Recordando el pasado

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— "Nunca te rindas, pues en cualquier momento la marea dará la vuelta"

En ese momento, Iruka se sentía airado y sintió como sus ojos se humedecían, se dio media vuelta dando la espalda para que no lo vea llorar. Ante esa situación, él solo se fue, ya que hace varios años, se había hecho la promesa de que jamás volvería a mostrar debilidad ante nadie.

Flash Black

— ¡AAAAH! ¡PORFAVOR PARA!

El cuerpo frágil de Iruka estaba siendo embestido por su mejor amigo, le suplicaba que parara pero este solo le decía que se relajara.

— No llores amor, no me gusta verte así, ya te dije que hago esto por los dos –decía el chico mientras embestía a Iruka y lo masturbaba.

Acto seguido, el chico se corrió dentro de él, Iruka pensó que ya todo había acabado, pero lo que hizo su amigo a continuación, fue lo que lo marco por el resto de su vida...

— ¡¿Que haces?!  –grito mientras veía como su mejor amigo sacaba una navaja de su bolsillo.

 — No tengas miedo, esto es por tu bien...

Iruka trato de detenerlo pero él era débil, no pudo hacer nada. Su amigo lo agarro del cuello y lentamente le comenzó a hacer un corte en la cara.

— ¡Aaaah! Basta...  –lo ultimo lo dijo frágilmente y cerro los ojos con fuerza.

— No lo olvides Iruka, cada vez que te veas en un espejo recordaras este momento y cuando te vean, sabrán que eres mío y de nadie mas... 

Al escuchar esas palabras rompió en llanto, el solo tenia 14 años y había sido violado por su mejor amigo, en ese momento el se prometió a si mismo que se volvería fuerte y que nunca mas mostraría su lado débil.

Fin del Flash Black

Llegando a su casa se fue de frente a su habitación y se tiro en su cama, sinceramente él pensó que su primer día en la preparatoria seria diferente.

— ¿Así que se llama Kakashi? –pronuncio recordando al chico que casi lo viola en el salón de clases –espero que ya no me moleste...

Miro hacia un lado y su vista se encontró con la foto de sus padres, era el único recuerdo que tenia de ellos, después del accidente.... 

Flash Black

Ese día habían entrado a robar a su casa, Iruka y su mamá tenían las manos y los pies atados, los dos estaban aterrados. Hasta que uno de lo ladrones se acerco al menor y comenzó a manosearlo. 

— ¡Por favor déjenlo! –exigió la mamá de Iruka con lagrimas en los ojos. 

El ladrón solo soltó una carcajada y se comenzó a acercar a la señora. Cuando estaba a punto de agarrarle uno de sus pechos, el papá de Iruka apareció por detrás y estampo un jarrón contra su cabeza, haciendo que el ladrón se desmayara.

— Todo va a estar...

El señor Umino no pudo terminar la frase, ya que acababa de recibir un balazo en la cabeza y su cuerpo cayo frente a su esposa e hijo. Al ver eso los dos gritaron con desesperación. Iruka cerro los ojos con fuerza y alejo el cuerpo de su padre con su pie.

— ¡Nooooo! ¡Amor! ¡RESPONDEEEE! –exclamo la señora Umino de una manera desgarradora.

El otro ladrón se acercó a su compañero y lo trato de levantar, pero por el estrés de los gritos de la señora, también le lanzo un balazo.

— ¡MAMÀ! –grito eufórico Iruka.

— Hijo...te prometo....que...pase lo que pase....aunque ya no estemos contigo....te protegeremos... –pesé al dolor que sentía y a su débil voz, antes de morir, la mamá de Iruka le regalo una ultima sonrisa.

Viéndola el pequeño Iruka grito, grito desde el fondo de su corazón, parecía que le estaban arrancando las extremidades del cuerpo, su grito fue tan fuerte que los vecinos lo escucharon y minutos después llego la policía.

Fin del Flash Black

De a pocos fue cerrando sus ojos, hasta quedar dormido, como ya lo había mencionado anteriormente, el había pasado cosas peores y no se iba a dejar intimidar por nadie. Él sabia que el mundo a veces podía ser cruel y duro, pero a pesar de eso, aun recuerda como su mamá murió regalándole su última sonrisa y esa es la razón por la cual él siempre sonríe, sonríe para no mostrar sus miedos, sus problemas, sus inseguridades, sus lagrimas y demás...



El chico nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora