Flawless.

33.

- Terminará mal - comentó una Ginebra preocupada cuando dejó de oír como aclamaban sus invitados el carruaje donde ella y Anthony partieron a su luna de miel - Y no lo sabré hasta dentro de unos días.

Anthony sonrió. Ginebra era una hermana mayor, al igual que él. Ambos sabían perfectamente lo que pasaba. Genevive y Benedict dieron vueltas sobre lo que podrían ser desde que se conocieron, y aunque quizás Benedict jamás se lo contó detalladamente, Anthony lo sabía todo.

- Todo se resolverá - comentó él, besando su mejilla suavemente - Y Geni terminará con mi hermano, no con el Duque - finalizó con toda seguridad.

Ginny sonrió y lo miró.

- Lo sé.

Anthony volvió a sonreír cuando ella lo miró.

- Eres mi esposa ahora - besó sus labios - No puedo creer que seas mi esposa.

- Lo sé - posó una mano en su mejilla, sin guante - No imaginas de qué manera deseé tocarte en toda la ceremonia - confesó.

El Bridgerton mordió su labio.

- ¿Sí?

Ella asintió.

- Así es. Quería sentir tu calor bajo mis manos, lo quise todo el día - murmuró cerca de sus labios, con un cosquilleo creciente en su parte baja - Quería sentir tus manos sobre mi cuerpo. Lo deseé todo el día...

Anthony respiró profundo cuando sus respiraciones chocaron, y posó su mano en la nuca de su esposa.

- ¿Así te gusta? - preguntó en un murmuro, con los ojos sobre los de ella.

- Quizás un poco más fuerte - pidió.

Anthony sonrió enorme y dejando un beso en sus labios, se alejó un poco.

- Esperemos un rato para jugar a este juego - negó un poco - Ya verás, tengo todo planeado.

Ginebra asintió. Y con algunos nervios en su estómago, abrió su boca.

- Creo que deberías saber algo... - confesó, Anthony la miró algo confuso - Siento no habértelo dicho antes de la boda, realmente estuvo mal.

- ¿De qué hablas, Ginny?, ¿Estás bien?

Ella negó un poco. Su ahora esposo, notó como ella arrugaba su nariz, y como le sobresaltaban pequeñas bolsas en los ojos. No podía siquiera mirarlo a la cara; y su estómago se sintió mal de repente.

- Dime qué pasa, Ginebra, antes de que detenga el carruaje y vaya a matar a alguien.

Realmente Anthony Bridgerton era capaz de hacer eso. Capaz de asesinar a cualquier persona que haya lastimado a su mujer en cualquier sentido, ahora mismo, mañana, cuando sea.

- Sé lo que pasa cuando uno... tiene... - respiró profundo - relaciones.

Ginny mordió su labio y miró hacia abajo. Anthony frunció su ceño y sonrió. 

- Y si bien no he llegado a hacer eso... he hecho una o dos cosas - continuó, poniendo un mechón de su cabello detrás de su oreja - Siento no habértelo dicho, me siento horrible - suspiró y soltó su labio - Espero que esto no te impida amarme como lo hiciste hasta ahora.

Él rio por lo bajo y tomó su mano por encima de su regazo. El dolor de su estómago desapareció por completo y una gran tranquilidad lo invadió al tocarla otra vez. Si bien estaba terriblemente celoso, porque por un segundo imaginó a otro hombre con su esposa, no le molestaba en absoluto. 

Es más, le agradaba que ella sepa algo de todo lo que se podía hacer, no sería una mujer ignorante en ese sentido, (ni en ningún otro, porque... bueno, porque era Ginebra Olland).