Cambiando la temporada 1 de The Umbrella Academy. Cinco volviendo del apocalipsis para salvar a su familia, un secreto que Reginald se llevaría a la tumba y la Encargada sabe más de lo que dice. Es aquí donde aparecerá nuestra implacable y misterios...
NARRA ANA: Paula y yo estuvimos hablando sobre cómo regresaría a la academia, ya que me sentía mejor conmigo misma, había hecho las pases con Diego y el tiempo avanzaba rápido. Quería que Cinco se diera cuenta de lo mucho que había avanzado en tan poco tiempo y lo fuerte que podía ser. Me conoció llorando, pero me importaba cambiar su impresión sobre mi, cambiar yo misma mi impresión sobre mí.
Cuando lo ví ahí parado en la puerta como si nada me alegré, algo dentro de mi quería que me buscara y no entiendo por qué. Al mismo tiempo estaba tan enojada, una cachetada hubiera bastado por ahora. Después al ver su desesperación por qué yo volviera, el duelo me pareció una buena opción, mostraría lo mucho que había avanzado e incluso si perdía no importaba ya que mi intención era volver.
Paula: - Bien, estas son las reglas.
Cinco: - Reglas?
Paula: - Si, esto debe ser parejo, no te preocupes serán sencillas. 1- Sin poderes. 2- Acatar la primera regla.
Cinco: - Hecho.
Paula: - Empiecen!
Estaba segura de que perdería contra Cinco, él tenía experiencia de más, pero el hecho de retarlo me hacía parecer atrevida y valiente, además de que había una gran diferencia desde que me vió peleando con Diego y Allison.
Empezamos con algunos golpes y algunos movimientos sutiles, tenía buenos reflejos y fuerza. Hasta ese momento yo estaba bien y todo iba a la perfección, hasta sentí que podría ganar. En un momento me golpeó y me tiró pero pude volver a levantarme ágilmente, gracias al baile tenía una buena elasticidad y podía usar mi cuerpo mejor.
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Paula: - Esoooooo, esa es mi amiga!! - Gritó dándome ánimos.
Quise darle un golpe en el abdomen, así que corrí algo agachada, pero también corrió hacia mi haciendo que quedáramos muy cerca.
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Sentía su respiración tan cerca, mi corazón latía rápido, me sentía nerviosa. Él no se movía y no me daba por quitarme, nuestros ojos se encontraron haciendo que fuera imposible apartar la mirada. No supe cuando tiempo pasó, para mí fueron varios minutos, pero quizás solo fueron algunos segundos. Lo noté distraído y aproveché para derribarlo, entonces reí, yo había ganado.
