Seonghwa no se fiaba del todo de Hongjoong, y tenía muchos motivos para su desconfianza.
Aquel hombre de conductas extrañas y visión artística incomprensible podría ser el mayor genio que Seonghwa conocería en su vida y respetaba sus extravaganzas que nada más tenían sentido en su mente. Aunque no entendía por qué Hongjoong tenía esa pasión tan desmesurada por High School Musical 2 (hasta el punto de pelearse con Mingi, quien decía que la primera tenía mejores canciones), o por qué le frustraba tanto cuando en las películas no usaban la vestimenta apropiada a la época que pretendían representar, o por qué veía aceptable pasarse casi tres días enteros sin dormir para acabar un autorretrato donde él estaba vestido como en el siglo XVI, con lechuguilla y todo, y Dubu (la gata de Mingi) en su regazo (Lord Edward Kim and Lady Sundubu Jjigae, olio sobre lienzo)... Aunque Seonghwa no entendiera nada de eso, le respetaba.
Sin embargo, Seonghwa prefería mantener las distancias y no ser parte de su burbuja artística. Después de tener la cabeza cubierta de silicona, Seonghwa se prometió a sí mismo no ser nunca más una cobaya en los experimentos de Hongjoong.
Pero claro, Kim Hongjoong, aparte de ser un genio incomprendido, era también un experto en el arte de la persuasión. Y con la ayuda incondicional de Jeong Yunho, Seonghwa no tenía nada que hacer. Eran demasiado poderosos para él, con ojitos brillantes, besitos en sus mejillas y en su barbilla, caricias en la espalda. No se le podía culpar, Seonghwa era un hombre y como cualquier mortal en la faz de la Tierra, tenía sus debilidades. Lo peor era que Yunho y Hongjoong tenían muy en cuenta la influencia que ejercían sobre el mayor de los tres y se aprovechaban de mala manera. En el poco tiempo que llevaban juntos, esos dos habían conseguido sacarle de su zona de confort más veces de las que Seonghwa veía necesarias.
Pero bueno, qué se le iba a hacer.
Así había acabado aquella noche de sábado, sentado en el suelo del salón de sus novios, con un espejo en su mano y mirando su reflejo. Hongjoong estaba arrodillado detrás de él, con las manos en sus hombros y dedicándole piropos y halagos a Seonghwa. Por otro lado, Yunho les observaba desde el sofá, a punto de quedarse dormido. (Seonghwa quería ir a tumbarse con él, plantarle un beso en su boquita pucherosa y pasar el resto de la noche dándole mimos. Más adelante, supuso, cuando Hongjoong le dejara libre).
Seonghwa suspiró al centrar de nuevo la atención en su reflejo.
ㅡTe ves guapo, Hwa ㅡHongjoong apoyó todo su peso en Seonghwa y sonrióㅡ. Podrías dejar tu trabajo y volverte idol. Mars Park, cocinero, stripper, idol. Lo puedes ser todo.
ㅡTengo casi treinta y dos años, ninguna compañía me querría. Y si me veo tan guapo como dices, ¿por qué quieres cambiarme aún más?
ㅡ¡Porque podrías verte más guapo!
Park Seonghwa no era muy fan de las peluquerías, nunca lo había sido y nunca lo sería. Tener a gente tan cerca de su cabeza con cacharros que podían quemarle o cortarle una oreja no era algo que disfrutara demasiado, se limitaba a ir una vez cada mucho tiempo cuando el flequillo le cubría los ojos y le tocaba la nariz. (Y tampoco iba con mucha gana, pero era mejor que tomar las tijeras de Wooyoung para cortarse el cabello. No, no, tenía una imagen que mantener y arruinarse el pelo no ayudaría en nada). Por esto, Seonghwa estaba seguro que llevaba casi diez años con su color de pelo natural, sin teñirlo ni hacerse nada arriesgado.
Pero Seonghwa no podía decirle que no a sus novios por mucho que quisiera y terminó en una silla con Hongjoong echándole pegotes de decolorante en el cabello, después de raparle los lados y la nuca. Y ahí estaba, un buen rato después y tras lavarse el producto de la cabeza: con el pelo rubio chillón en las puntas y casi blanco en la raíz. No había costado demasiado que se levantara el color, pues su pelo estaba libre de otros tintes y demás. Seonghwa no sabía cómo sentirse, la última vez que tuvo el pelo tan claro debió ser cuando todavía era un estudiante durante algunas vacaciones (porque no podía llevar el pelo teñido de un color extraño a clase).
ESTÁS LEYENDO
Door 1117 {ATEEZ}
Fiksi PenggemarEn donde Yunho y Hongjoong son compañeros de piso y Seonghwa es el vecino.