19. Ataque A Hogsmeade

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A la tarde siguiente estaban nuevamente trabajando en la cocina cuando de repente tanto Narcissa como Draco gritaron de dolor, los dos se llevaron la mano al antebrazo.

—¡Mierda! —exclamó Harry alarmado. Draco se había levantado la manga y la Marca pulsaba, había virado del color rojo oscuro habitual a un negro brillante.

—Ahora se va a enterar. —gimió Draco.

Narcissa estaba también muy trastornada. Se acercó a su hijo y lo envolvió en un apretado abrazo.

—¿Puede alcanzarlos a través de la Marca? —preguntó Harry.

Draco se separó de su madre y lo miró con fastidio. —Por supuesto que puede. Usa la Marca para convocar a sus seguidores. Creí que ya lo sabías, Potter.

—Eso lo sabía. —replicó Harry con impaciencia— Ya lo había visto hacerlo en otras oportunidades. Lo que no sé es si les puede hacer algo a través de la Marca.

Harry no creía que fuera posible, algunos como Karkaroff no habrían sobrevivido tanto si ése fuera el caso. Harry estaba convencido de que su cicatriz era un vínculo más poderoso que la Marca Oscura.

—No. —contestó Narcissa— Es sólo el medio de convocatoria.

—¿Tiene la posibilidad de convocar a alguien en particular y no a los otros? —preguntó Harry.

Narcissa negó con la cabeza, Harry suspiró aliviado. —Cuando convoca, nos convoca a todos. No puede alcanzarnos de manera particular... como puede contigo.

—¿Debo entender entonces que no puede torturarlos a través de esa maldita cosa?

—No. —respondió Narcissa— Nos va a arder sólo por un rato.

—Bueno, si es así... no es tan terrible.

—¿¡No tan terrible?! —exclamó Draco— ¡Esto duele como un infierno, Potter!

Harry se llevó automáticamente la mano a la cicatriz de la frente. —Te puedo asegurar que lo sé muy bien. Yo tengo mi puta Marca personal... deberías dar gracias de que no pueda alcanzarte a través de la tuya.

Como si hablar de la cicatriz la hubiese despertado, Harry la sintió arder. Hizo una mueca y se concentró para fortalecer sus escudos de Oclumencia. Pero Voldemort al parecer estaba furioso y eso repercutía directamente en su frente. Harry apretó los ojos y presionó con fuerza sobre la cicatriz.

—¿Harry? ¡Harry!

Tanto Draco como Narcissa se le habían acercado, le habían puesto sendas manos sobre los hombros y lo estaban mirando muy inquietos.

—Sabe. —les informó Harry simplemente.

—¿Ya? —dijo Narcissa con expresión tensa. Se había puesto muy pálida.

—Se puso furioso de golpe... —dijo Harry— Y debe de ser porque ustedes no aparecieron... no se me ocurre otra razón. Supongo que acaba de enterarse de que ustedes faltan desde hace varios días.

La expresión de Draco delataba el tremendo miedo que lo iba invadiendo.

—Todo va a estar bien. —trató de animarlo Harry— Y ustedes ya sabían que en algún momento se iba a enterar.

—Pero esto es real. —dijo Draco levantando el antebrazo— Ya no es más una posibilidad...

Sin tener en cuenta que Narcissa estaba adelante, Harry se inclinó para besarlo. Draco tampoco tuvo en cuenta la presencia de su madre; se le prendió desesperado y le hundió la lengua en la boca. Trataba de borrar todo el dolor y el miedo reemplazándolos con placer. Y el recurso pareció dar buen resultado.

Secretos DRARRY/HARCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora