"Nada es importante, señoritas, no si no hay amor... o si no se está segura de que lo habrá algún día.."
REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN.
15 de Abril de 1814.
Apenas Ginebra abrió los ojos ese día, su doncella irrumpió en su habitación a prepararla para sus pretendientes; al parecer se acostumbraba que aquellos hombres interesados en la señorita, la visiten al día siguiente de cualquier baile. Y toda mamá que contempló las atenciones de la noche anterior, sabía que esa sería una mañana agitada en la casa Olland.
Antes de siquiera terminar de peinarla, un lacayo entró y dejó una invitación para tomar el té junto con Geni en la tarde en casa de los Bridgerton, cortesía de Violet Bridgerton. Y sin siquiera hablar o emitir sonido, la peinaron y vistieron, pusieron apenas un poco de maquillaje en su rostro (a pedido de Ginebra, porque odiaba como se maquillaban en Londres; si fuera por ella siquiera lo haría), y salió, topándose con su hermana en el pasillo.
Ambas Olland respiraron profundo y se brindaron una sonrisa cómplice. Ginny sabía que su hermana había nacido para este momento, pero la mayor de las Olland gustaba del silencio y no estaba segura de poder encontrar temas de conversación si es necesario. Y Geni estaba segura de que todo saldría bien, pero los nervios la carcomían, ¿Estaría el Bridgerton sentado en su sofá con un ramo de flores?
Bajaron al salón y allí se encontraban todos... bueno, todos menos aquel Bridgerton. Pero todos con los que la señoritas Olland hablaron anoche, al fin y al cabo. Tres Duques, dos Condes y cinco Vizcondes; cualquier mujer podría decir que era una excelente manada de pretendientes.
Ginny y Geni no se sorprendieron al no ver a Colin Bridgerton -el único hombre con el que aceptaron bailar- en aquel salón, sabían que solo lo había hecho por cortesía y para hacerlas lucir bien frente a sus futuros pretendientes.
Ginebra volvió a aburrirse con sus charlas. Pero volvió a sonreír cada vez que el Conde de Edimburgo hacía un estúpido chiste sobre el clima, o cada vez que el Vizconde de Linley soltaba algún cumplido a su vestido.
Geni parecía flotar en una nube. ¡Un Conde, un Duque y tres Vizcondes la estaban cortejando!, ¡Y de qué manera! El Vizconde de Windsor, que juraba escribir poesía desde los doce años, le escribió medio renglón hablando sobre sus ojos verdes esmeraldas.
Jhon solo podía tomar té, tapar su boca con su mano de vez en cuando, y soltar risas furtivas escondidas en una tos fingida. La cara de Ginebra le resultaba tan graciosa que a veces pensaba que iba a estallar por soportar la risa. Y los pretendientes de Genevive eran tan idiotas que solo podía apiadarse de ellos, y siquiera prestarles atención... era obvia la diferencia de edad entre los pretendientes de sus hermanas, los de Geni eran evidentemente menores; y uno de los pretendientes de Ginny parecía tener al menos cincuenta años.
Jhon se apiadó de sus hermosas hermanas menores, tratando de dejar de mirarlas y pensó en ambas casadas. Caminando en vestidos blancos hacia el altar, donde su futuro esposo las esperaría llorando - porque, sus esposos las amarían tanto que llorarían al verlas caminando al altar... y él iba a asegurarse de eso -.
En cambio él, no pretendía tener una mujer, ni llorar en el altar. No aún, al menos... pensó mirando a cierta doncella.
Es decir, sí, algún día tendría que casarse y tener herederos que guarden el título de Duque de Coventry, y así sus hermanas estarían seguras para siempre.
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Flawless.
FanfictionTodo empezó cuando el Duque de Coventry y su esposa fallecieron, su heredero Jhon tenía diez y ocho años, y sus hermanas menores tenían nueve y siete años. El ahora Duque de Coventry, renunció a su vida de soltero para convertirse en un padre ejempl...