Capítulo 35: Poderes

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NARRA ANA:
Esperé un poco a que me dejaran de doler las muñecas, solo miraba a Vanya desesperada. Diego tampoco lo creía, pero aún así no hacía nada. Esperé a que Luther se distrajera un poco y lentamente comencé a girar la enorme manija con mi telequinesis. Era bastante pesada, necesitaba las dos manos, pero se daría cuenta si lo hacía. Vanya se percató y dejó de golpear, solo leía sus labios que me decían: "Gracias". El metal hizo ruido cuando iba más de la mitad y Luther se dió cuenta. Me vió horrible pero no me importó. Actúe rápido para usar las dos manos y terminar de abrir. Mis ojos comenzaron a ponerse rojo, con la energía la telequinesis era más fuerte.

Luther: - No quería hacer esto Ana.

No le puse atención, todo iba tan rápido, la tonta puerta no abría, era muy pesada y yo estaba cansada.

Diego: - Luther espera!

Escuché que Diego gritó, luego sentí un pinchazo en mi brazo. Vanya abrió los ojos sorprendida y yo quedé en shock, dejé de usar mis poderes de la sopresa.

 Vanya abrió los ojos sorprendida y yo quedé en shock, dejé de usar mis poderes de la sopresa

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Miré mi brazo, había una jeringa clavada. Luego miré a Luther, estaba tan decepcionada, mi respiración se agitó y me estaba sintiendo cansada. Quitó la jeringa de mi brazo y fue a volver a cerrar la puerta.

Ana: - Qué... Q... Qué hiciste? Qué e - era eso? - Estaba débil y sentía mi cuerpo pesado.

Diego: - Luther, Cinco va a matarte. Estás haciendo todo mal. ¿Qué le inyectaste?

Luther: - Nada malo, solo un tranquilizante. Lo hago por mi familia Ana. Deberías entenderme, por la familia se hace cualquier cosa.

Ana: - Im... Bécil. - Como pude me acerqué a la puerta de donde estaba Vanya, de nuevo lloraba.

Ana: - Lo - Lo siento.

No podía más con mi cuerpo, hasta los párpados me pesaban toneladas. Todo se movía y giraba, caí al piso desmayada.

NARRO YO:
Diego se acercó rápido a Ana para que no se golpeara la cabeza. Llegó Klaus y se asustó al verla en el suelo.

Klaus: - ¿Qué sucedió?

Diego: - Pregúntale a Número 1. La drogó.

Klaus: - ¿Pero qué? Luther!

Luther: - Se le pasará. Solo está dormida. Además no la drogué, es un tranquilizante.

Klaus: - No puedes hacerle eso a la gente solo porque no está de acuerdo con lo que tú piensas.

Klaus se agachó para poner la cabeza de Ana en sus piernas.

Klaus: - Aquí estoy hermanita. Lo siento.

 Lo siento

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 The Umbrella Academy *TIME*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora