El estudio de Joong y planes de cumpleaños

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Kim Hongjoong era un hombre nuevo, porque ahora tenía un espacio específico para trabajar y eso le hacía sentir como un adulto responsable. Llevaba tiempo pensándolo, eso de buscar un estudio para trasladar sus maniquíes, telas, blocs de dibujos y demás cacharros y artefactos que un artista incomprendido como él pudiera necesitar. Su habitación estaba bien, pero era tan pequeña que ni siquiera podía moverse sin chocarse con algo o pisar alguna pintura que estaba en proceso de secarse. (Aunque debía admitir que ese cuadro abstracto con la huella de su pie en la esquina superior derecha consiguió venderla al triple del precio que esperaba. La clientela de Kim Hongjoong era casi tan rara como él). Si bien era cierto que tenía varias cosas en el salón, ese era un lugar común y no quería incordiar demasiado al pobre Yunho con cajas repletas de materiales o vestidos gigantescos que le habían tomado semanas terminar y que aún no había enviado a sus dueños. Además, hasta había vendido su cama para tener más sitio y aún así parecía estar en una lata de sardinas. Tener un estudio era más que una necesidad a ese punto.

("Te lo llevo diciendo casi desde que te conozco", le había dicho Yunho. "No sé por qué has tardado tanto en buscarte un estudio."

"Porque yo hago lo que quiera y cuando quiera, corazón de melón", respondió él, poniendo los ojos en blanco. "Sabes que no me gusta que me den consejos."

"Eres todo un caso, Kim Hongjoong.")

Yunho y Seonghwa habían insistido en visitar el estudio lo antes posible, a pesar de que Hongjoong hubiera preferido esperar a tener su nuevo lugar de trabajo más decorado. De momento, se tuvo que conformar con la escultura a medio terminar de la cabeza de su novio chef, un dibujo en digital de Seonghwa y Yunho encerrados en un corazón que había impreso y pegado a la pared y parte de su inmensa colección de figuras y muñecas. Allí se encontraban aquella tarde, sentados en sillas plegables y viendo a Hongjoong saltar de una esquina a otra, mientras les explicaba dónde pondría una segunda mesa para dibujar (porque la primera estaba ocupada por su máquina de coser). También tenía planes de conseguirse otro maniquí porque dos no eran suficientes y empezó a escupir información sobre tipos de telas y botones que ninguno de sus dos novios entendía realmente.

Seonghwa tuvo que interrumpirle antes de que pudiera ponerse a hablar sobre cremalleras e hilos.

ㅡYo solo espero que no tengamos que sacarte de aquí a rastras. Sabemos cómo te pones y una cosa es que te encierres en tu cuarto, donde podemos estar pendientes de ti, y otra es que te quedes solo aquí por una semana sin ver la luz del sol.

Hongjoong señaló con un dedo la ventana detrás de él y levantó las cejas.

ㅡSi abro las cortinas, veré la luz del sol.

ㅡNo te pases de listillo, Kim Hongjoong.

ㅡSí, sí ㅡHongjoong movió la mano, restándole importancia a la situaciónㅡ. Soy un nuevo yo, he madurado. Como dice el ser más sabio que conozco, Park Wooyoung, os ultra, mega, súper prometo con dedito meñique que no tendréis que sacar mi cadáver a medio comer por las ratas del estudio porque volveré a casa de vez en cuando.

ㅡNo ayudas a que me sienta mejor con esa promesa ㅡsuspiró Seonghwaㅡ. Pero bueno, haz lo que quieras.

Yunho se rió y puso una mano sobre el hombro de Seonghwa.

ㅡMejor ve asimilando que no le vamos a ver todos los días, hyung.

ㅡ¡Hombres de poca fe! ㅡse quejó Hongjoong, cruzando los brazosㅡ. Tenéis que ver más allá. Mirad, os pongo en situación: tengo mi propio lugar para trabajar, con mínimas distracciones. Menos distracciones hacen que trabaje más rápido, que trabaje más rápido hace que gane más dinero en menos tiempo. Y si gano más dinero en menos tiempo, ¡me sobran horas para estar en casa revolcándome con mis novios y teniendo citas cursis! ¡Es un plan perfecto!

Door 1117 {ATEEZ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora