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"¡Sí! Las señoritas Olland han sido vistas por primera vez en el baile de Lady Danbury, riendo y bailando con total gracia y simpatía -solo con Colin Bridgerton, y esta autora imagina que es obra de su hermano mayor quien comparte una amistad de hace muchos años con la numerosa familia Bridgerton-. Y ¡Se ha visto al duque bailar más de dos bailes con la señorita Featherington!, aunque haya sido por mera simpatía, imagino, esta autora está muy contenta. El Duque de Coventry, como siempre, demuestra una vez más ser distinto a muchos otros "caballeros"...

Para no olvidarlo... ha llegado a oídos de esta escritora, que no solo hubo demasiados bailes con demasiadas personas, si no también visitas furtivas en las terrazas... sin acompañantes. No es intención de esta señorita decir los nombres de quienes fueron vistos, porque ninguna dama merece tener la reputación arruinada; pero, madres..

 ¡Cuiden a sus hijas, porque comenzó la cacería!

REVISTA DE SOCIEDAD LADY WHISTLEDOWN.

14 de Abril de 1814."

— ¿Entonces no debo cambiar mi corsé?

Mary, la doncella de Ginny, negó con una amable sonrisa mientras la peinaba. Ginebra sentía que esa mujer no fingía inocencia, porque su mirada se denotaba sabiduría, pero era bastante amable.

— No señorita, su corsé es color piel, y su vestido rosa, no se notará por debajo del vestido.

Ginebra asintió, acomodando el escote y trató de quitar su cara de preocupación. Todo iría bien. Mary terminó de peinarla, con el cabello recogido en una coleta alta y adornado con dos trenzas dentro de la coleta. Ginny no pudo evitar levantarse y ver su vestido en un espejo. Su hermoso vestido blanco y dorado que llega hasta sus talones pero que no toca el piso y que según Mary, hace resaltar sus ojos cafés.

Algo le decía que esa noche sería especial. Y no solo porque iba a ser su primer baile, si no que algo en su estómago se movía con ansias y con emoción.

A su lado, vio a su hermana Geni, con un hermoso vestido rosa, riendo y bailando por toda la habitación. Ginny solo pudo poner los ojos en blanco, pero sonrió ante la emoción de su pequeña hermana.

— Entonces, esta noche las necesito a nuestro lado — sonrió Ginebra a sus doncellas — No conocemos a nadie más que dos o tres Bridgerton y a la señorita Featherington.

— Por supuesto, milady.

— Ginebra, Mary — sonrió la mayor.

Ambas asintieron y fueron a vestirse con ropa que les brindaron las Olland. Según Jhon, las doncellas debían vestir igual de bien que ellas, pero por alguna razón -que ninguna de las Olland lograba entender- nadie las confundía con señoritas de alta cuna.

Salieron las cuatro damas cuando llegó el carruaje de Jhon, al parecer sus doncellas irían en otro, y se encontrarían en el lugar.

Las señoritas Olland hicieron sus saludos y se apresuraron hacia el carruaje con Jhon, quien al no haber nadie en la calle, siquiera se bajó para estirarle su mano a sus hermanas.

— Bien, deberán estar junto a mi toda la noche — Ginebra levantó ambas cejas y Geni miró hacia la ventana, para no hacer gestos — No conocen a nadie aquí, y no dejaré que sean cortejadas por cualquier idiota con una linda sonrisa y un decente uso de palabras.

Ambas asintieron, sabiendo que tenía toda la razón y que ellas no conocían a nadie allí.

— Conocimos a Eloise Bridgerton — soltó Genevive luego de un rato.

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