Capítulo 20: Secreto

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NARRA ANA:

Llegamos y como pensé la abuela no estaba, fuimos sigilosos para que los guardias no escucharan y nos causaran problemas. Entramos a mi cuarto y busqué mi cuaderno en el escritorio, no estaba. Cinco me miró impaciente, lo ignoré para concentrarme y recordar la última vez que lo había usado y dónde lo había dejado. Me fuí al estante de los libros y nada.

Cinco: - ¿Cómo es lo que buscas? Te ayudo.

Ana: - Es un cuaderno rojo y dice: No me toques. - Me miró serio, suspiró y comenzó a buscar entre mis cosas.

*Reproduzcan la canción*

Me tiré a la cama y cerré los ojos. Lo sabía, la última vez la abuela me pidió el cuaderno, le gusta leer mis sueños. Ella de seguro se lo había quedado, en su oficina.

Ana: - Ya sé. En la oficina. Vamos. - Abrimos la puerta de la oficina silenciosamente. - Jamás había estado de este lado de la oficina. - Dije revisando el escritorio.

Cinco: - Tu abuela no es muy cariñosa eh.

Ana: - Es seria, pero siempre se preocupa por mi, me a mandado mensajes todos los días desde que "me fui a la playa". - Me faltaba un cajón por abrir.

Jalé el cajón, estaba cerrado con llave. Usé telequinesis y se abrió de golpe.

Cinco: - Creo que es este. - Sacó un libro rojo del estante. - No, no es, este dice: Cómo ser exitoso. - Lo devolvió.

Ana: - Ese era un libro no un cuaderno. - Me asomé al cajón.

Había muchos papeles y mi cuaderno, tomé una carpeta que decía mi nombre. La abrí, había pequeñas fotos, mi visa, pasaporte, diplomas de la escuela, de la academia de baile, certificado de adopción, mi acta de nacimiento.... Volví un documento atrás. ¿Certificado de adopción?

No podía creer lo que mis ojos veían, no podía ser cierto, había fotos de mamá embarazada, las lágrimas no tardaron en aparecer, era adoptada, jamás se atrevieron a decirme ¿pensaban ocultarlo para siempre? Cuando menos me dí cuenta ya estaba llor...

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No podía creer lo que mis ojos veían, no podía ser cierto, había fotos de mamá embarazada, las lágrimas no tardaron en aparecer, era adoptada, jamás se atrevieron a decirme ¿pensaban ocultarlo para siempre? Cuando menos me dí cuenta ya estaba llorando, mi cabello estaba parado y ondas de energía recorrían mi cuerpo, no podía controlarlo. Lloraba en silencio mirando el documento. Cinco se acercó preocupado.

Cinco: - ¿Qué pasa? - Puso su mano en mi hombro pero por accidente le dí toques, pequeños toques

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Cinco: - ¿Qué pasa? - Puso su mano en mi hombro pero por accidente le dí toques, pequeños toques.

Quitó su mano rápido. Tomó con gentileza el documento de mi mano y lo vió. Rápido me miró con lastima, no me gustaba que hiciera eso. Me sentía engañada y él me miraba con lástima. Todo era mentira, no me hubiera molestado si me lo hubieran dicho, hubiera entendido. Pero me lo ocultaron, peor aún, me contaban historias de cuando supuestamente se enteraron del embarazo y anécdotas de todo el periodo de embarazo hasta el día de dar a luz. Las mentiras habían ido muy lejos. Estaba devastada.
Las ondas se hicieron más grandes y algunos libros se cayeron, Cinco quiso calmarme pero no podía controlarlo, se escuchó como subían guardias.

Cinco: - Ana, necesito que controles eso para poder irnos, tengo que tocarte para teletransportarnos. - Guardó el documento y todo en el cajón.

Lo miré, no podía hacerlo. No podía calmarme, estaba entrando en pánico, los pasos se acercaban y yo no dejaba de llorar. Negué con la cabeza. Sentía algo, como un nudo en la garganta pero en todo mi cuerpo, me ahogaba. Ni siquiera podía hablar. Cinco tomó mi cuaderno.

