"Una vida es una vida cuando tienes libertad"

1.5K 134 27
                                    


Como de costumbre en el palacio, Ririka y Kirari habían sido citadas a una nueva reunión para debatir junto a economistas, ingenieros, abogados y los miembros del clan sobre el uso a futuro de unos nuevos terrenos descubiertos por los exploradores de la nación. Estos estaban ubicados al suroeste del área urbana de la ciudad, siendo un gran potencial para construir lo que sea, eran terrenos amplios y en explanada, perfectos para expandir todavía más a Japón.

En esta ocasión la reina les dio, como de costumbre, su poder político a sus nietas para que ellas decidieran sobre el futuro del pais. Los miembros del clan tenían la postura de usar estos terrenos para establecer fábricas de arroz y algodón, los economistas y abogados también estaban de acuerdo con esta idea. Sería una ganancia monetaria sin igual para la nación. Haciéndola todavía más poderosa. Sin embargo, Ririka no estaba de acuerdo.

- Esto no es correcto.

Se escuchó una risa sutil entre los presentes, molestando a Ririka.

- ¿Y usted crees que tomaremos en consideración su opinión, princesa? -Rio por lo bajo un miembro del clan- Usted está aquí solo por respeto a Kirari-sama.

- A mi si me interesa -Respondió de inmediato la menor mirando sonrientemente al hombre- Quiero escucharla. Continua por favor, Ririka.

- P-pero ella.

Kirari lo volvió a mirar con aquellos ojos tan fríos como el hielo, congelándole hasta la última fibra de su cuerpo, evitando así que volviera a hablar. Ririka guardo silencio unos segundos para luego aclarar su garganta.

- Estaba diciendo que usar estos terrenos para instalar fábricas es una equivocación.

- ¿Una equivocación? ¿Por qué? -Cuestionó uno de los ingenieros.

- Están ubicados en el área urbana de la ciudad... Este lugar debería ser usado para fabricar viviendas, hogares dignos para la ciudadanía. Ellos deberían ser nuestra prioridad ahora.

Uno de los miembros del clan rio a carcajadas para luego golpear la mesa con violencia, cambiando por completo su rostro a uno enfurecido.

- ¡Es una estupidez! ¿Cómo perderíamos todas esas hectáreas en viviendas? ¿Qué ganancia obtendríamos de ello en comparación de una fábrica?

- La felicidad de la población... Pueblo feliz, nación poderosa... Así funciona -Respondió decidida de su postura.

- Concuerdo con Ririka -Alzó la voz Kirari, defendiendo a su hermana.

- ¿Qué?

- Si establecemos una fábrica en el área urbana sería demasiado ruidoso para los vecinos, podría haber contaminación y destruir la belleza del orden que ha sido empleado hasta el minuto en Japón...

- Es absurdo... -Respondió un anciano economista.

- Además -Continuó Ririka- Ni siquiera tenemos calles adecuadas como para instalar una fábrica ahora... Primero deberíamos establecer reglamentos para futuras expansiones, escribir un acta... Como un plan de ordenamiento urbano para establecer medidas, distanciamientos y sectores productivos... Es muy pronto para lanzarnos a pensar en industrializar la ciudad.

- Esto nos llevará a la ruina absoluta... Ya estábamos en problemas con-

Se detuvo en seco al percatarse de que estaba hablando más de la cuenta.

- Creo que has ladrado suficiente -Murmuró Kirari, dedicándole una mirada intimidante, aun con su típica sonrisa.

- ¿En problemas? -Cuestionó Ririka analizando al hombre que se evidenciaba muy nervioso ante la atenta mirada de su hermana- ¿En problemas con qué?

Te amo, a pesar de todo | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora