Pergamino 34

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Pov. Natalia

El templo de máscaras Uzumaki no estaba muy lejos de Konohagakure, llegar a el fue sencillo, desocuparlo fue un tema aparte. Todas las cosas que extrajimos de la cámara funeraria de Rumiko fueron a parar en un sólo pergamino.

Cuando intenté hacer lo mismo con las máscaras estas simplemente soltaron una corriente eléctrica que por poco me rostiza viva, si queríamos llevárnoslas tendría que ser a la antigua.

— Sujétala mejor, no quiero demorar en llegar al País del Agua.

— La sujeto lo mejor que se puede— gruñe Obito.

Ahora recuerdo porqué me caía tan mal, ambos somos explosivos y de mecha corta.

— Como quieras pero que sea rápido.

— Concéntrate en el camino.

Cuando estoy a punto de responderle siento la presencia de uno de esos hombres de Kara, sujeto a Obito del cuello y nos escondo entre los árboles. Un hombre alto de pelo blanco se detiene justo en la entrada del santuario Uzumaki.

— Debemos irnos, camina hacia el túnel.

Obito me empuja suavemente para que lo obedezca, el hombre entra al templo y nosotros aprovechamos la oportunidad para ponernos a salvo.

— ¿Qué hacen aquí? Dudo mucho que Rumiko les haya dicho cómo romper el sello.

— Tal vez vinieron por otra cosa.

— ¿Qué otro fūinjutsu los fastidia además del collar?

— Lo mejor será irnos.

Ambos corremos lo mejor que se puede con las cajas,  sin embargo tuvimos suerte, si Jigen hubiera sido el que visitara el templo Uzumaki seguro se habría percatado de nuestra presencia.

                                            💧

Miki ya lleva más de diez vueltas al bote cuando Obito se fastidia y la agarra para que se detenga.

— Cuidado, gracias a ella es que nosotros obtuvimos ventaja.

— Un roedor salvó al mundo ninja, increíble...

La suelta de mala gana y sigue remando, Miki opta por irse a acostar en mis piernas de tal manera de vigilar a Obito.

Salir del País del Fuego fue más fácil de lo que pensé, esos túneles están tan bien hechos que el camino fue ligero. La parte complicada fue conseguir transporte hacia el País del Agua.

— La niebla cada vez está más densa.

— No debemos estar muy lejos.

Me detengo para tomar la apariencia de Tenten, Obito activa su Sharingan para guiarse.

— Sigo sin ver mucho.

— Debe ser artificial, eso sólo nos quiere decir que ya casi llegamos.

Remamos con más ánimo hasta chocar contra una barrera morada.

— ¡Identifíquese!

— ¡Tenten y Uchiha Obito de Konohagakure!— grito a la nada.

Un anzuelo se clava en nuestra barca y tira de nosotros a la orilla, atravesando la barrera de paso. Cazadores de la neblina nos ayudan a bajar junto con las cajas Uzumaki.

— Lord Sexto Hokage los espera en la capital, nosotros los escoltaremos.

Miki se esconde lo mejor que puede, los shinobi cargan las cajas y nos dirigen a Kirigakure.

El final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora