El chico nuevo

Un mal comienzo

— ¡Una buena primera impresión puede hacer maravillas!

Iruka estaba caminando lo más rápido que podía, porque hoy era su primer día en la preparatoria y se le había hecho tarde, sin embargo cuando estaba a punto de llegar, se tropezó con un chico de cabello peli-gris y de ojos oscuros.

— ¡Fíjate por donde caminas idiota! –reclamo molesto el chico de cabello peli-gris.

— Disculpa.... –respondió avergonzado. El chico de cabello peli-gris dio media vuelta y se fue.

Ya era el primer día y todo estaba saliendo mal para Iruka. Se paro y se dirigió lo mas rápido posible a su salón.

— "Buenas tardes joven Iruka" –dijo con sarcasmo el profesor cuando lo vio llegar.

Incómodamente Iruka tragó saliva, todos habían puesto su mirada en él. Dio un paso para adentrarse al salón pero desafortunadamente se tropezó con su pie y se cayó.

Todo el salón comenzó a reírse de él, pero el único que se mantenía serio era el chico de cabello peli-gris con el que se había tropezado hace unos minutos.

— Joven Iruka ¿Termino de hacer su espectáculo? –pronuncio molesto el profesor.

— ¡Disculpe! –exclamó avergonzado.

— Bueno chicos –suspiro el profesor –él es Iruka Umino su nuevo compañero de clases.

— Espero llevarme bien con todos.... –susurro con un leve sonrojo.

— Bueno vasta de presentaciones, siéntate al lado de Tenzō.

Iruka asintió y busco con la mirada. Un chico había levantado la mano y él se acerco, se sentó a su lado y le regalo una sonrisa.

— Un gusto en conocerte Tenzō –dijo Iruka sonriendo.

— No me llames Tenzō, dime Yamato –respondió con una sonrisa el otro chico.

— ¡Allá atrás! Dejen de hablar y presten atención a la clase. 

Inmediatamente los dos se callaron y miraron al pizarrón, el salón se burlo un poco pero Iruka no les presto atención, se había esforzado mucho para entrar a esta preparatoria y no iba a sentirse mal por una tontearía, después de todo el paso cosas peores... 

Las clases transcurrieron rápido y cuando sonó el timbre todos salieron como balas del salón. Él único que aun no había salido era Iruka, que estaba recogiendo sus cosas para irse.

— Hola Iruka –hablo algo inseguro Yamato, mientras se acercaba. Iruka lo miro y le regalo otra tierna sonrisa.

— Quería invitarte a mi casa ¡Claro! ¿Si tu quieres? –propone nervioso Yamato.

Antes de que Iruka diera una respuesta, entro al salón, el chico de cabello peli-gris y se acerco a ellos dos.

— Lárgate... –Yamato al recibir esas palabras salió rápido del salón con sus cosas.

Iruka no entendía que estaba pasando, pero unos segundos después sintió los labios del chico de cabello peli-gris en su cuello.

— ¿¡Qué te pasa idiota?! –grito y soltó un pequeño gemido.

— Ni siquiera intentes resistirte, esto es una bienvenida que hago con todos los nuevos y los profesores lo saben  –Dijo con voz seductora mientras dejaba chupetones en su cuello.

— ¡Dije que me sueltes! –exclamo dándole una cachetada, haciendo que el chico de cabello peli-gris se molestara.

— ¡Idiota! ¡¿Acaso no sabes quien soy?! –reclamo irritado. 

— ¡No lo se y me vale madres! –respondió dándole una patada entre las piernas.

Iruka agarro su mochila y se fue lo mas rápido que pudo.

— Ese bastardo me las va a pagar... –dijo aun adolorido por la patada que le dieron.

Ya estando lejos Iruka se detuvo para recuperar el aliento. Al levantar la mirada pudo ver a Yamato y se acercó rápidamente a él.

— ¡Yamato! –el grito hizo que el otro chico volteara y se sorprendiera al ver a Iruka.

— ¡¿Iruka?! ¿Qué haces aquí? –Yamato miro por donde había venido Iruka, buscando con la mirada al chico de cabello peli-gris.

— Yamato estoy aquí ¿A donde miras? – exclamo levantando una mano.

— ¡¿Kakashi no te hizo nada?! –pregunto exaltado. Iruko lo miro confundido, pero después se dio cuenta que se refería al chico de cabello peli-gris.

— ¿Hablas del chico de cabello peli-gris?

— ¡Si! ¡¿No te toco?! –Iruka al escuchar eso se enojo y le tiro un rodillazo en el abdomen, dejando a Yamato arrodillado en el suelo.

— ¡Sabias lo que me iba ha hacer! ¿¡He igual te fuiste!? –reclamo molesto. Yamato se quedo callado ya que el golpe que había recibido lo dejo sin aliento.