Tío Yunho y tío Joong

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ㅡYunho, ¿por qué hay un niño durmiendo en mi cama?

Yunho estaba ese día en su cuarto, con la puerta medio abierta y viendo una serie en su ordenador. Cuando se despertó aquella mañana, Hongjoong ya no estaba. Le había dejado una nota pegada en la frente que decía que iría a Dios sabía dónde a comprar pinturas y telas para un proyecto que tenía en mente. Eran casi las cinco de la tarde y Yunho, sinceramente, ya ni esperaba que Hongjoong volviera. A veces le daba por decir que iría a comprar quién sabía qué cosa y no volvía hasta el día siguiente, cargando bolsas más grandes que él, algún piercing nuevo y una resaca impresionante. Parecía que en esa ocasión, las aventuras secretas de Hongjoong se habían hecho cortas. Yunho dejó de mirar la pantalla para ver a Hongjoong parado en su puerta, con unas ojeras horribles y el eyeliner corrido de tanto frotarse los ojos. Hongjoong llevaba unas pintas más que cuestionables: unos pantalones azules de pijama con estampados de ositos, un suéter amarillo que había visto mejores días, botas con una plataforma un poco -demasiado- grande y una gorra que Yunho sabía que era suya. Yunho pestañeó un poco y silbó.

ㅡWow, te ves horrible.

ㅡMuchas gracias, Yunho. Siempre puedo contar contigo para levantarme los ánimos ㅡHongjoong frunció el ceño y dio un pisotón en el sueloㅡ. No cambies de tema, ¿por qué hay un bebé en mi cama?

ㅡWooyoung quería echarse una siesta y como pensé que no ibas a volver tan pronto, lo he dejado ahí. Pero ya se despertará en nada, no te preocupes.

ㅡYunho, ¿quién diablos es Wooyoung?

Yunho dio una vuelta en su silla antes de ponerse en pie. Hongjoong estaba gruñón ese día, lo podía notar. Y un Hongjoong gruñón era el peor Hongjoong y Yunho odiaba lidiar con él. Pero Yunho estaba acostumbrado a tratar con él y tenía más que seguro que lo único que Hongjoong necesitaba era dormir un rato. Yunho se acercó a la puerta y puso las manos en los hombros de Hongjoong.

ㅡTe dije que iba a cuidar al sobrino de Seonghwa hoy ㅡYunho tiró de Hongjoong y lo llevó hasta su camaㅡ. Siento haber invadido tu cama sin permiso. Venga, túmbate. ¿Cuánto has dormido?

ㅡPensé que ibas a ir a su casa a cuidar de él, no que lo ibas a traer a nuestra casa ㅡHongjoong se acostó en la cama de Yunho tras quitarse la gorra y bostezó con la boca bien abiertaㅡ. He dormido una media hora en el tren.

ㅡNo, te dije que lo iba a cuidar aquí pero supongo que estabas muy disperso para entenderlo ㅡYunho negó con la cabeza y desató las botas de Hongjoongㅡ. Ni siquiera te has quitado los zapatos en la entrada, ¿cómo es que no has muerto de camino a casa?

ㅡTengo el poder de Dios y el anime de mi lado.

ㅡNo vuelvas a hablar usando referencias de vídeos virales, Kim Hongjoong.

ㅡNo trates de censurarme ㅡHongjoong abrazó una almohada y cerró los ojosㅡ. Buenas noches.

ㅡSon las cinco de la tarde...

ㅡHe dicho buenas noches, Yunho.

Yunho suspiró y tapó a su compañero de piso con las sábanas.

ㅡBuenas noches, tonto.

Unas horas más tarde, Yunho estaba sentado en la mesa con Wooyoung, con grandes platos de comida que Seonghwa les había dejado preparados para la cena. Seonghwa era un ángel, Yunho de verdad tendría que regalarle algo por su cumpleaños, por ser el mejor vecino que tendría nunca. Wooyoung tenía ocho años y hablaba demasiado, en las pocas horas que Yunho llevaba con él, Wooyoung ya le había contado toda su vida entera y más. Yunho le escuchaba más o menos atento, porque no quería ser mala persona y no atender a lo que el adorable niño le decía, pero después de un rato se volvía casi insoportable tanta charla.

Door 1117 {ATEEZ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora