Pergamino 35

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Pov. Alejandra

Durante cuatro años las aldeas resistentes han entrenado para hacer frente al enemigo, cuatro años desde que el Pais del Fuego fue borrado del mapa.

— Inténtalo otra vez Sarada— apremia Itachi.

Activa su Mangekyō Sharingan y lanza varias shuriken, la chica activa sus ojos de tres aspas y poco a poco avanza hasta su tío.

— Aún no puedes verme.

Itachi la golpea desde la espalda terminando por hoy su entrenamiento.

— Será mejor que descanses, pasado mañana retomaremos la práctica.

— ¡No! — Sarada quita un mechón de pelo de su frente— Por favor tío Itachi, sigamos entrenando.

— Olvídalo.

Vuelve a replicar, pensé que en estos cuatro años en los que ha vivido con Itachi ya conocería que discutir con él es causa pérdida.

— Te he dicho que no, cansándote de esa manera no lograrás nada. El entrenamiento debe ser balanceado, sin exagerar en ningún aspecto.

Sarada se muerde el labio, frustrada por no avanzar tan rápido como ella querría. Se acerca su cumpleaños número 17 y sé que por su cabeza vuelve a pasar la esperanza de traer a sus padres de vuelta para entonces.

— Ve a casa— ella se levanta sacudiendo la tierra de su pantalón — Si me entero de que le pides ayuda a Usami o a Seijun te aseguro que dejaré de entrenarte.

— Sí tío Itachi.

Se aleja cabizbaja, dejándonos en el campo de entrenamiento.

— Es lo mismo todos los años.

El azabache asiente a mi comentario y suspira.

— Todos queremos traerlos de vuelta, pero debemos de pensar con la cabeza fría.

— Aunque siempre es bueno pensar en el premio que obtenemos.

Cargamos las herramientas ninja y nos vamos a las residencias que Sunagakure construyó para los refugiados. Pasamos por delante de la Academia Ninja, en la que todos reciben lecciones de ninjutsu médico.

— Lady Hokage.

Hikari grita alzando el brazo para saludarnos, con el tiempo ha logrado abrirse un poco más a las personas. Es la única de los chicos Hyūga que trata de socializar con los demás.

— ¿Sucede algo Hikari?

— Quería preguntarle cuándo iniciaríamos de nuevo con mi entrenamiento, supe que Ursa regresó de su misión en el País del Agua.

— Muy pronto, en cuánto tenga una fecha fija te buscaré ¿de acuerdo?

— Hikari...— Shinki se detiene al vernos y realiza una reverencia — Lady Hokage, Itachi-sama.

— Tengo que irme, ya sabe como se ponen mis hermanos si no llego a tiempo a casa.

La chica nos despide y toma el brazo de Shinki, hace mucho que dejó de ser una niña, incluso ha sido ascendida a chunin.

— Al menos no perdió por completo su brillo— comento mientras se pierde de vista.

— Se parece a su madre...— Itachi abre la puerta de la Academia para mí — Kikyo tampoco se dejaba llevar por la desgracia.

— Ryūnosuke también se parece a ella.

— Demasiado, por lo mismo a veces lastima a sus otros hermanos.

El final del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora