Nunca podrás escaparte de mí

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— "Tú tienes la culpa de que yo haya fallado"

Iruka al ver quien estaba atrás de la puerta se quedo aterrado, sus manos y piernas comenzaron a temblar. Naruto seguía viendo al señor confundido, pero este solo le regalo una sonrisa y entro a la casa.

— ¡Hola! Cuanto tiempo sin vernos...amor...

En ese momento, varios recuerdos vinieron hacia el moreno, después de lo ocurrido él entro a un curso de defensa personal pero...nunca se trato psicológicamente, estaba espantado, su cuerpo no respondía y no podía moverse pero, la voz del niño rubio lo saco de sus pensamientos.

— ¡Oye! ¿¡Quien te crees para decirle amor a Iruka!? –exclamo el niño irritado.

— ¿Qué dijiste mocoso? Creo que mi "amorcito" no te crio bien.

Se acerco lentamente al pequeño. Levantó una mano para darle un golpe, pero Iruka lo abrazo por la espalda y lo detuvo.

— Por favor vasta...Mizuki... –pronuncio con una voz débil.

— Cálmate amor, tu sabes que no me gusta hacerte daño pero...debo castigarte por haberme dejado tanto tiempo, extrañaba verte –confeso Mizuki dándose la vuelta y agarrando las manos de Iruka.

— ¡Oye tú...!

— Naruto basta...vete a tu cuarto...todo esta bien.

Luego de decir eso, Iruka le sonrió a Naruto y comenzó a derramar lagrimas. El menor lo miro asustado y se fue corriendo a la habitación.

— Amor no llores, ya te dije...¡Que no me gusta verte así! –grito furioso mientras agarraba el cabello del moreno  –sabes muy bien que no me gustan repetir las cosas ¿O acaso ya lo olvidaste amorcito?

— Per-perdón te prometo que tratare de no llorar –respondió mordiéndose el labio.

— ¿Trataras? ¿¡Trataras?! –reclamo molesto. Provocando que Iruka lo mire con terror y empezara a temblar.

Este al darse cuenta lo abrazo y comenzó a pedir perdón, él solo quería estar junto a su Iruka otra vez, darle todo su amor, hacerlo suyo de nuevo y ser el único que lo toque porque al final de cuenta, Iruka le pertenecía...

— Perdón pero a veces no puedo controlarme...sabes...la cicatriz que te hice...se te ve hermosa, de seguro siempre pensabas en mi cuando la veías, de seguro te acuerdas...de nuestra primera vez.

— S-si m-me a-acuerdo –tartamudeo aguantándose el llanto.

— ¿Tienes miedo verdad?

— N-no es solo que...estoy nervioso.

— Sabes que no me gustan las mentiras... –dijo seriamente.

— S-si estoy asustado...

Cuando finalizo sus palabras. Mizuki soltó sus manos y desato su cabello, siempre le gusto ver a Iruka con su cabello suelto, era hermoso, parecía un ángel caído del cielo, tal vez esta era una de las tantas razones de porque le gustaba tanto aquel moreno.

— No tengas miedo amor, ya estoy aquí, no te dejare solo de nuevo "Nunca podrás escapar de mí"

Iruka al escuchar esas palabras, lo miro horrorizado y este le dio un beso. Quería empujarlo, golpearlo, votarlo, pero...aun era un cobarde, resulta que aun era débil y no había cambiado nada.

— ¡Vasta! ¡Si te atreves a ponerle una mano a Iruka...! ¡TE MATO!

Era increíble, el pequeño Naruto salió del cuarto y se armo de valor para defender a Iruka. Mizuki lo miro molesto y soltó a Iruka para darle un par de bofetadas al niño rubio, este se limpio las lagrimas y le comenzó a tirarle golpes, pero Mizuki era mas fuerte y le tiro una patada que lo tiro al suelo. Iruka al ver a Naruto tumbado en el suelo, se armo de valor y le lanzo un puño a Mitzuki.

— ¡No vuelvas a tocar a mi familia!

Mizuki se levantó y se limpio la sangre que le había sacado Iruka, el Iruka que el conocía era débil e indefenso pero...este Iruka era todo lo contrario... ¡Era fuerte!

— Vaya al parecer no eres tan débil como antes...me gusta, por lo menos será mas divertido cuando forcejees en la cama ¿No lo crees?

Sus piernas volvieron a temblar, pero no podía tener miedo, Naruto salió lastimado por su debilidad y no permitiría que volviera a pasar.

— ¡Lárgate! ¡No dejare que lastimes a Naruto!

— Tu sabes muy bien que esa no era mi intención, pero te dejare por hoy, después de todo...ya se donde vives amor...tarde o temprano nos volveremos a encontrar y no te preocupes, ese niño no estará presente y no nos podrá interrumpir.

Al terminar esas palabras simplemente se fue. Iruka se tumbo al suelo y se abrazo a si mismo, quería llorar, sin embargo no podía, debía ver si Naruto estaba bien.

— ¡Naruto! ¡Despierta! –exclamo, sacudiendo el frágil cuerpo del niño rubio.

— ¿I-Iruka? –balbuceo, empezándose a despertar –¡Iruka!

El niño abrazo al moreno y se echo a llorar, tubo mucho miedo de que ese hombre le hiciera algo al moreno, después de todo ya lo consideraba como su familia.


El chico nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora