11. Desayuno En La Madriguera

1K 121 8
                                    

Se concentró mucho más que lo habitual antes de aparicionar, no quería que Victoria sufriera daño. Se puso muy contento cuando abrió los ojos en el patio de La Madriguera. Los dos habían llegado indemnes.

Respiró hondo, avanzó hasta la puerta de la cocina, golpeó una vez y entró.

—¡Harry! Estábamos tan preocupados.—exclamó la señora Weasley al verlo, no había nadie más en la cocina. Se acercó de inmediato para abrazarlo pero se detuvo cuando vio al bebé— Harry... —dijo hablando muy bajo y lentamente— ¿de dónde sacaste este bebé?

—Señora Weasley, ésta es Victoria. —dijo con entusiasmo.

Se abrió de golpe la otra puerta de la cocina y entró Hermione. —¡Harry! Me pareció oír que la señora Weasley pronunciaba tu nombre. Pegó un grito cuando vio a Victoria.

—¡Es un bebé! —agregó desorbitada de asombro.

—Muy observadora. —señaló Harry con una risita.

Ella lo miró severa. —¿De dónde sacaste un bebé? —demandó.

—Hermione, te presento a Victoria. Por el momento estoy a cargo de cuidarla. Ya sabés cómo reacciona mi tía cuando le dejan un bebé en el umbral. —agregó con una mueca.

—¿La dejaron en el umbral de tu casa? —preguntó Hermione indignada. La señora Weasley contuvo una exclamación.

—Sus familiares son... o eran... víctimas de la guerra. —dijo Harry con voz queda. Lo cual no dejaba de ser cierto— Tía Petunia no fue muy explícita pero parece que ella conocía a alguien de la familia... por ahora estoy cuidándola hasta que pueda encontrarle un lugar seguro.

—¡Oh, pobrecita! —dijo la señora Weasley y estiró los brazos para que se la pasara. —Victoria no quiso soltarse y empezó a llorar.

Harry trató de calmarla. —Shhh... tranquila Victoria. Ésta es la señora Weasley y ella sabe mucho de bebés. —dijo Harry con tono apaciguador. Victoria se calmó un poco pero se le apretó más.

La señora Weasley retrocedió un paso y lo miró extrañada. —¿Cuánto hace que la estás cuidando, Harry? —preguntó.

—Eh... un mes más o menos.

—¡Un mes! —chilló Hermione— ¿Y por qué no nos dijiste nada?

Victoria se puso a llorar asustada. Harry la hamacó suavemente para tranquilizarla y le dirigió una mirada negra a Hermione. —Quizá por esta razón. —dijo sarcástico.

—Perdón. —se disculpó Hermione mortificada de vergüenza— No fue mi intención... pero igual... deberías habérnoslo dicho antes... Ah... y ahora me explico por qué te fuiste tan precipitadamente la otra noche.

—No sé por cuanto tiempo será... pero mientras sea necesario... no pienso dejársela al cuidado de los Dursley.

—Está muy apegada a vos. —dijo la señora Weasley— A esta edad es común que no les gusten los extraños.

—Genial. —dijo Harry con sorna— Y yo que había pensado que esta salida le iba a hacer bien.

—¿Estuvo todo el tiempo sin salir de la casa de los Dursley? —preguntó la señora Weasley.

—Sí. —masculló Harry.

—Entonces le va a hacer bien. —dijo la señora Weasley con firmeza— Necesita salir, conocer gente, ver cosas distintas. ¿Tienes hambre? —preguntó cambiando de tema.

—Mucha. —contestó Harry— Ayer estuve durmiendo casi todo el día y no comí nada desde que me levanté hace unas horas. —desvió la cabeza hacia Hermione— Mi tía me dejó una nota diciéndome que tu habías ido. Perdón, no era mi intención que se preocuparan... —miró a Victoria para otorgarle mayor efecto a las palabras— No sabía qué era lo que había pasado cuando Dobby me fue a buscar.

Secretos DRARRY/HARCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora