Con los ojos somnolientos se mantuvo de pie.
Había sido un día agotador. Hoy fue el cumpleaños de las gemelas. La algarabía, los saludos y regalos fueron demasiados.
Era el primer cumpleaños que pasaba con su princesa, pero ella misma demostraba que no estaba acostumbrada a esta desenfrenada muestra de cariño por parte de los trabajadores y habitantes de la nación.
La habían llenado de regalos.
Cosas sencillas, nada de mucho lujo, pero la actitud de desbordado cariño con las que se las entregaban a Ririka hizo que ella guardara todas y cada una de esas pequeñas piezas de amor en su cuarto y despacho. Decorando por completo un muro entero de pequeñas esculturas de madera, juguetes, cartas, anillos, collares artesanales y todo tipo de accesorios que llenaban de alegría el corazón de la joven madre. Nunca había recibido una muestra de cariño así.
Su anonimato la había sumido en una soledad tan profunda que todos esos obsequios y saludos la hacían sonrojarse con los ojos llenos de lágrimas, agradecida por tanto amor.
Ririka Momobami era una mujer querida e importante.
Ya nadie podía decir lo contrario.
Mary la observaba feliz mientras ella acomodaba a su pequeña en la cama lista para dormir. No podía negar que sentía algo de tristeza al no poder obsequiarle nada... Sentía aún el metal de aquel collar que le había regalado ella para su cumpleaños. Observando la pared, comenzó a desvestirse escuchando detrás de si los movimientos de Ririka haciendo lo mismo.
¿Qué tal si envío a Suzui a que encargue al mejor artesano de Japón un collar de plata y oro? Uno que muestre la luna... Si... Una luna plateada como su cabello... ¿O quizás un anillo? ...Quizás es muy pronto para un anillo... Nosotras aun no hacemos pública nuestra relación... Ya todos saben, pero...
Su mente pensaba y buscaba una forma de regalarle algo significativo. Quería darle algo que la representara, que tuviese un valor único.
Ellas aún no declaraban públicamente que estaban juntas. Ya todos sabían, por supuesto, pero aún así era requerido un anuncio formal de su amor. El nacimiento de Mako, el descanso de Ririka y su cumpleaños habían atrasado ese esperado evento.
Ahora, vestida con nada más que sus pantalones y blusa de algodón, observó el pequeño dije del sol que le había regalado su amada princesa. Era un trabajo sencillo, pero de una excelente calidad. Quizás si hablaba con Kirari podría saber donde lo había enviado a hacer... Quería al mejor artesano para ese obsequio... También podría añadir otros accesorios... O...
- ¿Mary...?
La aludida despertó de su ensimismamiento queriendo girarse a mirarla, pero se detuvo en seco. Quizás su princesa aún no estaba lista... A sus espaldas sonó una adorable risa demostrándole que se había preocupado de más, Ririka ya estaba vestida y acostada.
- Ven a la cama, Mary...
Sonrió al escucharla, suspiró relajando los hombros para girarse a verla y ahí estaba... Sentada en el futón, esperando por ella con su bebé en brazos. Sus ojos azules mirándola con paciencia y amor mientras que una sonrisa iluminaba su rostro. Una mujer extremadamente bella...
Sonrió arrugando la nariz, enseñando todos sus dientes para luego caminar hasta la cama y avanzar a gatas logrando llegar a su lado dejando un beso ahí, en esos carnosos labios.
Sin esperar ninguna palabra se acomodó en la cama justo detrás de ella, pasando una pierna por sus caderas, abrazando con las manos su cintura. Acomodó la cabeza en su hombro, desde ahí tenía una vista perfecta de Mako mientras acunaba en sus brazos a Ririka. Se movió suavemente hacia los lados, meciendo al mismo tiempo a la bebé y su madre.
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Te amo, a pesar de todo | Omegaverse
RomanceRirika y Kirari son dos hermanas gemelas y dueñas de Japón. Ambas se ven envueltas en una situación que las llevará a tomar una decisión que cambiará por completo sus vidas. Tener un heredero. Para ello deberán engañar y manipular a otros, para que...