Ririka y Kirari se encerraron alrededor de cinco horas en el despacho de la reina, mantuvieron una ardua conversación durante todo ese tiempo, los guardias comentaban que a veces se escuchaban gritos, voces al borde de las lágrimas, murmullos y demás. Nadie estaba autorizado a intervenir a pesar de la mala condición en la que se mostraban las hermanas; Delgadas, ojerosas, cansadas, con heridas sangrantes.
Sayaka y Itsuki habían insistido en cuidar de las gemelas antes de la discusión, pero ninguna de las dos aceptó. Ririka y Kirari no iban a permitir interrupciones. No dejaban de mirarse mutuamente, queriendo decirse mil cosas con los ojos, queriendo entender qué había pasado entre ellas para acabar así. En qué momento su vinculo familiar se había quebrado para perder la confianza.
Mary, luego de la traumática experiencia vivida, se desmayó abrazada a Ririka sin querer soltarla, aferrándose a ella con todo lo que tenía. Yumeko se la llevó a la enfermería deseando que las cosas no volvieran a salirse de control, rogando en silencio que Ririka y Kirari pudiesen llegar a algun acuerdo.
Sayaka tuvo que conformarse en esperar. Esperar que todo saliese bien, que Kirari fuese capaz de entrar en razón... No podía sacarse de la cabeza su imagen en el momento que salió del encierro. Se veía tan perdida, tan triste y encorvada... Ni siquiera parecía verla a pesar de tenerla delante de sus ojos. Sayaka tuvo que apretar los dientes para no colapsar en el momento que Yori llamó a su madre.
- ¡Mamá!
Kirari con ese suave y desbordante llamado de amor pareció recobrar el juicio. Despertar al fin de su consciencia errante, sus ojos brillaron en ese azul tan lleno de vida, tomando al fin el control de su cuerpo.
Sayaka se abrazó a Yori, ocultando sus ojos humedecidos y reuniendo fuerzas de su roto corazón habló al fin.
- Ririka te necesita, ahora.
Kirari sonrió con melancolía, se irguió en toda su estatura y permaneció ahí unos segundos, mirando a Sayaka y a su pequeña con los sentimientos golpeándole el corazón.
Sin decir ninguna palabra se dirigió al exterior del palacio. Sabía lo que estaba pasando. Sabía todo mucho antes que Sayaka se lo gritase en la puerta. Ella tenía que hacer algo. Algo para detener todo.
La pelinegra, sin comprender muy bien nada, caminó tras su antigua ama. Observó su espalda, sus trenzas, su nuca. Cómo lentamente volvía a andar con la elegancia que la caracterizaba, con las manos frente a su vientre, la sonrisa imborrable, la cabeza en alto. Volvía a ser Kirari Momobami. Yori seguía atentamente a su madre con la mirada, aferrada con sus pequeñas manos al pecho de Sayaka, sintiendo las aceleradas palpitaciones de su corazón. En su rostro se plasmaba una sonrisa genuina, al fin había vuelto su madre Kirari y su madre Sayaka estaba nerviosa de amor.
Tal como la recordaba en sus mejores momentos.
Tanto la bebé como Sayaka fueron sorprendidas por el repentino freno en la albina. Kirari se detuvo frente al acceso del escenario volteándose a mirarla. Sayaka retrocedió unos pasos al sentirla tan cerca.
- Antes que todo...
Kirari acortó la distancia entre las dos, inclinándose a ella. Sayaka tensó todo su cuerpo abrazando a Yori. La albina la tomó de la nuca y apoyó su cabeza en la suya cerrando los ojos, acercó a la bebé a su pecho sonriendo por la adorable risa.
- Gracias por todo lo que me has dado, Sayaka.
Y sin permitirle responder nada, se giró abriendo las puertas, encontrándose de frente con una batalla campal. Ciudadanos contra la élite política. Samuráis golpeando a quienes intentaban con todas sus fuerzas defender a ella... Su hermana mayor.
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Te amo, a pesar de todo | Omegaverse
RomanceRirika y Kirari son dos hermanas gemelas y dueñas de Japón. Ambas se ven envueltas en una situación que las llevará a tomar una decisión que cambiará por completo sus vidas. Tener un heredero. Para ello deberán engañar y manipular a otros, para que...