Volví...

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— "Nadie te va a querer tanto como yo..."

Un chico acababa de llegar a la ciudad, pues tras tanta investigación por fin descubrió a donde se había mudado su amigo...su confidente...su novio...su amante...su Iruka Umino. 

Siguió caminando pero como no había comido nada durante todo el viaje, al ver un puesto de comida cerca se adentro en ella. Se sentó en una de las tantas mesas vacías, aunque le parecía raro ya que, era hora de almuerzo y veía a mucha gente pasar frente al puesto.

— ¡Oye!  –grito, llamando la atención de un chico que estaba limpiando las mesas.

—  Buenas tardes joven ¿Qué desea ordenar? –pregunto acercándose a quien lo acababa de llamar. 

— ¿Sabes por que la gente no viene a comer a este lugar? ¿A caso la comida es mala? –interrogó ya que le parecía raro que nadie entrara al local.

— No, nada de eso, lo que pasa es que hace unos días el dueño del local casi golpea a un niño y un joven moreno se metió a defender al pequeño, la verdad que formaron un gran escandalo –respondió susurrando.

— ¿Un joven moreno? –el mesero asintió ante aquella pregunta.

Acaso...¿Esta hablando de Iruka?, no eso era imposible, era demasiada coincidencia o tal vez el destino los quería juntar otra vez.

— Bueno ¿Qué va a orde...?

— De casualidad...¿Ese joven tenia una cicatriz en su rostro?  –interrumpió ignorando lo que estaba diciendo el contrario.

— La verdad no lo se, a mi solo me contaron lo que ocurrió .

El mesero miro hacia el techo y era muy obvio que sabia algo mas. El otro miro hacia ambos lados y le entrego un fajo de billetes, al mesero se le ilumino la mirada y guardo el dinero en su bolsillo.

— Ahora cuéntame ¿Cómo era ese joven?

— Era moreno, tenia el cabello castaño, también una cicatriz en la cara y era un poco mas pequeño que usted –dijo recordando las características de aquel chico.

— ¿Es todo lo que sabes?

— Puede ser que sepa algo mas... –pronuncio extendiendo su mano.

El chico lo miro molesto, sin embargo, al instante le entrego otro fajo de billetes. El dinero le sobraba pero tampoco estaba para regalarlo.

— Bueno, también se llevo al niño que defendió, se llama Naruto, era un mocoso que siempre venia a fastidiar.

— ¿Eso era todo lo que sabias? –suspiro. Levantándose saliendo del local –Por lo menos tengo una pista de donde podrías estar...Iruka... –completo sonriendo con lujaría.

Mientras tanto, en otro lugar se encontraba un niño rubio gritándole pervertido a un chico de cabello almendrado.

— ¡Shhh! no me llames así, Iruka puede malpensar –exclamo Yamato, tratando de callar al niño.

— ¡No me voy a callar! Tu solo quieres aprovecharte de Iruka –grito molesto.

Antes de que la discusión se pusiera peor. Iruka los llamo para que vengan a almorzar, Yamato suspiro pero, Naruto lo miro desafiante y se fue a donde estaba el moreno.

— ¿Y ya se están llevando mejor? –pregunto Iruka mientras se sentaba para comer.

— Se podría decir que si ¿Verdad Naruto? –expreso. Mirando al niño.

En ese momento la mesa dio un pequeño salto ya que, el  antes mencionado, le había dado una patada a Yamato.

— Si ya nos estamos llevando mejor, no te preocupes Iruka. 

— Me alegra que se lleven bien –la expresión de felicidad que hizo Iruka al decir esas palabras. Hizo que el rubio se diera cuenta que debía intentar por lo menos llevarse bien con Yamato.

Después de que terminaran de almorzar, fueron a ver unas películas y durante toda la tarde, Naruto con Yamato se estaban llevando muy bien, se podría decir que fue mas fácil de lo que pensó el pequeño niño, pues resulta que Yamato era muy bueno y amable con él. 

— Bueno ya me tengo que ir, espero que me invites a almorzar mas seguido –dijo bromeando. Sintiendo como se sonrojaba.

Iruka solo soltó una pequeña carcajada y se despidió, por otro lado, Naruto lo abrazo y le dijo que tenia su permiso para salir con el moreno, esto sonrojo a los dos y se despidieron de nuevo muy avergonzados.

— Naruto no puedes decir esas cosas.

— ¿Por qué? Si Yamato es muy bueno, el merece estar contigo.

— No me refiero a... –no pudo terminar ya que, fue interrumpido por el sonido de la puerta.

— ¡De seguro Yamato se olvido algo! –grito feliz el niño corriendo hacia la puerta.

— ¡Espera Naruto, primero debes preguntar quien es!

La llamada de atención fue muy tarde pues, Naruto ya había abierto la puerta y no era Yamato el que estaba atrás de ella....

El chico nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora