Flawless.

5.

"Un caballero celoso, se dice, es como un caballo sin adhiestrar y sin jinete. No sabe qué hacer, no sabe dónde ir. Y apenas ve a un hombre, se desespera."

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN.

15 de Abril de 1814.

- Como bien sabe, milord - contestó Ginebra y lo único que pudieron hacer tanto los Bridgerton, como sus pretendientes, fue oírla.

Tenía una voz increíble, pensó Anthony. Con una pequeña pizca de ironía, y mucha firmeza y presencia. Como si Ginebra Olland jamás hubiera no sabido que decir en su vida.

- Viví allí toda mi vida - finalizó, elegantemente.

El Duque asintió y se sentó frente a ella.

- Paseo, leo libros... ayudo en la granja - casi murmuró.

- ¿Ayuda en la granja? - preguntó de repente, el Vizconde de Dudley casi disgustado - Pero usted es una señorita de alta cuna, no debería eh... ¿No tiene sirvientes?

John puso los ojos en blanco y retomó su charla, sabiendo muy bien que su hermana se las arreglaría bien sola. En ese mismo momento, Genevive se levantó a hacerle una reverencia al Conde de Windsor, quien debía irse, harto de la falta de atención de la señorita.

El Vizconde de Linley tomó su lugar junto a ella y mientras un lacayo llevaba al Conde afuera, ella comenzó otra nueva conversación. Sonriendo grande y haciendo que Benedict tome un trago largo de su vaso de whisky.

Benedict no sabía qué pasaba con él, decenas de noches había compartido cama con alguna que otra señorita... y decenas de noches las había visto con algún otro caballero, sin despertar ningún rencor o sentimiento de furia. Pero Genevive era... era... diferente.

Lo había sabido desde el primer instante en que la vió.

- Claro que si - respondió Ginny levantando las cejas - Pero, ¿Usted no se aburre cuando no tiene nada para hacer?

El Vizconde hizo una mueca y Ginebra hizo toda la fuerza que pudo para no rodar los ojos frente a él. Sabía que lo había indirectamente insultado, pero la realidad era que le importaba muy poco.

Tuvieron unos minutos más de charla trivial y el hombre, junto a los demás dos Condes, un Duque y los cinco Vizcondes, se fueron.

Quedaban solo dos Duques. Las hermanas se lanzaron miradas cómplices mientras John y los Bridgerton disfrutaban del espectáculo... o bueno, solo Colin y John.

- ¿Por qué quiere casarse conmigo, su excelencia? - preguntó una Ginebra muy sorprendentemente sonriente.

El Duque de Kent quedó anonadado con la muy directa pregunta de Ginebra. Alzó las cejas y necesitó abrir y cerrar la boca dos veces. Miró hacia el techo y lo pensó tres segundos.

Cuando Ginebra levantó las cejas, él sonrió, sonrió de verdad. El hombre se dijo que ella era una dama diferente.

- Supongo que esperará que le diga que porque es la dama más bella y... ciertos otros halagos que a usted le parecerán muy vacíos - levantó una ceja, sentándose derecho.

Anthony frunció su ceño y la sonrisa de John se ensanchó al ver el iluminado rostro de su hermana menor.

- Parece saber muy bien lo que pienso, su Excelencia - Ginny cruzó las piernas - ¿Entonces? - sonrió.

En ese instante, cuando él volvió a sonreír con tanta confianza, como si no le importase realmente si la tenía o no... supo que él quizás podría ser diferente a todos los demás.