Jadeante, ingresó precipitadamente en el hospital. Para su sorpresa, nadie pareció advertir su presencia de inmediato. La situación en el ala hospitalaria era bastante caótica. Hermione fue la primera en divisarlo y vino corriendo hasta él.
Harry estaba esperando un abrazo, no fue eso lo que recibió sin embargo, ella lo agarró firmemente de un brazo y prácticamente lo arrastró hasta el fondo del pabellón. —¡Harry, tienes que ayudarnos! —demandó con desesperación en el tono.
La alarma de Harry alcanzó un máximo cuando se dio cuenta de adónde lo conducía. —¡Oh, no! ¡No Remus! —exclamó angustiado.
—Se va a poner bien, señor Potter. —lo tranquilizó madame Pomfrey— Pero tengo entendido que Ud. sabe un encantamiento que actúa rápida y efectivamente en heridas como éstas.
Harry asintió, probablemente Snape lo mataría cuando se enterara de que todos sabían del encantamiento.
—¿Y a qué está esperando entonces? Cúrelo... ¡ya! —ordenó— No hay tiempo que perder. Los mortífagos parecen haber ganado gran afición por este tipo de maldiciones tajeantes, tenemos un montón de heridos con lesiones similares, que también van a necesitar atención.
Sin embargo, la sanadora no abandonó por el momento su posición junto a la cama. Harry observó a Remus, dos largas heridas le cruzaban el pecho, Harry sintió un nudo en el estómago, eran tan parecidas a las que le había infligido a Draco esa vez en el baño... apartó el pensamiento y se concentró en las lesiones... minutos después había logrado cerrar las heridas y la inflamación iba cediendo poco a poco.
—Va a necesitar esencia de mejorana. —dijo alzando la cabeza. Madame Pomfrey ya tenía la mano extendida con el frasco solicitado. —Más tarde vamos a hablar, señor Potter. Por el momento... la señorita Granger lo va a guiar a la cama de los otros pacientes que se pueden beneficiar con este encantamiento.
Harry inició el recorrido y fue curando a los que lo necesitaban, Hermione lo acompañó con una nutrida provisión de frascos de mejorana que les fue administrando a los heridos una vez que el procedimiento de curación había sido completado.
¡Había tantos heridos! Muchos eran personas que Harry no conocía, a otros sí. A Charlie le había tocado caer en cama otra vez y el señor Weasley... había caído desmayado por una maldición y había sufrido una violenta contusión en la cabeza, según le informaron.
Finalmente terminó junto a la cama de George en el rincón donde estaban todos Weasley, los heridos y los indemnes que los acompañaban. A Harry le llamó la atención que los que estaban en cama seguían todos despiertos. Generalmente madame Pomfrey los sedaba a todos, pero quizá su provisión de pociones sedantes se había agotado.
Se sobresaltó casi imperceptiblemente cuando una mano le apretó el hombro. Draco estaba en el ala hospitalaria rodeado de un montón de gente que lo quería ver muerto o encerrado en Azkaban. ¡Y después le decía que el estúpido era él! Igual tenerlo cerca era muy confortante; Harry se apretó contra el cuerpo invisible.
La situación en el hospital había cambiado dramáticamente con respecto a una hora antes, todo estaba más o menos bajo control. La profesora McGonagall aprovechó para hacer una avanzada hacia él, reclutó por el camino a Remus, Pomfrey y Tonks y todos se le aproximaron.
Harry se separó inmediatamente de Draco. Remus lo envolvió en un estrecho abrazo.
—Harry, ¡estaba tan preocupado por ti!
—No soy yo el que está herido. —replicó Harry, aunque la voz quedó muy amortiguada contra el pecho de Remus. Remus soltó una breve risa.
—Estás cubierto de sangre, cualquiera pensaría que estabas herido. —dijo Remus separándose al tiempo que le regalaba una cálida sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Secretos DRARRY/HARCO
Fiksi PenggemarEl verano posterior a sexto año un visitante inesperado aparece en Privet Drive. A partir de allí van a ir suscitándose situaciones que deberán permanecer secretas. Sólo hay un estratega que conoce todos los hechos y que se ocupará de mover las piez...