¿Qué haré?

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Japón, año 1800.

- Ya los oíste... -Dijo Kirari mirando detenidamente sus manos.

- No quiero, me niego rotundamente -Respondió Ririka al borde de las lágrimas tras su máscara.

Ambas estaban sentadas una al lado de la otra, acababan de tener una reunión con los representantes de su clan. Estos les habían expresado algo que, para ellas, era completamente imposible; Si ninguna de las dos tenía un hijo dentro de 1 año perderían su apellido y todo el poder político que poseían hasta aquel día.

Dentro de ese tiempo cumplirían los 23 años y precisamente a esa edad los miembros de la familia Momobami ya debían tener una familia conformada. Como ellas no presentaban ningún interés en constituir una relación romántica con alguien su clan les expresó que, pasado ese año, tendrían que cometer incesto para tener a un primogénito, ya que era imprescindible la existencia de un futuro heredero.

- No creo que sea tan difícil conseguir a alguien para ti y para mí, somos muy bellas, es más, tu-

- No quiero que mi hijo o hija sea de alguien cualquiera -Expresó Ririka, interrumpiendo a su hermana.

- Entonces ¿Tienes a alguien en mente? -Preguntó Kirari divertida. Bien sabía que su hermana se distraía fácilmente u olvidaba como saludar cuando cierta persona se acercaba a ellas.

No era nada más ni nada menos que Mary Saotome, uno de los mejores espadachines al servicio de los Momobami, la familia real. Ella no presentaba ningún tipo de interés por ninguna de las dos, solo se acercaba a las hermanas para saludarlas en forma de respeto, en cambio Ririka no era capaz ni de moverse cuando ella estaba cerca. Para otros esto jamás habría sido evidente gracias a la máscara que llevaba Ririka todo el tiempo, pero su hermana que la conocía como la palma de su mano lo comprendió de inmediato. Pero claro, no podía hablar de eso en voz alta.

- Tú sabes que no puedo hacer eso -Respondió Ririka entendiendo a lo que se refería, agachando la cabeza y retirándose la máscara- Ella no está interesada en mí, no me ama.

- Tienes 3 meses para enamorarla, solo debes acercarte y hablarle. Ella no te rechazará, eres una Momobami. Representación del poder en nuestro país -Argumentó su hermana confiada de sus palabras.

- En 3 meses no te puedes enamorar de alguien, además no podría hacerle algo así a ella. Si cualquiera se entera de que tengo el más mínimo interés en ella el rumor se esparcirá y la obligarán a contraer matrimonio conmigo, aunque no quiera y bueno... - Dijo apretando la tela del kimono que cubría sus piernas- Eso es muy cruel tanto para ella como para mí.

- Mmmh... No comprendo lo que es el amor, francamente -Respondió mirando pensativamente el techo- En ese caso tendremos que recurrir a la última opción... Ya los escuchaste, ambas debemos tener un heredero, si una de nosotras no cumple con ello las dos perderemos todo lo que tenemos -Se tomó una pausa para levantarse y dirigirse a un espejo de cuerpo completo que yacía en la habitación- Tampoco me agrada la idea de tener que tocar a mi propia hermana, ¿Sabes? -Dijo mirando detenidamente su reflejo unos segundos para luego cerrar sus ojos- Quizás parezca alguien poco racional, pero tengo límites.

- No podemos llegar a esas instancias -Respondió Ririka mirando aquella máscara que le sonreía entre sus manos- ¿Qué planeas por tu parte? -Preguntó alzando la vista.

- Bueno... Sayaka se ve muy interesada en mi persona, quizás ella sea buena candidata para dar a luz a mi primogénito -Dijo devolviéndose a mirar a su hermana tranquilamente. Sayaka era la sirvienta personal de Kirari, se le había asignado a ella desde los 10 años por lo que su vínculo se vio fortalecido al pasar el tiempo, sobre todo por parte de la primera quien soñaba despierta en tener su vida entera al servicio de Kirari, por lo que tener a su hijo sería más que bueno para ella.

- Pero ¿Tú tienes algún interés por esa chica?

- ¿Acaso eso importa realmente? -Cuestionó acercándose a Ririka- Tú eres quien sobrepone los sentimientos en este asunto y lo respeto, evidentemente. Sin embargo, yo pretendo cumplir con lo que se me exige solo si mi herencia no se me es arrebatada -La tomó del mentón y deposito un beso en su frente- Esperaré a que tú te decidas qué hacer dentro de este breve tiempo que se nos ha dado. Si no llegas a nada pues tendremos que recurrir a lo que ya sabemos -Dijo finalmente dirigiéndose a la puerta- Tengo trabajo que hacer, te veo en la sala -Se retiró de la habitación dejando a su hermana allí.

Ririka se quedó un tiempo mirando la puerta pensativa hasta que se volteó a ver su solitario reflejo en el espejo donde minutos antes había estado su hermana- Ahora ¿Qué se supone que haga? -Se preguntó derramando las lágrimas que había contenido en todo ese tiempo.

Notas de autor: 

Hola, buenas... tardes, dias, noches jaksja no sé a que hora estarán leyendo esto.
Para esta historia quería diseñar mis propios bocetos y dibujos de Ririka, Kirari y las demás para la portada y la presentación de cada capítulo. No se si podré editar esto después jakaj no conozco aun la plataforma por completo, pero me obligué a mi misma a publicar la historia ya que, conociéndome, podría dejarla en el olvido y siento que debo tomar la iniciativa de hacer las cosas que me gustan.
Si tienen alguna queja sobre la redacción o errores ortográficas son libres de decírmelo, obviamente desde la vereda del respeto. Muchas gracias por leer, espero disfruten esta idea.

Te amo, a pesar de todo | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora