23. De Tensiones Y Distensiones

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Snape se quedó mirando a la bebita dormida durante un largo rato. Finalmente se volvió hacia Draco. —¿Realmente es tu hija? —le preguntó con brusquedad.

—Sí. —contestó Draco con manifiesto orgullo.

Snape entrecerró los ojos y los clavó en Harry. —Ud. me dijo que la niña era suya. Que su nombre era Victoria Potter. —dijo con voz helada.

—Tengo papeles legales que así lo establecen. Y yo nunca le dije que fuera mía.

—Eso fue lo que me había informado, Potter. —el tono de Snape había alcanzado niveles amenazadores.

—En absoluto. —se justificó Harry— Ud. me preguntó si era ilegítima y yo le dije que sí. Ud. presupuso que era mía, en ese momento no me pareció necesario darle más explicaciones.

Snape frunció el ceño y volvió a mirar la cuna. —Es una Malfoy.

—Sí, Severus. —dijo Narcissa— Y es la principal razón por la que estamos aquí. —con un gesto lo invitó cortésmente a que volviera a tomar asiento— Draco se enteró de su existencia hace muy poco... cuando volvió de Hogwarts. Y cuando supo que estaba en peligro fue a rescatarla y lo logró.

—Esa noche... —murmuró Snape— Te ofreciste como voluntario para el ataque...

Draco asintió. —No pude hacer nada para salvar al resto de la familia... pero sí a Victoria y la traje a un lugar seguro.

—¿Y se la trajiste a Potter? —preguntó Snape como si no pudiera concebirlo.

—Fue el lugar más seguro que se me ocurrió. —respondió Draco a la defensiva— ¿Qué otra cosa hubiera podido hacer?

Narcissa y Draco continuaron contando sobre la secuencia de eventos que habían llevado hasta esa noche. Un par de veces se volvieron hacia Harry como pidiéndole autorización para seguir, Harry les hizo un simple gesto para que continuaran, a Snape le podían contar todo.

Para cuando llegaron a la primera batalla todas las cabezas giraron hacia él. A Harry empezó a dolerle la cabeza tratando de acordarse de quién sabía qué cosa. Finalmente dijo con algo de fastidio: —No entiendo por qué están todos tan interesados en esa noche, primero Draco, después Narcissa y ahora Snape. Sólo hice entonces lo que hacía falta que hiciera.

Snape se apretó con dos dedos el puente de la nariz y agachó un poco la cabeza.

—Es realmente asombroso e increíble, ¿no te parece, Severus? —comentó Narcissa.

Snape la miró un instante y luego volvió los ojos muy serios hacia Harry. —Potter, recuerdo claramente haberle ordenado esa noche que debía mantenerse lo más lejos posible de la batalla.

Harry encogió los hombros. —Tenía que estar ahí en caso de que algo saliera mal.

—Y tenía que estar allí para cuidarle el pellejo a Draco. —agregó Snape.

A Draco no le gustó nada el comentario pero Harry asintió. —Como mortífago es pésimo.

—Ciertamente. —dijo Snape y miró a Draco— Prosigue.

Draco frunció el ceño pero retomó el relato, Narcissa intercalaba de tanto en tanto un comentario pero Harry permaneció callado la mayor parte del tiempo. Se estiró boca abajo sobre la cama con la cabeza apoyada sobre los brazos cruzados. Los otros tres estaban interesados en repasar los hechos, él no.

Estaba cansado y todo indicaba que ésa iba a ser otra noche muy larga. Pero valía la pena si servía para que los tres se decidieran a confiar entre ellos. De ser así quizá pudieran finalmente mudarse a Grimmauld Place. Estaba cansado de lidiar con los Dursley, estaba cansado de vivir apiñado en ese cuarto minúsculo. Estaba cansado de guardar, sin que fuera preciso, secretos de Snape y de los Malfoy. Estaba cansado de tanto secreto innecesario dado que todos estaban del mismo lado.

Secretos DRARRY/HARCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora