?

No entiendo la pregunta a la primera debido a lo fuerte que aprieta los dientes Sasuke. Me posiciono enfrente de mis hijos, ninguno sabe lo que pasa y se quedan agazapados detrás mío.

— Si te acercas un paso más, tendré el derecho a atacarte.

El ambiente se torna tenso, tanto que incluso se me dificulta respirar. Continuamos viéndonos a los ojos, esperando cualquier movimiento en falso por parte del otro.

— ¡Sasuke-san! Yo también voy con ustedes, quiero ir por mi papá.

Ni bien nos alcanza, Boruto se detiene abruptamente al vernos a punto de pelear. Sin embargo se fija en Usami y en Takumi.

— ¿Cuándo llegaron? Pensé que estarían aquí hasta el verano.

— ¿Lo conoces Boruto? ¿Quién es?

— Es mi primo, él y Seijun son mellizos.

Sasuke desvía la mirada a mi hija, su pelo azabache aumenta su furia y en cuanto lo ve activa su Sharingan.

— Te voy a matar.

Mi corazón late a un ritmo anormal, antes de que llegue a tocarme una mano lo detiene por el pecho.

— Basta, ustedes podrán hablar después. Ahora lo importante es ir por Naruto.

— Muévete Kakashi, ¿Cómo es posible que no informarás nada?

— Si sigues con esto entonces me verás involucrado, te recomiendo parar y traer de vuelta al Séptimo.

— Lo haré, y cuando vuelva ella recibirá su castigo. Ni siquiera Naruto podrá pasarlo por alto.

Se aleja en silencio, no sin antes darle una segunda mirada a Usami.

— Yo los llevaré a casa.

Kakashi nos acompaña en el camino de regreso, mis hijos pudieron recuperarse después de unos minutos pero en todo el trayecto yo no abrí la boca.

Una vez que llegamos al complejo del Clan Hyuga me detengo en la puerta y realizo una reverencia.

— Gracias Kakashi-sama.

— No fue nada, después de todo debo proteger a los hijos de mi alumna.

Mi sorpresa es enorme, averiguar quién es el padre es sencillo, pero la madre... Pensé que lo había ocultado bien.

— ¿Desde cuándo?

— Hace dos años, podrán tener mucho del Clan Uchiha, pero esos ojos castaños y rasgados son característicos de los Senju, se parecen mucho a los de Misaki.

— Me los va a quitar.

— Lo más probable es que lo intente, pero tienes ventaja en que no sabe quién es la madre. De momento son tuyos y no creo que Naruto te obligue a entregarlos aún sabiendo quién es el padre.

— ¿Y si lo hace?

— Tendré que intervenir.

— ¿Haría eso por mí?

— Se que no eres mala, aunque hagas cosas dudosas.

— Gracias Kakashi-sama.

                                💧

Hemos pasado un par de días encerrados, hay guardias en cada esquina del complejo siguiendo a cualquier persona que salga de el. Hiashi por supuesto fue el primero en reclamarme y en echarme en cara que lo que sea que hice afectó a todo el Clan.

El final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora