A su merced

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- Ama... por favor...

- No he dicho que te detengas, Sayaka... -Kirari estaba sentada frente al cuerpo recostado de la joven sosteniendo sobre su hombro una de sus piernas mientras la acariciaba lentamente. Desde ahí podía ver casi todo su cuerpo al descubierto sin contar con sus brazos que aún eran vestidos por la tela del kimono. Sayaka mantenía una de sus manos sobre la cama aferrándose a la sabana mientras que la otra se ubicaba entre sus piernas moviéndola con insistencia por orden de su princesa- Ya has hecho esto antes ¿No? Me lo confesaste...

- P-pero... -No podía mirarla a los ojos.

- Lo hacías pensando en mi... Así que tengo todo el derecho a observar hasta que termines.

Sayaka cerró sus ojos avergonzada y se dispuso a continuar introduciendo dos de sus dedos en su cavidad arqueando ligeramente su espalda.

- Mírame... -Kirari se acercó hasta casi rozar la nariz de la chica con la suya- Mírame a los ojos.

La aludida volvió a abrir sus ojos con pesar, sufría una vergüenza atroz al hacer esto frente a su ama, pero al mismo tiempo lo disfrutaba. Sentir su cuerpo semi desnudo contra su pierna, su cabello caer en cascada a un lado de su rostro y esa mirada azul que parecía que la devoraba. Le producía un placer indescriptible.

Obedientemente la miró a los ojos y aumentó la velocidad de sus dedos, le faltaba poco para venirse. Kirari se acercó a morder su labio y la sostuvo de la nuca para besarla profundamente.

Entre sus lenguas hubo un baile sensual, su princesa exploraba cada rincón de su boca mientras acariciaba con tranquilidad su pierna alzada.

- ¡Mh!... ¡Aaah!... -Tuvo que cortar el beso para respirar una bocanada de aire. El orgasmo la sorprendió haciéndola estremecer, y los dedos de sus pies se curvaron.

- Que interesante... - Kirari se había alejado para mirar con detenimiento todo su cuerpo temblar.

Sayaka retiro la pierna del hombro de su ama y se quedó ahí tendida unos segundos más para recuperar el aliento. Mientras tanto la albina observaba y acariciaba su piel con tranquilidad esperando a que esta se repusiera.

- P-princesa...

- ¿Sí?

- Puedo... ¿Puedo tocarla?

- Por supuesto -Dijo para luego abrir el nudo de su bata. Sayaka la observó extasiada, parecía un sueño... tenía al frente de sus ojos a aquella mujer que tanto quería ofreciéndole una vista completa de su cuerpo desnudo. Tenía una piel hermosa, unos senos grandes con aureolas amplias, su cintura marcaba la forma de reloj de arena en su silueta finalizando en unas caderas anchas, blancas como la leche. Entre sus piernas se asomaba un miembro ya erecto con un tamaño considerable, se detuvo unos segundos en observarlo- ¿Mh?... Ah, si... Ver cómo te masturbabas hizo que mi miembro reaccionara...

Kirari se dio cuenta que miraba fijamente su pene, por lo que se sintió en la necesidad de explicar por qué este se encontraba ya erguido. Sayaka se sonrojó al darse cuenta de su imprudencia.

- D-discúlpeme...

- No te preocupes... me gusta que me mires -Se inclinó para besarla nuevamente, pero la chica la detuvo con las mejillas abochornadas.

- Quiero complacerla, princesa...

Tomo la iniciativa de besarla mientras soltaba su característico peinado dejando caer aquel oscuro cabello sobre sus hombros, Kirari sonrió ante esto. Se sentó frente a la princesa apoyándose en los hombros ajenos aun vestidos con la bata. Mientras la besaba, lentamente deslizó sus manos por su cuerpo acariciando toda la piel que alcanzaba, se detuvo en sus pechos para amasarlos con calma, al ritmo de aquel placentero beso.

Te amo, a pesar de todo | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora