Se sentó en el banco del parque con aire despreocupado pero los ojos fueron recorriendo lentamente el entorno disimuladamente y con cautela. Zabini no demoró en acercársele.
—Potter, veo que recibiste mi mensaje.
Harry levantó apenas una comisura. —Que no se diga, Zabini. Parecería que estás perdiendo tu estilo. ¿Desde cuándo recurres a remarcar lo obvio?
Blaise se sobresaltó por un segundo pero de inmediato dibujó una sonrisa. —¿Será que esto de venir de buen grado a hablar contigo obnubila mi natural agudeza?
—Es entendible. —replicó Harry con una risa corta— Entonces... ¿para qué querías verme? —preguntó poniéndose serio y yendo directo al punto.
Las facciones de Blaise se pusieron tensas. —Tengo cierta información que no quería que fuera interceptada. —miró alrededor con desconfianza— No creo que nadie me haya seguido... pero quizá sería mejor que fuéramos a otro lugar... por si acaso.
—¿Confías lo suficiente en mí como para dejar que te aparicioné? —preguntó Harry.
—No... pero quizá sea una buena idea.
Por suerte Draco había insistido precisamente en eso, que no hablaran en el parque sino en un lugar menos expuesto y allí los estaba esperando. Harry y Blaise fueron hasta un callejón desierto y Harry los aparicionó al área en la parte trasera de El Antro de los Alaridos. Blaise hizo una mueca de disgusto cuando reconoció el lugar.
—¿Por qué justo acá? —preguntó con irritación.
—Porque nadie viene acá. —contestó Harry encogiéndose de hombros con indiferencia— Especialmente en verano que no hay estudiantes. —igualmente puso un encantamiento silenciador alrededor como una medida adicional de prevención.
—Entonces... ¿por qué pensaste que alguien podía haberte seguido?
—No, no fue eso lo que pensé. Pero en estos tiempos es difícil estar seguro de nada. Tengo que decirte algo pero no quiero que se lo digas al Ministerio... ni a nadie. Te lo digo a ti... porque me parece que deberías redoblar todas las precauciones.
—No te puedo prometer que no se lo vaya a decir a nadie... pero sí puedo asegurarte que no se lo voy a decir al Ministerio.
Blaise lo miró con severidad pero pareció aceptarlo. —Snape estuvo en mi casa esta mañana. —dijo de improviso.
—¿Para qué? —preguntó Harry, aunque ya sabía la respuesta. No lo sorprendió en absoluto que Blaise le dijera que Snape había estado preguntando discretamente por Draco.
—Draco y su mamá han desaparecido. Algo muy extraño se está tramando entre los mortífagos.
—¿Y tu estás preocupado por el pobrecito e indefenso Draco? —preguntó Harry burlón.
—Es posible que a ti no te importe. Pero puede que esté muerto, Potter.
—¿Y por qué carajo debería importarme? —lo espoleó Harry.
—Hay mucha inestabilidad entre las filas de los mortífagos. El Señor Oscuro va a fastidiarse mucho cuando se entere de que los Malfoy han desaparecido. Quién sabe qué pueda llegar a hacer... me pareció conveniente advertirte.
—¿Tu crees que Voldemort esté considerando marcarte? —inquirió Harry.
—No lo sé. —dijo Blaise con expresión de desamparo.
—No va a marcarte todavía... al menos por cierto tiempo. —dijo Draco apareciendo de repente junto a ellos.
Harry no pudo evitar reírse, Blaise saltó hacia atrás espantado y estuvo a punto de caerse de culo al suelo. Draco se volvió para amonestarlo con una mirada dura. Sintiéndose culpable trató de ponerse serio pero le resultaba muy difícil contener la risa. De todos modos la hilaridad no le duró, Blaise había sacado la varita.
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Secretos DRARRY/HARCO
FanfictionEl verano posterior a sexto año un visitante inesperado aparece en Privet Drive. A partir de allí van a ir suscitándose situaciones que deberán permanecer secretas. Sólo hay un estratega que conoce todos los hechos y que se ocupará de mover las piez...