Cinco: - Si puedes, yo sé que puedes linda. - Lo miraba.

Seguía tratando de calmarme, pero mi respiración se agitó más, temblaba y me sentía pequeña, atrapada, me dolía el pecho, me estaba mareando, era un ataque de pánico.

Cinco: - Tienes que respirar Ana. Respira profundo. Está bien, puedes hacerlo. - Se armó de valor y tomó mi mano.

Sentí como la energía pasaba de mi mano a la suya, lo estaba lastimando, nos teletransportó, no puse atención no sabía en dónde estaba. Seguía temblando y llorando, poco a poco la energía se fue y mi cabello volvió a su lugar. Lo demás bajó de intensidad.

Cinco: - Bien, así. Eres increíble.

En alguna otra circunstancia me hubiera muerto y revivido por eso, pero estaba ocupada tratando de no morir en serio. Seguía tomando mi mano, yo la apretaba. Mis piernas temblaron y bajé al suelo, Cinco bajó conmigo, me mareé, sentí que Cinco me rodeaba con sus brazos y me desmayé.

NARRA CINCO:
La expresión de decepción, de tristeza en la cara de Ana me lastimaba, no me importó tomar su mano ni recibir toques, ni siquiera lo sentí hasta después. Lo único que me lastimaba era verla así. Me dí cuenta de lo mucho que la quería y lo mucho que me gustaba cuando sonreía, sus torpezas, su madurez, simplemente ella.
Cuando nos teletransportamos afuera de la academia se tranquilizó, no apartaba su mirada de la mía, apretaba mi mano. No pudo mantenerse de pie y cayó a piso, bajé con ella para amortiguar el golpe. La abracé sentados, soltó mi mano y la sostuve en mis brazos, su respiración volvió a un ritmo normal y se desmayó. La cargué y entré a la academia, no estaba mamá, solo esperaba que no hubieran tomado la decisión de desconectarla. Subí a Ana a mi cuarto y la acosté. Klaus pasó y se alteró al ver inconsciente a Ana.

Klaus: - Pero...¡¿Qué le hiciste?! No Cinco, era mi hermana favorita.

Cinco: - No está muerta, idiota. Se desmayó. Necesito a mamá.

Klaus: - Ay! Que alivio. Me avisas cuando despierte y sobre lo de mamá, Hazel y Cha Cha la desconectaron, no sé si Pogo haya hecho algo a respecto. ¿Eso es sangre? - Apuntó a mi abdomen.

Cinco: - Si, maté a alguien en La Comisión. Ya vete.

Ignoró lo que le dije y entró a ver a Ana, puso el dedo en su nariz.

Cinco: - QUE NO ESTA MUERTA!

Klaus: - Ya ya, ya lo confirmé. Me avisas eh.

Se fué y coloqué una silla a un lado de la cama esperando a que despertara, leí, hice cálculos, investigué sobre Harold, pero ella no despertaba, me estaba preocupando y no me podía concentrar en el apocalipsis. Sonó algo, era su celular, miré el identificador de llamadas, era Paula, no contesté. Volvió a sonar, no contesté, volvió a sonar y me estresé, le contesté.

Paula: - Me estaba preocupando, solo quería saber si estabas bien. Además me dijiste que me ibas a platicar sobre lo que sentías por Cinco y no lo hiciste, dejas con la duda. - Me quedé callado por si decía algo más.
Paula: - Ana, me escuchas?
Cinco: - Soy Cinco. -Escuché un pequeño susurro "No puede ser".
Paula: - ¿Y Ana? Me las pasas?
Cinco: - Está dormida, por eso no contestaba, sonó varias veces y creí que sería importante, por eso contesté.
Paula: - Okay, bueno bye. - Me colgó y me reí.

 The Umbrella Academy *TIME*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora