Se había quedado pensativa una vez más. Sus claras pupilas azules miraban el atardecer frente a ella sin verlo realmente. Mantenía los ojos bien abiertos y acariciaba a Nozomi en sus brazos casi por inercia, como en automático.
Mary la observaba disimuladamente, preocupada. El susto que se llevaron al enterarse de que Sayaka había entrado en trabajo de parto un mes antes de lo esperado le había afectado más de la cuenta. Sabía que la princesa Ririka era una mujer sensible, quizás demasiado empática con las personas a su alrededor...
Podía adivinar en lo que pensaba... En lo asustada que debió estar Sayaka, en lo doloroso que debían ser las contracciones, en el pánico que debió haber sufrido por la probabilidad de que su bebé no soportara el parto... Y quizás que todo eso le podría pasar a ella misma.
Aun quedaba tiempo y la condición psicológica de su princesa había mejorado exponencialmente desde ese día en que habían arreglado las cosas entre ellas. Las preocupaciones permanecían, claro. Pero la alegría y tranquilidad que evidenciaba era mucho mayor, recién ahora Ririka se mostraba más pensativa y decaída, con un evidente miedo. Claramente no era la misma situación que había vivido Sayaka, pero aun así había una pequeña probabilidad de que algo saliese mal.
Quería ayudarla. Ya le había dicho que, si quería llorar, que lo hiciera. Ella le entregaría su hombro para que descargara todo lo que tenía acumulado. Sin embargo, su princesa no lo hizo. Ahora que estaban en público no podía abrazarla, solo hablarle en un intento de apaciguar sus miedos.
Ya habían transcurrido dos días desde el nacimiento de la princesa Yori Momobami, pero Ririka aun no se atrevía a verla. Creía que no sería bienvenida por Sayaka... Ni siquiera Kirari lo era... No quería molestarla...
Pero no podía negar que se sentía dolida, por su hermana y ella misma. Si tan solo pudiesen retroceder el tiempo... Hacer las cosas de otra forma... Tan solo quizás...
- Princesa...
Pestañó saliendo de sus pensamientos, apartó la vista de ese hermoso atardecer que no había notado antes para ver a su interlocutora. Mary la miraba con una sonrisa tranquilizadora, poniéndose de pie para emprender la marcha.
- Es hora de volver...
Tenía razón. El sol ya estaba desapareciendo entre las montañas, era tarde.
- Si...
Comenzaron su vuelta al palacio junto a Nozomi, de vez en cuando su mano rozaba la de Mary notando como ella, disimuladamente, la acariciaba con sus dedos. Sonrió con ese tierno gesto, intentó mirarla a los ojos, pero ella no le correspondió desviando su vista a otro lado con un tono carmesí en sus mejillas. Ririka no pudo evitar soltar una risita, le gustaba presenciar sus lindos momentos de timidez.
Pronto llegaron al palacio. Estaban por subir al segundo nivel donde se encontraban los dormitorios, pero una voz llamando a la princesa las interrumpió.
- ¿Kirari?
- Buenas tardes, hermanita -Le sonrió.
- Buenas tardes...
Mary frunció el ceño, poniéndose en guardia ante cualquier broma que pudiese salir de esa molesta mujer.
- ¿Me darían un minuto?
Nozomi maulló continuando su camino hacia la puerta de la habitación, quedándose ahí a esperar a su ama.
- Si, ¿Ocurre algo?
- He hablado con Sayaka... Y queremos que conozcas a tu sobrina.
Ririka separó los labios sorprendida.
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Te amo, a pesar de todo | Omegaverse
RomanceRirika y Kirari son dos hermanas gemelas y dueñas de Japón. Ambas se ven envueltas en una situación que las llevará a tomar una decisión que cambiará por completo sus vidas. Tener un heredero. Para ello deberán engañar y manipular a otros, para que...