13.

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— ¡Ginebra! — llamó Anthony.

Ginny solo iba pensando lo mismo que su hermana. ¿Cómo pudo ser tan estúpida?, ¿Cómo siquiera pudo detenerse a pensar que Anthony Bridgerton era completamente diferente a todos los hombres de esta estúpida ciudad?

— Ya déjame en paz, Anthony — dijo la mayor de las Olland mientras aceleraba su paso.

Anthony Bridgerton estaba ebrio, como todos los días de la anterior semana, se dijo que esa era la única manera de no pensar en Ginebra, ni en sus ojos, ni en su perfecta nariz que se arruga cuando algo no le gusta, ni en su sincera sonrisa, esa que solo le dio una vez a él.

Cuando ya estaban muy lejos como para ser vistos, e incluso como para ser oídos, habló.

— Ginebra, no te entiendo — comentó el mayor de los Bridgerton, completamente rendido, deteniéndose detrás de ella, ella se detuvo de golpe — Creí que te haría feliz saber que lastimé al hombre que tanto daño te hizo.

Ginebra volteó. Ya no tenía el ceño fruncido, ahora solo la parte inicial de sus cejas estaba fruncida, las demás partes de sus cejas estaban levantadas; como si su ceño estuviese completamente duro y firme, Anthony tragó fuerte y podría decir que en ese momento temió.

— ¿Por qué creías que me haría feliz?, ¿Porqué me la paso despechada pensando en él y en cuanto me lastimó hace más de un año?

Anthony no pudo evitar explotar. ¿Iba a defender a Lord Beachump?, ¿Aún cuando la hizo llorar hasta no poder respirar?, ¿Aún cuando por la culpa de ese bastardo, el corazón de Anthony despertó esa noche?

— ¡Lloraste en mis brazos hace una semana, Ginebra! 

— ¡Claro que lo hice, verlo me trajo incontables recuerdos, Anthony!, y por desgracia, ¡Tú estabas junto a mi. — ella comenzó a caminar lado a lado, mientras Anthony seguía sus movimientos en completo silencio.

Ese había sido un golpe bajo.

— ¡Por dios! Estoy tan molesta contigo ahora mismo.

Anthony frunció su ceño, aún sin entenderlo. Ginebra, por otro lado, estaba furiosa, completamente furiosa. ¿Furiosa por que Anthony golpeó al señor Bechaump? No, él lo merecía; mientras Anthony estuviera bien, nada de esa situación le importaba a ella.

Ginny estaba enojada consigo misma, porque las acciones de Anthony le molestaron, en serio. Y no debería de importarle nada de lo que Anthony Bridgerton haga.

Pero lo que más le molestaba, era que Anthony no era el hombre que ella esperaba que sea. Por alguna razón, ella esperaba que Anthony sea mucho más caballeroso y amable que Alexander... pero con esto de su pelea, ya no lo tenía muy en claro.

— Ginebra — Ginny se detuvo cuando él dio un paso más, y quedaron muy cerca — Me partió el corazón verte llorar. No sé ni como describirlo — tomó sus manos -que entre sus manos parecían muy pequeñas- y las llevó a su pecho — Lo golpee porque merecía que lo golpee, no porque eres alguna clase de solterona que resiente el hecho de que él la dejó.

Ginebra, tan shockeada por su toque repentino, solo cerró su boca y miró los ojos de Anthony.

— Se atrevió a mencionarte anónimamente, y lo oí — susurró él — No pude contenerme. L-Lo siento.

Ella asintió un poco y bajó su mirada. Sin saber que era la primera vez que el Vizconde Anthony Bridgerton pedía disculpas.

— ¿Por qué estás tan enojada conmigo? — se acercó otro poco y Ginny sentía que el aire se volvía más pesado — No le dije a nadie por qué lo golpeé. Jamás haría algo así.

Flawless.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora