Pronunció el encantamiento que le permitiría a Narcissa ingresar en la vivienda de los Dursley y entró seguido por Draco y su madre, invisible debajo del Manto. Murmuraba maldiciendo por lo bajo, ¡¿cómo era posible que hubiera llegado a una situación como ésa?!
Una vez dentro, Narcissa se quitó el Manto y fue justo el momento que eligió tía Petunia para salir de la cocina.
—¿Harry? —inquirió tía Petunia.
—Ésta es la mamá de Malfoy. —explicó Harry escuetamente. La instancia era demasiado surrealista como para siquiera intentar una presentación normal. No pudo evitar una corta risa ronca al ver las miradas de intenso disgusto que intercambiaron las dos mujeres.
—Ustedes dos tienen algo en común. Ambas malcriaron hijos consentidos que se complacieron en atormentarme durante mi infancia y parte de mi adolescencia. Deberían felicitarse mutuamente, hicieron un excelente trabajo.
—¡Potter! —siseó Draco. Las dos mujeres se habían vuelto a mirar a Harry con expresiones escandalizadas.
Harry cerró brevemente los ojos y respiró hondo. —Perdón. —se disculpó.
—Tu tío está a punto de llegar. —le señaló tía Petunia.
—Encantador... —masculló Harry y enfiló hacia la escalera. Entró en su habitación y se tiró en la cama, que Draco se encargara de las presentaciones.
Pero tanto Draco como Narcissa quedaron como paralizados cuando entraron. Fawkes había capturado la completa atención de ambos. Harry tuvo que admitir que si bien Fawkes era un ave asombrosa quedaba totalmente fuera de lugar ahí en su cuarto. Winky alzó a Victoria y se la trajo a Harry, luego se replegó a su rincón.
Draco fue el primero que se recuperó de la impresión. —¿De dónde mierda sacaste un fénix, Potter?
—Era de Dumbledore... ahora parece que es mío.
—Parece haber muchas cosas portentosas relacionadas con Ud. —dijo Narcissa— Más de lo que había imaginado.
Harry se encogió de hombros desestimando sus palabras. Narcissa no estaba dispuesta a dejarlo pasar así como así.
—Señor Potter, los fénix sólo se vinculan con magos muy poderosos.
Harry volvió a encoger los hombros. Hermione le había dicho lo mismo. Y en oportunidades anteriores había habido otros que le habían dicho que era poderoso. Él no estaba tan seguro de que fuera cierto. Todavía no tenía diecisiete años y le faltaba aún un año de escuela. Y nunca se había sentido alguien espectacular... ni nada por el estilo. Y tampoco era algo de lo que le gustara hablar... mucho menos con Narcissa.
—¿No vas a decir nada, Potter? —preguntó Draco, no podía entender que Harry minimizara con un gesto algo así.
—¿Decir qué? Fawkes está conmigo sólo porque Dumbledore me lo... legó... o como sea que funcionen esas cosas. Está conmigo por que yo soy "El Ícono de la Luz". —agregó sarcástico— Poco o nada tiene que ver con mis habilidades mágicas.
Fawkes dejó oír un trino que sonó como una reprimenda. Una vez más Harry se preguntó cómo hacía el pájaro para lograr esos efectos. ¿O acaso eran sólo imaginaciones suyas? —Perdón, Fawkes. —dijo de todos modos.
Draco soltó una risa que sonó un poco histérica. Se volvió hacia su madre. —¿Ves lo que yo te decía?
Narcissa asintió lentamente. —No es como yo me lo imaginaba.
—No sé bien de lo que están hablando, pero les recuerdo que yo estoy presente. —dijo Harry irritado.
—¿Tuviste otro mal día, Potter? —inquirió Draco divertido.
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Secretos DRARRY/HARCO
FanficEl verano posterior a sexto año un visitante inesperado aparece en Privet Drive. A partir de allí van a ir suscitándose situaciones que deberán permanecer secretas. Sólo hay un estratega que conoce todos los hechos y que se ocupará de mover las piez...