Flawless.

23.

" ¿Acaso esta autora vio a la señorita Genevive Olland paseando por Hyde Park con B. Bridgerton y su Excelencia el Duque de Sussex?

(Obviamente acompañada por su hermano mayor y una doncella que no quitaba los ojos del susodicho)

Wow, señorita Olland, usted no se anda con juegos... debo decirle que me agrada muchísimo. ¡Su excelencia, vigile a su hermanita como un halcón!

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN.

18 de Mayo de 1814"

La mañana empezó agitadamente, gracias a que Benedict fue el primer pretendiente en llegar a la casa Olland con un ramo de rosas blancas -las más caras- para Genevive y un ramo de Lilas -las más hermosas- para Ginebra... jamás había sido un pretendiente, pero sabía que un buen pretendiente contenta a la familia de su dama... aunque no tenía en claro cómo contentaría a Jhon.

Recordó como muchos pretendientes -que solo buscaban contentar a Anthony, ya que si debían contentar a los 7 hermanos de su dama, quebrarían en la segunda visita- llevaban Brandys o Whiskys para su hermano mayor y flores para su hermana y para Violet Bridgerton.

— ¿Señor? — preguntó un lacayo, animado. 

Ya conocía a Benedict Bridgerton... como amigo del Duque y de la familia Olland.

— Vengo para desayunar con la Señorita Olland... — el lacayo asintió con una sonrisa, abriendo la puerta del todo, para dejarlo pasar con total confianza — Soy.. un pretendiente.

Benedict se obligó a sí mismo a ocultar una sonrisa cuando la sonrisa del hombre cayó y levantó las cejas.

— Siento informarle señor... que la señorita Ginebra ya está comprometida.

— He venido por Genevive — sonrió un poco.

— Oh... — murmuró antes de caminar hacia el pasillo — Traeré al señor Olland en seguida — comentó con un tono más frío.

Era gracioso, sin duda alguna, la manera en que incluso los lacayos eran protectores con las Olland, pensó. Era adorable que se atrevió a llamarla "Señorita Ginebra" como si fuese lo más normal del mundo... Benedict se dijo que seguro Ginebra lo había obligado a hacerlo.

Su futura cuñada tenía una opinión fuerte y siempre lograba lo que se proponía... sí que era el match perfecto de Anthony.

— ¿Benedict? — se oyó, animadamente, viniendo de adentro de la casa.

El segundo Bridgerton respiró profundo y se paró derecho.

— Su excelencia... — murmuró mirando el piso.

Jhon hizo lentos sus pasos cuando vio los dos ramos de flores en una de las manos del que creía era solo su amigo, levantó una de sus cejas mirándolo de arriba a abajo. El lacayo no le había dicho explícitamente por qué Benedict Bridgerton estaba en su puerta.

— ¿Qué... está pasando? — preguntó el Duque, lentamente.

— He venido... — Benedict tragó fuerte, respetaba a Jhon, mucho. Era su amigo cercano. Y esto estaba siendo más difícil de lo que creía que sería — Para pretender a... la señorita Olland.