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Mientras el segundo Bridgerton estaba sentado en la cama donde durmió con Genevive por primera vez, movía su pierna nerviosamente. Sería en ese momento, en algunos segundos sabría si la perdería para siempre o si la tendría para siempre.

Oyó como abrieron la puerta, e inmediatamente se puso de pie.

- Genevive yo...

- No hables - negó ella - Siéntate - señaló la cama.

Él obedeció.

Geni avanzó hacia él, con un pedazo de carne en su mano, para apoyarlo en la ceja de Benedict.

- Geni, déjame explicarte.

- No hay nada que explicar - murmuró ella.

Benedict levantó su mirada, temerosamente, y ella tragó fuerte.

- Te amo, Benedict - mordió su labio - Te amo, y no puedo dejar de hacerlo.

Benedict se iluminó, y su estómago rugió, y el dolor se esfumó, y sonrió, y trató de estirar sus manos a sus caderas, que estaban a centímetros de su cara.

- No tan rápido.

Él bajó suavemente la mano de ella, que estaba en su ceja. La miró a la cara, esta irradiaba preocupación.

- Te he amado desde que te conocí. Y eres el primero, en miles de sentidos - suspiró y se sentó junto a él - Y no puedo imaginar mi vida junto a nadie que no seas tú.

Él tomó sus manos, quedando completamente mudo.

- Y ¡Dios!, no sabes cuanto deseo ser solo tuya - sonrió un poco, igual que él, que se acercó más a ella - Pero necesito confiar en ti. Que me digas todo, que quede todo perfectamente claro antes de proseguir desde aquí.

Él asintió un poco.

- No puedo decir mucho, solo que... cada vez que digas que tu corazón está a punto de romperse, haré lo que sea - levantó el mentón de Geni - Lo que sea - reafirmó - Porque eso jamás pase. No lo permitiré... Es una promesa.

Geni sonrió por lo bajo, sin mirarlo. No podía creerle. O sí. Pero el miedo era grande.

- Mirame a los ojos - pidió - Genevive, mírame - ella subió su mirada, nerviosa, tomando la muñeca de él, de la mano que tenía en su mentón - Jamás haré nada para herirte. Estoy absolutamente seguro de que quiero todo contigo - se acercó a ella, y dejó un dulce beso en sus labios - Todo.

El estómago de Genevive se revolvió, y recordó que tenía fuertes ganas de vomitar.

- No puedes dudar de mi, ni hacerme dudar de mi misma.

- Nunca.

- Me dirás lo que sientes por mí cada día.

- Lo haré - asintió.

- Me amarás, para siempre.

- Siempre - sonrió.

La menor de las Olland relamió sus labios, y se levantó de la cama, mirándolo desde arriba.

- Bien. Acepto casarme contigo - sonrió por lo bajo y respiró profundo, mientras veía como la sonrisa de Benedict se hacía enorme.

- ¡Sí! - se levantó el Bridgerton, envolviendo sus brazos por la cintura de Geni, levantándola por los aires - Que hermosas noticias, amor mío.

Geni sonrió unos segundos y lo abrazó fuerte, un nudo comenzaba a formarse en su garganta.

- Siéntate un momento, Benedict - murmuró en su espalda.

Flawless.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora