Jeonghwa noona

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Seonghwa apenas se podía mover por el pequeño balcón, pues casi todo el suelo estaba ocupado por diferentes macetas. La mayoría eran flores: geranios, pensamientos, sobre todo petunias, a las que cuidaba con todo el amor del mundo y con las que hablaba a veces (podía ser que para otros fuera ridículo hablar con flores, pero Seonghwa encontraba muy placenteras sus mañanas atendiendo a sus plantas y hablando de sus días y sus problemas. Los geranios nunca se burlarían ni juzgarían a Park Seonghwa por los problemas que le atormentaban y eso lo agradecía). También tenía romero, menta, albahaca, perejil, a los que no les hablaba demasiado pero que usaba constantemente en la cocina. Mientras echaba agua a las macetas, Seonghwa se dijo a sí mismo que cuando se mudara de aquel apartamento, tendría un jardín que llenaría de montones de flores y plantas. Aunque debía conformarse por el momento con su pequeño balcón, pues no veía factible eso de mudarse a una casa más grande en un futuro cercano.

Era un sábado por la mañana y su cama estaba siendo ocupada por Yunho. Le había costado levantarse de la cama, pues el más alto se negó a quitarse de encima por cerca de quince minutos, besando el cuello de Seonghwa y murmurando con voz grave y adormilada que no se fuera, que la cama se iba a sentir fría si él también se iba. Hongjoong había abandonado el nido que se habían montado en el colchón de Seonghwa sobre las tres de la mañana, diciendo que debía irse urgentemente a su oficina (su habitación) a trabajar en una idea que se le había ocurrido diez minutos después de que apagaran la luz para irse a dormir.

Claramente, las tres de la mañana aún era muy pronto para Hongjoong, que estaba acostumbrado a irse a dormir cuando salía el sol. Sin embargo, Seonghwa solía salir del restaurante los viernes por la noche y cuando llegaba a casa, se daba una ducha y se dormía en cuanto su cabeza tocaba la almohada. Pero la noche anterior, Yunho y Hongjoong decidieron que era un buen momento para irrumpir en su casa para tener una cita. Ver una película y vaciar la nevera de Seonghwa era la idea de una cita perfecta para sus novios y el mayor tampoco podía quejarse. Era mejor que nada, y siendo los tres unos adultos con vidas ocupadas, era difícil encontrar momentos para estar juntos. Ver X-Men: first class y comerse todo lo que tenía en la nevera con Hongjoong y Yunho fue agradable. Además, después de que se acabara la película, Hongjoong les hizo moverse a la habitación y con poca vergüenza le bajó los pantalones a ambos. Y revolcarse en la cama fue lo que hicieron hasta que dieron las tres y Hongjoong se puso la ropa interior para volver al apartamento de al lado a hacer lo que fuera que se le había ocurrido.

Pero Seonghwa no iba a pensar demasiado en lo que ocurrió la noche anterior.

Justo cuando terminó de regar todas sus plantas, Seonghwa escuchó desde el balcón el tono de llamada que Wooyoung había puesto en su teléfono. Los niños y su conocimiento ilimitado de las nuevas tecnologías no dejaban nunca de sorprender a Seonghwa, quien nada más llevaba medio año usando kaomojis (pero no emojis porque los kaomojis eran más adorables). Jongho le llamaba abuelo y Seonghwa sólo podía protestar en voz baja, qué culpa tenía él de su poco interés en teléfonos, ordenadores y demás. Seonghwa cerró la puerta del balcón y fue hasta la cocina a buscar su móvil, donde lo dejó abandonado cerca de una hora atrás cuando se estaba tomando un té. Dudó un momento al ver el nombre de quien le estaba llamando, mordiéndose el labio de forma nerviosa. Estuvo tentado a ignorar la llamada, silenciar el teléfono y seguir con su día como si no hubiera visto ese " Noona" en la pantalla. Sin embargo, sabía que ella llamaría hasta que contestara, o peor, se presentaría en su casa. Y Seonghwa no quería a su hermana molestando en su apartamento.

ㅡJeonghwa noona ㅡSeonghwa fingió un tono alegre al saludarㅡ, buenos días.

ㅡHola, Seonghwa. ¿No te he despertado, verdad?

Door 1117 {ATEEZ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora