Ririka permanecía desconectada de la realidad. Hundida en su propio mundo. En un silencio profundo. No reaccionaba ni respondía a quienes le hablaban. Se mantenía observando la nada mientras las enfermeras la ayudaban a comer o la visitaban por las tardes.
Pasaron siete días desde que abrió los ojos. No comentaba nada respecto a lo que había pasado, no expresaba ningún sentimiento en su rostro, parecía que su espíritu había abandonado su cuerpo.
Las habitantes, al conocer la noticia de que la princesa había despertado, corrieron a visitarla en su habitación. Sin embargo, verla allí postrada en su cama sin habla, sin ganas de nada, sin vida, les quitaron la esperanza de ver una vez más a la princesa como solía ser... Ririka Momobami se había transformado en una muñeca vacía... En una mujer silenciosa y perdida en un mundo sin colores, ahora solo había blanco y negro. Su figura blanca, luminosa y pacifica contrastaba absolutamente con sus ojos ahora oscurecidos por la pérdida de la consciencia... Ririka Momobami se había transformado en su antiguo disfraz... En esa mujer sin rostro y expresión, en esa cascara hueca, personificando la sombra de quien alguna vez fue su hermana menor; Kirari. Ririka ahora no era más que la representación de esa máscara neutral y vacía que usó tiempo atrás... En ese disfraz que había desechado para adquirir su propia vida, su propia personalidad...
Ririka Momobami había muerto en vida.
Nadie era capaz de hacerla reaccionar. Sayaka la visitó innumerables veces tratando de despertarla de su transe, pero fue imposible. Ririka permanecía en silencio con la cabeza inclinada y los ojos observando algún lugar lejos del mundo en que vivía.
Al sexto día ya nadie del pueblo intentaba despertarla... Parecía que habían aceptado la horrible realidad de perder a la única persona que alguna vez los escuchó... Japón se volvió un país silencioso, como un pueblo fantasma.
Para el séptimo día nadie comentó nada cuando vieron a Ririka levantarse por primera vez fuera de su cuarto. Nadie hizo más que observar cuando la joven princesa entró en el despacho de su hermana y se encerró ahí.
Todos creyeron que las hermanas se quedarían allí hasta la muerte. Encerradas juntas en esa tumba espaciosa.
Ambas permanecieron ahí un día completo, exactamente veinticuatro horas.
Sayaka y Yumeko eran las únicas con la esperanza de que Ririka y Kirari volvieran en sí, de que hablaran las cosas y lograran trazar un plan. Algún arreglo entre ambas partes para frenar esta tragedia en la que se había transformado la familia Momobami.
Algo había que hacer para traer de vuelta a Mako, sacar a Mary del calabozo y destituir a la reina de su cargo por las atrocidades que había cometido.
No está demás decir que los miembros del clan estaban tranquilos con esto. Ninguno se alteró frente a lo sucedido... Más bien, todos eran cómplices y aliados de la poderosa reina.
A ninguno le importaba realmente lo que sucediera con Ririka. Kirari si era un problema, ya que la reina la había aprobado a ella como su sucesora y esa actitud tan retraída que tenía ahora afectaba las relaciones y negociaciones.
La querían de vuelta en su cargo.
Y no fueron capaz de expresar lo aliviados que estaban cuando la vieron salir por fin de su encierro... Luego de un mes y una semana Kirari Momobami había salido por fin de su despacho.
De Ririka no se sabía nada. Kirari cerró la puerta tras de sí y ordeno no dejar entrar a nadie hasta nuevo aviso.
Se veía fresca y rejuvenecida, como si nada pasara. Como si el dolor que causó a los demás y el suyo propio hubiesen desaparecido por completo.
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Te amo, a pesar de todo | Omegaverse
Storie d'amoreRirika y Kirari son dos hermanas gemelas y dueñas de Japón. Ambas se ven envueltas en una situación que las llevará a tomar una decisión que cambiará por completo sus vidas. Tener un heredero. Para ello deberán engañar y manipular a otros, para que...