Pergamino 1

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Seguía acariciando su melena castaña aunque hace tiempo que cayó en los brazos de Morfeo. Neji despierta desorientado pero apenas la ve en medio de nosotros y sonríe.

— ¿Otra vez la misma pesadilla?

— Ahora no estaba Usami, el mapache sólo quería comersela a ella y a Ren.

— Es extraño que se le repita periódicamente.

— Sí lo sé, me preocupa que éste viendo algo más que un sueño.

— No sería la primera vez de todas formas.

Hikari aprieta más al oso de peluche, Neji toma mi mano y la otra la pone en la cabeza de nuestra hija, ella se relaja y sigue durmiendo tranquila.

— Espero que ahora no haya molestado a Seijun, desde que Usami se fue es a ella a la que despierta.

— No lo hizo, me la encontré en la puerta de su habitación a punto de correr para acá.

Neji se ríe entre dientes mientras niega con la cabeza.

                                 💧

Después de que Hikari se levantó, Neji y yo aprovechamos para alargar nuestra mañana. Él cada día está más guapo aunque tenga mucho peso por ser el líder del Clan, yo me encargo de liberarlo de tensiones y estrés.

Y no, no todas mis técnicas son sexuales aunque son las que más disfruto claro está. Peino mi cabello en un semi recogido y lo decoro con la peineta dorada que mi padre me regaló.

Paso los dedos entre los mechones de mi pelo con nostalgia. Neji nota mi retraimiento y se acerca tomando mis hombros.

— Te ves hermosa con el que sea.

— Lo sé — alzo el mentón muy diva— Pero ya no soy la pelirroja espectacular, soy la albina a secas.

— Me gustaría aunque fuera neón.

— Ugh ahí si me lo teñiría, puedo estar en contra de eso pero conservo un poco de buen gusto.

Me da una sonrisa ladeada y sus manos comienzan a hacer movimientos suaves con una promesa pecaminosa de por medio. Me siento tentada a dejarme llevar pero las risas del comedor me bajan de mi deleite.

— Si lo hacemos puedo asegurar que Hikari nos atrapará con las manos en la masa, ya tardamos mucho y vendrá a preguntar.

— Puedo llamar a alguien para que la distraiga.

— Y entonces todos sabrán lo que su líder hace por las mañanas.

— Todos se morirán de envidia.

Lo último lo susurra en mi oído y un escalofrío me recorre la columna "Acepta estúpida acepta". Tocan la puerta y escucho a Neji maldecir.

— Adelante.

— Neji-sama el desayuno está listo, las señoritas Seijun y Hikari los están esperando en el comedor.

— Vamos para allá.

La mujer hace una reverencia y se retira en el más absoluto de los silencios.

— La espantaste.

— Interrumpió mi cacería matutina.

Le doy un codazo y salimos de la habitación, ambos utilizamos kimonos finamente elaborados. Neji ha crecido en estatura pero sigue siendo más bajo que yo por unos centímetros, cosita de nada pero aún así sus sandalias son hechas con plataforma para que visualmente se vea más alto que yo.

El final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora