Capítulo 21: Pareja de casados
2018
Kiara la miro intentando descubrir sus más profundos pensamientos.
—¿Haces lo mismo con Ethan?
—No, él es tan transparente que no necesito esforzarme.
Su hermana bebió su café con lentitud y no fue hasta que le preguntó si tenía el encargo que dejó su escrutinio. Kristen volvió a respirar con normalidad. Kiara se acercó a una de sus estanterías y de una de las cajas sacó un balón ovalado.
—Te debo una grande.
—Por supuesto. No voy por ahí preguntando a mis clientes si pueden autografiarme un balón. Es poco profesional.
Kristen se lo arrebató de la mano, la firma del mariscal de campo de los Venados plasmado en el ovoide. Frank iba a saltar en una pierna. Le dio un sonoro beso en la mejilla a su hermana mayor antes de salir de su oficina.
Hora más tarde estaba frente a la casa de Frank, muy entusiasmada por ver su cara cuando le diera su regalo. Sosteniendo el pastel en una mano y en la otra con el regalo más su bolso tuvo que tocar la puerta con su pie. La puerta se abrió mostrando al portero más gruñón llevando un gorrito de fiesta.
—¡Feliz cumpleaños!
Robert ya estaba en la sala, le mostró una brillante sonrisa que le dio mala espina. Había globos por todos lados y tiras de papel de color colgando del techo. Era una situación inusual, sin mencionar que no pegaba con el estado de ánimo del dueño de casa.
—Llegas a tiempo. Frank iba a abrir sus regalos.
Después de guardar el pastel se reunió con ellos.
—Perfecto. Primero el mío —se hizo lugar en el sofá pateando unas bolsas de papel vacías. Le puso el ovoide perfectamente envuelto en las manos de Frank. —Lo vas a amar.
Con manos temblorosas rompió el envoltorio. Frank balbuceo sin poder expresarse correctamente. ¡Aja! Ahí estaba la expresión que quería ver. Sus ojos adquirieron un brillo emocionado pese a que mantuvo una mueca en los labios. Era demasiado orgulloso como para demostrar lo feliz que lo hacía.
—¡El mariscal de campo ni más ni menos! No lo robaste, ¿verdad? —las esquinas de sus labios temblaron en el intento de suprimir una sonrisa.
—Sí, entré a su casa mientras dormía, le tome una foto desnudo y luego fui a por su balón —ironizó.
—Los jóvenes de hoy en día no tienen vergüenza. En mis tiempos si te pillaban tomando algo que no era tuyo te daban con una vara en las manos. Una buena tunda es lo que les falta a los niños de hoy.
—¡Que no! Solo bromeaba.
Robert interrumpió el momento al colocar una bolsa en el regazo de Frank cuando volvió a su asiento. —No es por presumir, pero creo que este te gustara más.
Frank dejó caer la mandíbula, miró el interior de la bolsa y de nuevo a Robert. Kristen se arrastró hasta estar sentada en la punta del sofá, demasiado curiosa como para disimularlo. Entonces Frank sacó una camiseta de los Venados autografiada por todo el equipo o casi, no podía asegurarlo.
—¿Lo planearon?
Los dos negaron al unísono.
—Bah. Ya deberían casarse, ¡si hasta piensan igual!
—Pensar de la misma forma no es motivo de matrimonio y teniendo en cuenta lo fanático que eres de los Venados era un regalo predecible —farfullo Robert.
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Locuras de amor
RomanceEl profesor de economía de la universidad, Robert Miller, no sabia lo que le esperaba al conocer a la menor de las hermanas Queen. Kristen es un torbellino que pone de cabeza su estructurado mundo. Solo tiene dos opciones: se vuelve loco o se rinde...