Capítulo 27: Pequeña

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NARRA ANA:
Cinco no dejaba de presionarme con lo que me sucedió. ¿A él que le importaba? Es un controlador y odio las mariposas que me hace sentir.

Cinco: - ¿Qué sucedió anoche? Por favor... -Se moría por saber.

Ana: - Yo... Yo estuve con mi mamá. - Abrió los ojos de la sopresa.

Cinco: - Te golpeaste la cabeza fuerte, quizás debas descansar.

Ana: - Cinco! Mi madre biológica.

Cinco: - ¿Cómo la encontraste? ¿Quien es?

Ana: - Ella me encontró. Es... No la conoces. - No lo tomaría bien, decidí no decirle nada.

Cinco: - Entonces ¿cómo explicas el que hayas aparecido de la nada en la cocina?

Ana: - Ya ves, mamá tiene trucos. He ahí el porqué de mis poderes. - Solo quería que dejara de hacer tantas preguntas.

Cinco: - Bien, tendrás tiempo de convivir con ella después, ahora tenemos que seguir con lo del apocalipsis.

Ana: - El apocalipsis... - Lo recordé Allison y Diego, no los había visto, quizás no llegaron anoche. - ¿Dónde están Diego y Allison?

Cinco: - Ni idea. No los he visto en todo el día. - Me frustré un poco.

Ana: - Ve por Klaus, debo encontrar mi celular.

Cinco: - Está en mi cuarto. Será mejor que le digas a Paula que estás bien.

Ana: - Cinco, Diego y Allison están en problemas!- Le grité mientras me dirigía a su cuarto.

Corrí al cuarto de Cinco, me dijeron que volverían en la noche y no lo hicieron, me preocupaba que les hubiera pasado algo grave. Tomé mi celular y esperaba un mensaje o algo de ellos. Así fue, era un mensaje, Allison iba con Vanya, sola, ¿entonces dónde estaba Diego? Me fuí y los dejé, que tonta fuí, hubiera ido con ellos. Era un grave problema, por lo menos ahora sabía la dirección. Tenía que dejar de pensar en mi madre y en Cinco, no me gustaba tratarlo con soberbia, solo quería tratar de no perder la cabeza en este asunto. Sentía que todo se me salía de control, no quedaba mucho tiempo, solo 2 días y era un peligro para Vanya estar con Leonard.

Volví corriendo al cuarto de Klaus, iban saliendo él y Cinco, listos para la acción.

Ana: - Tengo la dirección! Hay que apurarnos, están en peligro! - Seguí corriendo hasta rebasarlos.

Volteé hacia atrás para mirarlos y que se apuraran. Choqué con alguien y me tropecé hacia atrás, cerré los ojos para no ver mi humillación pero me sostuvieron.

Cinco: - Te tengo, pequeña.

Cinco: - Te tengo, pequeña

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