17.

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Las mujeres no duraron mucho tiempo frente a la fogata. Hablaron y bebieron más de tres botellas de vino entre las cuatro, pero todas sentían que tenían algo que hacer en otro lado.

Rieron por aproximadamente dos horas, sonreían en silencio y se miraban entre ellas para volver a reír. Su amistad, a pesar de ser corta, era legítima. No les importaba nadie, no se envidiaban entre ellas, siempre querían lo mejor para la otra y -secretamente- cada una sabía quien era el correspondido para cada una de las otras.

Eloise, sorprendentemente, fue la primera en irse. Diciendo que daría un paseo nocturno, y se llevó una copa de vino para ir tomando por el camino. Se fue tarareando una canción y caminando despacio.

La segunda en dejar la sala, fue Penélope. Se excusó con la luna, dijo que estaba tan bella que era digna de admirarla. Se iría a sentar al lago y a mirar la luna a solas un rato. Tomó su abrigo y diciéndole "Buenas noches" a las Olland, salió cerrando la puerta.

Ginebra y Genevive bebieron en silencio por unos segundos, oyendo a le leña crugir y mirando el fuego.

— Creo que quiero casarme con Anthony — confesó Ginny, y siquiera se atrevió a mirar a su hermana.

Pasaron largos segundos, y entonces ella miró a su hermana menor, que aún miraba el fuego, pero con una enorme sonrisa en su cara.

— ¿No vas a decir nada?

— Lo sé, ya lo sabía — se miraron las dos y Ginny no tuvo otra que asentir.

Genevive lo sabe, y lo sabía mucho antes que la misma Ginebra seguramente. Pero eso era lo hermoso de su relación, no hacía falta que hablaran; con sus miradas era más que suficiente.

— ¿Cómo lo sabías?

— Porque tienes con Anthony lo mismo que tienes con Jhon y conmigo.

— Explícate — pidió Ginebra, haciendo un gesto desagradable.

— Tonta — sonrió Geni — Tú y Anthony... es distinto — suspiró — Es como lo que tenemos nosotros tres desde que somos pequeños — tomó la mano de su hermana mayor — Ustedes dos... se miran a los ojos y solo... se entienden — suspiró — Sabía de ustedes desde la primera vez que les presté atención, esta Lady Whistledown es una dama inteligente.

Ginebra estaba conmovida, ¿Desde cuándo su hermana menor es tan madura?

— ¿Y qué si no quiere casarse conmigo, Gen?

— Dime que no estás preguntándome esto, hermana — sonrió otra vez Genevive — ¿Acaso has visto como te mira cuando pasas por su lado? ¡Oh por dios! Sus miradas hacia ti cuando estás distraída, son las más lindo que vi.

Ginebra asintió, pensando en todo eso.

Sus miradas distraídas.. sus estúpidas sonrisas, sus gestos irónicos y sin dudas recordó la primera vez que la hizo enojar... su estúpida manera de demostrarle que le importa aunque sea un poco, y su increíble sentido del humor.

— ¿Qué haces aún aquí, Ginebra?

Ginny frunció su ceño y dejó de mirar el fuego, cuando su pequeña hermana la sacó de sus pensamientos.

— ¡Ve! Y no vuelvas sin decirle lo que sientes.

— No es tan fácil.

— Ginebra — regañó — Me lo acabas de decir.

— Pero...

— No lo pienses. Ve.

Genevive sabía que darle a su hermana mayor órdenes quizás no funcionaba la mayoría de las veces, pero también sabía que Ginebra jamás le dijo "Creo que quiero casarme con él", y eso era algo que no debía perder... ese sentimiento era digno de pelear por él.

Flawless.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora