Cuatro meses antes.
- ¿Qué ocurre Mary?
- ¿Eh?... No, nada... -En realidad Mary se sentía asechada por una presencia que no llegaba a identificar. Hace bastante tiempo sentía que alguien la observaba, pero cada vez que miraba en busca de aquel espía no había nadie.
- Estas algo distraída hoy ¿Quieres un descanso? -Preguntó amablemente Yumeko Jabami, su amiga y compañera de combate.
- No, está bien. Sigamos.
Yumeko guio su vista a donde minutos antes había mirado Mary. Ellas se encontraban en el campo de práctica donde habitualmente acudían por las mañanas para estirar los músculos, este era un espacio amplio y al aire libre. Cerca de este campo se ubicaba uno de los muros del palacio principal donde podían ser observadas por sus superiores cuando entrenaban. Ahí pudo ver a la princesa enmascarada, como la conocían en la nación, Ririka Momobami. Parecía un poco inquieta, como tratando de esconderse de algo o alguien, por lo que no se percató de que ella la observaba. Sin entender muy bien qué estaba sucediendo Yumeko se puso en guardia con su espada para seguir con la práctica rutinaria.
Por su parte, Mary blandió su katana contra los muñecos de madera aun pensando en quién podría ser aquel que la vigilaba con tanta insistencia, le molestaba la idea de que la tuvieran en la mira. No sabía si era para bien o para mal, pero por si acaso siempre estaba atenta a su alrededor con la mano cerca del mango de su espada dispuesta a atacar cuando fuese necesario. Por esa misma situación practicaba todas las mañanas para mantenerse en forma.
Este asunto no lo había hablado con nadie, temía meter en algún lio a sus amigos si esto se le salía de las manos, así que prefirió cargar ella sola con aquella inseguridad. Sinceramente no sentía que aquel observador fuese peligroso, debido a que percibía esta presencia solo cuando entrenaba o se encontraba realizando servicios en el palacio o en la ciudad. Nunca sintió nada extraño en sus momentos de descanso, por esta misma razón sospechaba que podrían estarla observando por algo que hizo mal, pero sus generales no hacían más que felicitarla por su buena disposición y trabajo así que se limitó a mantenerse en guardia.
Luego de su mañana provechosa en el campo de entrenamiento Mary y Yumeko se dirigieron a los baños termales ubicados a unas cuantas cuadras de allí para relajar el cuerpo. Ya desvestidas procedieron a enjabonarse el cuerpo y lavarse el cabello, ahí fue donde Yumeko aprovecho de observar un poco más a su compañera.
- Te ha crecido, ¿Eh?
- ¿De qué me hablas? -Preguntó confundida Mary mirándola y dándose cuenta de que esta observaba su entrepierna- ¡Oye! ¡¿Quién te crees, estúpida?! – Rápidamente se tapó con la toalla.
- Jaja no me malinterpretes, Mary-san ¿Has contratado a alguna Oiran? -Preguntó divertida Yumeko, experta en sacar comentarios que no vienen al caso.
- Y a ti que te importa - Respondió lanzándole con la mano un poco de agua en la cara haciéndola reír- Además ¿A qué viene esa curiosidad?
- Bueno, hace unos días entré en celo y contraté a una Oiran para satisfacerme. Luego de eso noté que mi pene había cambiado un poco, pensé que había ocurrido lo mismo contigo.
- Pues no es así. Hace mucho que no hago esas cosas, me tomo mis infusiones inhibidoras así que no sufro el celo a menos que quiera. Además, no estoy realmente interesada en eso ahora mismo.
- Mmh... Quizás te haría bien distraerte un poco. Te veo algo preocupada ¿Estas segura que no pasa nada?
¿Estoy siendo muy obvia o esta idiota tiene un sexto sentido? pensó Mary.
ESTÁS LEYENDO
Te amo, a pesar de todo | Omegaverse
RomanceRirika y Kirari son dos hermanas gemelas y dueñas de Japón. Ambas se ven envueltas en una situación que las llevará a tomar una decisión que cambiará por completo sus vidas. Tener un heredero. Para ello deberán engañar y manipular a otros, para que...