Deberías casarte con él

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ㅡ¿Y cuándo vas a volver?

ㅡEn dos semanas, ya te lo he dicho como cinco veces en la última media hora.

Hongjoong estaba arrastrando una maleta casi tan grande como él a la entrada del apartamento y Yunho iba detrás de él, mientras preguntaba sin parar cuándo Hongjoong iba a volver, si era necesario que se fuera tantos días, si le iba a llamar todas las noches. Hongjoong le contestaba sin más, riéndose de Yunho que no quería despegarse de él. En la entrada, Hongjoong se agachó a ponerse los zapatos y Yunho estaba a su lado, haciendo pucheros.

ㅡNo me he ido y ya me estás echando de menos ㅡsonrió Hongjoongㅡ. Eres como un cachorrito... Aigoo, Yunho-yah, qué lindo eres.

ㅡ¡Dos semanas es mucho tiempo! ㅡse quejó el más alto, cruzando los brazosㅡ. Me siento abandonado.

Hongjoong se puso en pie y agarró de nuevo su maleta. Yunho usó su mejor carita de perro abandonado, como si eso fuera a convencer a Hongjoong de no irse. Sin embargo, Yunho sabía que no iba a funcionar, pues Hongjoong iba a visitar a su abuela y no cambiaría eso por nada del mundo. El más alto abrazó a Hongjoong y le aplastó la mullet despeinada, para que se viera un poquito más presentable.

ㅡTe llamaré todos los días ㅡrespondió Hongjoong, levantando la cabeza para mirar a Yunhoㅡ. Y haré mucho ruido para que sea como si no me hubiera ido.

ㅡNo me llames en mitad de la noche mientras chillas o cantas, eso es molesto ㅡYunho frunció un poco el ceñoㅡ. Con tal que me llames para darme las buenas noches me conformo...

Hongjoong se puso de puntillas y le acarició la cabeza como si Yunho fuera su perrito de metro ochenta y pico. (Que lo era, por mucho que Yunho negara ser un perro. Lo negaría hasta el día de su muerte pero sabía muy en el fondo que le daría la patita y ladraría si Hongjoong se lo pidiera).

ㅡMe tengo que ir ya o voy a perder el tren ㅡHongjoong suspiró y abrió la puertaㅡ. Cuando llegue te aviso...

Yunho le siguió hasta el ascensor y mientras esperaban a que éste subiera, Yunho agarró a Hongjoong por la manga de la camisa con dos dedos.

ㅡ¿Puedo ir contigo la próxima vez?

ㅡ¡Claro, mi abuela quiere conocerte! ㅡHongjoong rióㅡ. Es hora que vea en persona al único hombre al que confiaría mi vida y la de mi primogénita.

Yunho sonrió y se agachó cuando Hongjoong tiró de él. Hongjoong presionó sus labios a los de Yunho, dándole un besito de despedida. Yunho no se quiso despegar pero Hongjoong le obligó, dándole un golpe suave en el pecho.

ㅡ¡Nos vemos en dos semanas, Yunnie! ㅡriendo, se metió en el ascensor y movió la manoㅡ. ¡No llores mucho por mí!

Cuando la puerta del ascensor se cerró, Yunho suspiró una vez más y se volvió al apartamento, a tumbarse en el sofá y mirar a la nada por unos diez minutos.

Los siguientes días pasaron con la poca normalidad que era no tener a Hongjoong chillando a las cuatro de la mañana, haciendo ruidos raros y dejando sus cosas en mitad del salón. Era muy extraño... Lo máximo que había pasado Yunho sin Hongjoong fueron esos tres días en los que Hongjoong pasó una noche encarcelado y a la mañana siguiente lo mejor que se le pudo ocurrir fue esconderse en casa de Mingi porque no quería volver al apartamento y que Yunho le echara la bronca por haber pasado la noche en la cárcel. (Yunho ni quería saber qué diablos había hecho Hongjoong para que le retuvieran por toda una noche). Así que, tras casi una semana sin Hongjoong, Yunho comenzaba a sentirse solo. Las llamadas a horas extrañas de Hongjoong ayudaban, pero Yunho echaba de menos tener a su terremoto diminuto destrozando la casa y robándole las camisetas.

Door 1117 {ATEEZ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora