26. Un Abrazo Al Enemigo

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—¿Te pasa algo, Harry? —le preguntó Ginny preocupada.

Fred y George claramente se estaban esforzando por contener la risa.

—Estoy bien. —respondió distraídamente— ¿Tu cómo estás?

—Demoraste una barbaridad. —insistió ella sin prestarle atención a la pregunta.

Harry se sentó en el sofá y apoyó la cabeza contra el respaldo. —Me demoré... porque me quedé un rato pensando... se me ocurrió algo... otro lugar al que sería conveniente que fuera. —en realidad no quería hablar de eso pero necesitaba decirle algo para desviar su atención hacia otra cosa— Cuando todavía estábamos en Hogwarts fue la primera vez que se me asomó la idea, después la deseché...

—¿Y ahora de nuevo te parece que es importante que vayas a Godric Hollow? —inquirió Ginny.

Harry giró de golpe la cabeza hacia ella.

Ginny se encogió de hombros. —Ron se fue de la lengua...

Harry frunció el ceño. —El muy bocón...

—Tu ya lo conoces, él es así... aunque creo que a mí me lo dijo a sabiendas.

—¿Por qué?

—Porque sigue convencido de que nosotros dos vamos a terminar juntos de una forma u otra. Y como él quiere que Hermione esté con él en cualquier situación que pueda ser difícil o riesgosa... bueno... cree que tu eres igual y que me querrías allí contigo.

Harry abrió la boca para decir algo pero lo pensó mejor y la cerró. No dejaba de ser cierto... siempre es confortante tener a alguien que uno quiere al lado en situaciones difíciles... los mellizos sabían a quién querría tener Harry al lado, Ginny no... y el susodicho debía de estar por ahí escondido bajo la capa... muy fastidiado sin dudas... si hasta daban ganas de echarse a reír... aunque lo cierto era que se trataba de una cuestión muy seria si uno se ponía a analizarla.

—Voy a ir con Ron y Hermione y con nadie más. Pero antes le voy a dar una buena patada en el culo a Ron.

Todos los Weasley presentes soltaron carcajadas.

—Oh vamos, Harry... —dijo Fred con tono zalamero— Nosotros queremos estar presentes en el momento de la patada... ¡no queremos perdérnosla!

Harry sonrió apenas. —No va a ser nada espectacular... por el momento no me puedo dar el lujo de lastimarlo seriamente.

—¡Qué lástima! —dijo George decepcionado— Ronnikins se la tendría bien merecida.

Ginny dejó oír una risita. —Creo que Hermione está haciendo un excelente trabajo al respecto.

—Lo tiene con rienda bien cortita. —agregó Harry riendo.

—¿Así que no hay ninguna posibilidad de que nos lleves también a nosotros? —preguntó Ginny poniéndose seria.

—No. —dijo Harry con firmeza— Ron y Hermione saben por qué voy... y no, a ustedes no se lo puedo decir... ya de por sí no es conveniente que sepan tanto como ya saben ahora.

—Harry, nosotros no le diríamos nada a nadie... no somos cuenteros como Ron. —aventuró Ginny persuasiva.

—No. —repitió Harry cortante— Fueron las órdenes que me dejó Dumbledore. Me dijo que se lo podía decir a Ron y Hermione, pero a nadie más. Voy a necesitar mucha ayuda para cumplir mi misión... pero será para otras cosas que les voy a pedir colaboración.

Ginny quedó muy poco satisfecha con la respuesta. —¿Pero por qué tienen que ser sólo ustedes tres? ¿Y por qué Dumbledore no me interrogó exhaustivamente sobre la Cámara en su momento?

Secretos DRARRY/HARCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora