Pov Christian.
Un mes después.
Trato de calmarme y que no se note la incomodidad que siento en estos momentos, no es un mal estar como los que he sentido estos últimos meses y gracias a Dios ya han parado, más bien es como un mal presentimiento.
No me gusta.
Este último mes ha sido muy bueno, como lo habíamos planeado pasamos las fiestas todos juntos en familia, Mia de a poco fue aceptando a Ana, con Ted no hubo problemas casi siempre se la pasan jugando juntos.
En año nuevo justo antes de la cena la escuche hablando por teléfono con alguien, le decía que no pensaba ayudarla que no iba a hacer nada para dañar a su família.
Por supuesto que le pregunte con quién habla, ella me dijo que era Leila y que estaba furiosa con ella porque le había dado la espalda, Mia me conto que Leila le decía que Ana y yo teníamos que pagar por lo que le hicimos y que se las iba a cobrar con ted.
Desde ese momento aumente la seguridad de todos, pero de forma discreta, no quiero preocupar a Ana, ha estado un poco nerviosa con el embarazo, aunque el doctor nos aseguró que todo está bien con nuestros bebés.
Tendremos mellizos.
Aún no sabemos si serán niños o niñas, yo estaré feliz con lo que sean y Ted también.
-señor- Andrea entra a la sala de juntas interrumpiendo nos.
-que pasa?- le preguntó, sabe que no me debe interrumpir amenos que sea algo de suma urgencia.
-la señorita Steele lo está llamando, se escucha muy alterada señor- me dice y me levanto de mi silla sin importarme las demás personas que estan en la sala, voy hasta el escritorio de Andrea y tomo el celular.
-Nena, que tienes?, que pasa?- le preguntó y solo escucho sollozos del otro lado de la linea- amor, que pasa?- no quiero alterarla más pero si no me dice que pasa enloqueceré.
-se llevaron a Ted….
**************
Ya han pasado dos días y aún no hay señales de mi hijo, no hay nada, ni siquiera han hecho una puta llamada pidiendo un rescate.
En la primera personas que pensamo que estaba detrás de todo esto fue en Leila, por lo que me dijo Mia así que la buscamos, pero esta limpia.
Lleva desde antes de las fiestas fuera del el país, al parecer sale con un banquero o algo así.
Siento que colapsar de tanta angustia, la única razón por la que no lo he hecho es Ana, trato de mantenernos fuertes por los dos y nuestros bebes. No he podido dormir en estos días, me acuesto junto a Ana para que ella lo haga, pero yo no lo hago, no puedo hacerlo si no se donde esta mi hijo, pero ella también debe pensar en los dos que están en su vientre.
Tengo a toda mi gente buscándolo y ninguno me da alguna noticia alentadora. Esa escuela es una maldita porquería, sacaron a mi hijo de hay adentro y ellos siquiera lo supieron, Tyler nos dijo que Ted había pedido un permiso para ir al baño, pero no regresó.
Entró en nuestra habitación para ver como esta Ana y verificar que esté durmiendo, pero no está en la habitación, suspiro se donde esta, así que salgo de hay y voy a la habitación de nuestro.
Como suponía hay esta acostada en su cama, al menos me tranquiliza que esté dormida, me siento frente a ella y puedo notar que se quedó dormida llorando, como quisiera poder quitarle todo este sufrimiento, saber dónde está nuestro hijo.
Me quedo con ella velando su sueño, hasta que mi cuerpo cede al cansancio y también me quedo dormido junto a la cama.
*********
Siento que alguien me mueve y mi cuerpo se queja por la incómoda posición en la que estoy, al abrir los ojos me encuentro a Taylor frente mio, el me hace una seña para que lo siga y así lo hago, antes de salir verificó que Ana no duerme.
-hemos recibido un paquete, es un celular- me dice Taylor cuando estamos afuera.
-han llamado?- preguntó con algo de esperanza.
No me importa si tengo que vender mi empresa, quiero a mi hijo de vuelta.
-no, aun no- me dice.
Vuelvo a la habitación con Ana y beso su frente para después ir a mi estudio donde estan mis hombres de confianza, Wells, Barnie, Swager y Taylor por supuesto.
-esté modelos son muy antiguos, será complicado rastrearlos señor- me dice Barnie, el es un genio en la tecnología.
-primero mi hijo, luego esos bastardos -digo y en ese momento el celular suena, Taylor me dice que lo ponga en altavoz.
-Grey- contestó.
-en media hora en los muelles, te encontrarás con una persona de gabardina negra, te dará una computadora y una cuenta, en ella transferirá 50 millones, cuando lo hagas se te dara la direccion de tu hijo, mejor no te retrase Grey, no soportara mucho más tiempo sin su inhalador- la voz que parece de computadora cuelga la llamada.
-Taylor, el auto ahora- le digo.
-yo voy contigo- escucho la voz de Ana y la encuentro parada en la puerta.
-A….
-no, voy a ir quieras o no- dice firme.
-esta bien, pero te quedas en el auto- le digo, no es momento para discutir.
Vamos con Taylor en el auto mientras Swagger se queda organizando la seguridad y Barney monitoreando mis cuenta para poder localizar el dinero después.
Después de minutos interminables llegamos al muelle y le digo a Taylor que se quede con Ana.
Camino por el muelle hasta encontrar a la dichosa persona con una gabardina negra, la encuentro sentada en unas mesas de una cafetería. Me acerco a la mesa y simplemente me siento en ella, lo único que puedo suponer de la persona es que es una mujer, nada más y que está usando una peluca roja con un exagerado sombrero y gafas que cubren casi todo su rostro.
Me extiende la computadora y el papel con la cuenta, hago la transferencia y giro la computadora para que vea que ya está hecho y veo que hace una pequeña sonrisa, toma la computadora y se levanta para luego dejar otro papel en la mesa he irse.
Lo tomó de inmediato mirando la dirección, vuelvo al auto y se la digo a Taylor, en el camino él llama a Swagger para que nos vea allá con los demás y una ambulancia.
Llegamos a un lugar apartado de todo donde encontramos una cabaña en muy más estado, junto cuando llegamos también lo hacen los demás, hago que los escoltas mantengan a Ana dentro del auto, a pesar de todos sus insultos y protestas.
Entró al mugriento lugar junto con Taylor y otros oficiales, dentro está húmedo y con un desagradable olor, revisamos cada habitación de este mugriento lugar sin ver señales de mi hijo, estoy apunto de explotar cuando de repente se escucha una tos débil.
-viene del sótano- dice uno de los oficiales.
Rápidamente corrí hacia allá, si arroba olía mal aquí huele peor, todo está oscuro, pero aún podemos escuchar esa misma tos.
-Ted, hijo-lo llamó y la tos se vuelve más fuerte, no sé quién saca una linterna e ilumina el lugar y siento mi pecho sangrar al presenciar aquella imagen- Ted!!- está en el suelo todo sucio, sin camiseta, no para de toser y apenas puede respirar, sus labios están agrietados y un poco azules- Ted, hijo, abre los ojos por favor, Ted!!- lo llamo, no parece que respire.
-Christian hay que sacarlo de aquí, para que los paramédicos lo revisen-me dice Taylor.
Por supuesto que salimos de ese horrible lugar loas pronto posible, donde los paramédicos nos esperan para atender a mi hijo.
-Ted, cariño!!- grita Ana al borde del llamado corriendo a donde estamos, pero la detengo antes que llegue para no interrumpir a los paramédicos en su trabajo.
-debemos ir de inmediato al hospital-dice uno de ellos mientras le ponen una mascarilla de oxígeno y lo suben a la ambulancia.
Dios por favor que mi hijo se ponga bien.