Lunes.
Pov Christian.
-Christian!!- me sobresalto al escuchar el repentino grito de mi mano derecha. Ross me mira con el ceño fruncido parada frente a mi escritorio- se que eres el jefe y estas que te pudres en dinero, pero no es para que te la pase leyendo historias para niños en tu oficina- me dice.
Es cierto, me traje un libro de Ted, anoche cuando le estaba leyendo no le entendí nada de nada, pero él parecía muy emocionado, como dijo Ana no le leí demasiado.
-Es de mi hijo, yo….
-espera, cómo que tu hijo, no se supone que te separarías de la bruja de Leila?- pregunta.
Ross y Leila no se soportan, varias veces Leila me hizo escenas de celos con Ross, cuando muchas veces le deje claro que a mi mano derecha le gustan las mujeres.
-cierto, no te he contado- recuerdo- siéntate y te explico- cuando lo hace le cuento la historia de lo que pasó con Ana- así que ahora Ted se está quedando conmigo, este es su libro favorito y no entiendo bien la trama, habla de muchas cosas que han ocurrido, pero no las explican- le digo.
- es porque hay dos libros antes que ese- me dice divertida.
-dos?-
-si y te faltan como cuatro a algo asi para terminar la saga- me dice levantándose- felicidades por tu hijo, espero conocerlo pronto y revisa el contrato con los alemanes- me dice para después irse.
Dejó la lectura de lado y me pongo a trabajar, de todos modos no voy a entender nada sin haber leído los otros dos.
Taylor y yo vamos por nuestros hijos a la hora de la salida para luego ir al escala, por su puesto le dije a Andrea que cancelara todas mis citas de las tardes y las importantes la pasara en la mañana, lo demas lo hago desde mi casa.
Después de almorzar y que nos dieran un informe detallado de lo que hicieron y aprendieron en la escuela hoy, ayudo a los niños con su tarea, aunque ambos son muy listos, mi ayuda sobraba un poco.
Cuando terminaron fueron al cuarto de juegos que había mandado a preparar mientras trabajo un poco, tengo cámaras en ese lugar por lo que puedo estar tranquilo trabajando y saber que están haciendo al mismo tiempo.
En la noche recibo una llamada de Ana para saber de Ted y hablar con él un poco, me hizo todo un interrogatorio de lo que hicimos en el día, entiendo su preocupación, es la primera vez que está alejada de nuestro hijo, es normal su preocupación.
Miércoles.
-disculpe señor, pero el doctor no esta tuvo una emergencia familiar y tuvo que marcharse hace como una hora- me dice la secretaria- otra doctora será quien los recibirá- me informa- el mismo doctor fue que le encargó atenderlo-
-de acuerdo- acepto solo por el hecho de que Ted hoy esta con muchos mocos y no quiero que se vuelva un resfriado o algo peor.
-pasen al consultorio por favor, estara con ustedes en un minuto- me dice.
Entró con Ted al consultorio y lo siento él la camilla, mira todo a su alrededor con desconfianza, Ana dijo que no le gusta venir al hospital.
-me van a inyectar?- me pregunta.
-no hijo- le digo.
O eso espero.
-buenos días soy la doctora…..- escuchó que dicen y conozco perfecto esa voz- Christian!- dice sorprendida al verme.
Ambos nos quedamos mirándonos sin saber qué decir, hasta que Ted rompe el silencio cuando estornuda y empieza a hiperventilar, sacó su inhalador y se lo doy, rápidamente lo usa, pero aun así respira muy agitado.
-Christian acuestalo y sube su camiseta- me dice mi madre, aunque ahora es más la doctora que mi madre, de inmediato hago lo que me dijo mientras se acomoda el estetoscopio- trata de respirar profundo cariño, lo mas que puedas- le dice a Ted con dulzura- desde cuando está con los mocos?, siéntalo- se dirige a mí ahora y le pone el aparato en la espalda.
-desde esta mañana cuando despertó- contestó.
-se quedan algunas de sus ventanas abiertas en la noche?- me pregunta, me pongo a pensar y esta mañana cerré una de las ventanas de su habitación, la dejé abierta la noche anterior después de jugar con uno de sus aviones.
Carajo.
-si, olvide cerrar una a noche- digo.
-vives en un lugar muy alto y el viento muy frío le hace daño- me dice- no es nada grave, esta vez- puntualiza- asegurate no volver a dejar ninguna abierta, dejare unas medicinas que tiene que tomar- al escuchar esto Ted pone mala cara- tranquilo estas no saben tan mal- le dice con una sonrisa.
-que salió en sus exámenes?- le preguntó.
-la reacción alérgica fue a causa de un piquete de abeja- me dice- el doctor no lo noto antes ya que cuando llegó estaba completamente rojo al llegar por la fiebre- me dice.
-que es una abeja?- pregunta Ted.
-son pequeños insectos que hacen miel- le contesta mi madre y él asiente- es tan parecido a ti- dice mi madre con ternura mientras acariciaba su mejilla, Ted por su parte le sonrió, al parecer me agrada mi mama- el doctor habló sobre que sería bueno para el que tomará clases de natación, lo ayudaría mucho a fortalecer sus pulmones- me dice.
-no sería riesgoso para el?- le pregunto.
-no, si vas con personas especializadas- me dice y anota algo en una hoja- esta es una excelente escuela- me pasa la hoja- son personas especializadas, puedes estar tranquilo-
-está bien, aunque la decisión no es solo mía- le digo.
-lo se, si no mejora o presenta algún síntoma de fiebre debes traerlo enseguida- me dice.
-por su puesto- digo- ya es hora de irnos hijo- le digo.
-adiós doctora- se despide.
-adios pequeño- dice mi madre un poco triste, luego hablo con ella.
Cuando subimos al auto recibo la llamada de Ana, en Londres en tardísimo en la noche, pero ella está despierta, le digo lo que pasó en la consulta dejando de lado el hecho de que el otro doctor fue mi madre quién.
Entiendo que no confíe en mi madre y Mia, yo tampoco confío mucho, pero confío plenamente en el criterio de mi madre como médico, sé que no sería capaz de hacerle daño a nadie.