27. Una Visita Al Cementerio

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Harry se sentó en la cama de Ron pensando en por qué era que todos se arrogaban el derecho de dictarle lo que tenía que hacer. Draco no le había permitido abandonar Grimmauld Place hasta que se hubo aseado, cambiado y hubo aceptado que le pusiera algunos encantamientos cosméticos. Aunque tenía que admitir que lucía mucho más presentable, al menos así Hermione no lo estaba fastidiando con la cuestión de la apariencia personal.

Pero sí lo estaban acosando con todo lo demás. Primero le ordenaron que comiera, su cordura había sido puesta nuevamente en tela de juicio por el asunto del libro de Snape y el asunto de las serpientes y Ron le había estado dirigiendo miradas llenas de preocupación durante toda la mañana.

Su vida no había sido precisamente fácil previo a los acontecimientos del último mes, pero sin lugar a dudas había sido mucho más simple.

—A ver... —había dicho Hermione después de poner un encantamiento de privacidad— ¿de qué se trata?

—Encontré uno de los horcruxes. —respondió Harry sin vueltas.

—¡¿Cómo?! ¿Dónde? —lo urgió Ron abriendo grandes los ojos.

—En la Cámara de los Secretos. —admitió Harry.

—¿Dónde está Ginny? —quiso saber Hermione preocupada— Ella fue contigo, ¿no? Es por eso que no está acá.

—¡¿Llevaste a Ginny contigo?! —gritó Ron.

—Ginny está bien. —les espetó irritado— Y sí, fue conmigo. Está con Fred y George. Esta mañana estaba bien.

—¿Por qué tenías que llevarla a ella? ¿Y sin decirnos nada? —preguntó Ron ofendido.

—Yo traté de decírselo. —les señaló Harry— Pero ustedes no quisieron escucharme.

—Tienes razón. —concedió Hermione— Perdón.

—Ya no importa. Ginny y yo estamos los dos bien. Y encontré uno de los horcruxes. —dijo Harry restándole importancia a la cuestión.

—¿Así que es cierto? Realmente encontraste uno. —repitió Ron que no cabía en su asombro.

Harry asintió y recobró el entusiasmo. Les contó rápidamente lo ocurrido en la Cámara y la reacción de Ginny al lugar. Hermione lo escuchaba con suspicacia pero cambió de actitud cuando les dijo lo que había encontrado.

—¿Ya lo leíste? —preguntó cuando Harry concluyó el relato— Podría ser peligroso.

—Estoy convencido de que es peligroso. —dijo Harry con tono sombrío— Pero no de la manera que tu piensas. Contiene detalladas notas de Voldemort en relación con los horcruxes. Tienen mucho de especulación. Pero sería muy peligroso si cayera en manos de algún mago oscuro que quisiera probar... experimentar.

—Qué bueno que Snape no le haya puesto las manos encima, entonces. —acotó Ron como al pasar.

Harry se quedó pensando unos segundos sobre el comentario. ¿Había sido por un temor similar que Dumbledore no le había dicho nada a Snape sobre los horcruxes? Harry no creía que Snape fuera a entusiasmarse con la posibilidad de fragmentar su alma, por mucho que lo atrajeran las Artes Oscuras.

—Sobre eso ya hemos hablado en más de una ocasión, Ron. —dijo Hermione con cierta impaciencia— Y sí, tu tenías razón cuando decías que no debíamos confiar en Snape. ¿Hay algo más en el diario? —le preguntó a Harry.

—¿Dice dónde están los otros horcruxes? —preguntó Ron con tono esperanzado.

—No... no dice dónde están ni de qué cosas se tratan. Cuando escribió el diario no los había creado todavía.

Secretos DRARRY/HARCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora