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" El baile del insoportable Conde Bechaump y de la realmente insoportable Condesa Bechaump fue bien. Solo eso. Bien. La decoración no era mala, ¡Y la comida era deliciosa! Pero sus narices respingadas y miradas desde lo alto no dejaron a esta autora disfrutar mucho de la música. Solo puedo decir que chispas y brillos volaban por los aires cuando Anthony Bridgerton y Ginebra Olland bailaban con tanta gracia y tensión. 

¡Ya proponle matrimonio, Bridgerton!

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN.

7 de Mayo de 1814."

Ginebra respiró profundo, aspirando por su nariz y exhalando por su boca mientras se miraba al espejo. Estaba hermosa, o eso habían dicho sus hermanos y sus doncellas.

— Todo irá bien — murmuró Genevive parándose a su lado — Solo... sonríe mucho. Como si no te causara nada; le dolerá el triple si lo haces.

— ¿Desde cuándo planeas estrategias para hacer doler a los hombres?

Ginebra miró a su hermana menor, casi reprochándola. Sí, siempre le enseñó a ser lista y perceptiva... pero no cruel.

— No hace mucho, hermana — Geni acomodó su peinado — Pero es bastante divertido — se sonrió al espejo y se alejó de su hermana.

Lo que no sabía Ginny, era que en los paseos que su hermana menor dio cada tarde de esta semana con el Duque de Sussex; pasaron por en frente de la casa Bridgerton. Benedict, por alguna coincidencia -que Genevive agradeció- los vio cada vez.

Y es que, ¿Cómo no querer hacerlo sufrir, aunque sea un poco? Ella creía que Benedict jugaba desde el primer día. Y bien, la menor de las Olland resultó ser bastante competitiva.

— ¿Hermanitas? 

El golpe alegre de Jhon se oyó en la puerta de la habitación de Ginebra, y ambas hermanas se miraron completamente extrañadas. ¿Desde cuándo estaba tan feliz el Duque de Coventry? Genevive abrió la puerta mientras Ginebra se ponía un collar dorado que haría resaltar su vestido con dijes dorados cosidos en él. 

Ella no podía contradecir ni a sus hermanos ni a sus doncellas, sí que estaba hermosa. Había hecho su mejor trabajo para lucir hermosa esta noche. Debía, de alguna manera, mostrarle a Bechaump todo lo que se perdió. Debía reír y sonreír toda la noche. Pero, ¿Cómo? Si Anthony Bridgerton estaría en ese baile.

Negó un poco con su cabeza, no quería pensar en él tampoco, y trató de oír a su hermano.

— Iremos a Aubrey Hall este fin de semana. Luego del baile tomaremos un bote hacia allí, cenaremos algo y dormiremos ahí. Empaquen todo antes de partir al baile de Lord Bechaump.

— ¿De qué hablas? — preguntó la mayor, mientras la menor asintió y se fue corriendo a empacar.

Era un viernes, así que pasarían dos noches y tres días. Pero Aubrey Hall pertenecía a los Bridgerton, ¿Verdad?

— Iremos con los Bridgerton, hermanita — murmuró Jhon tomando una uva de un tazón cerca — Anthony dijo que sería bueno tomar un fin de semana para vacacionar en Aubrey Hall, y me invitó. Pero le dije que no podía dejarlas solas dos días; así que básicamente me rogó que fuera igual, y que las lleve. Él llevará a Penélope y a Eloise.

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